Haciendo historia: Los Bunkers y su regreso en Concepción y Viña del Mar

“Estimados pasajeros. Esperamos que muchos de ustedes hayan disfrutado del concierto que realizó la gran banda nacional, Los Bunkers”.

El piloto del vuelo de JetSmart advirtió que lideraba un vuelo particular esta tarde de domingo, cuando notó que muchos de los viajeros lucían con orgullo poleras y jockeys del mencionado grupo penquista, quienes aplaudieron y gritaron tras la mención.

Aunque algunos habían ganado un concurso de la propia compañía, la mayoría eran asistentes comunes que aprovecharon el vuelo del mediodía para retornar a casa. Era un viaje especial, tal como el show de anoche.

Foto: Iván Garrido / Estadio Ester Roa Rebolledo, Concepción.

La noche tenía tintes de ser histórica. Uno de esos conciertos en los que hay que estar y vivir con emoción. Por esto, no fue extraño ver a un centenar de fanáticos agolpados en las rejas desde muy temprano, para poder llegar a las primeras filas del Estadio Ester Roa Rebolledo y lograr un puesto  en la primera línea del show del quinteto en su natal Concepción.

Con las pantallas gigantes como pilares gigantes alzándose en uno de los extremos del recinto, el público aguardó varias horas para el peak de la noche. En la previa, la artista Dulce y Agraz jugó de local y fue cálidamente recibida a las 19 horas. Con una performance mínima, acompañada de dos bailarinas y pistas grabadas, la cantante mostró su costado más pop, ideal para sumar nuevos oyentes a su propuesta, con un disco fresco bajo el brazo: Albor.

Foto: Javier Vergara | Concepción.

El tiempo se hizo breve, gracias a los hits incombustibles mezclados por Marcelo Aldunate, productor a cargo del Dj Set con una playlist que no mostró variaciones con las presentadas en fechas anteriores. Y finalmente, con puntualidad inglesa, Los Bunkers se hicieron presentes, con el mejor concierto que han realizado a la fecha en esta nueva etapa.

Nadie dijo que sería perfecto. Sin embargo, a pesar de los problemas que generó uno de los micrófonos (¿era un mic de la batería o un parlante dañado?), el sonido fue contundente, único, macizo, con ese brillo particular que ha quedado enmarcado en los diversos registros en directo del grupo. La distorsión controlada, las voces en su punto, los parches de batería ajustados con precisión para aportar armónicamente al edificio sónico que se construye sobre el escenario.

A esto, naturalmente, se suma la emoción natural de sus integrantes. Recitales masivos hubo varios en la perla del Biobío, en plazas, anfiteatros y parques de la zona, pero este pareció ser un hito definitivo. Los ojos de los músicos evidenciaban lo tremendo del momento. No es menor también la estructura detrás de su actual gira, con un trabajo visual único y al nivel de las circunstancias. Un verdadero show de estadio, al estilo de las giras de Soda Stereo, U2 o The Police de hace algunos años.

Foto: Javier Vergara | Concepción.

Cerca de 40 mil personas fueron parte de este hito. El setlist mantuvo su forma y ya suena ajustado, tras la prueba de fuego en los dos Santa Laura. Como regalo para sus seguidores penquistas, el quinteto despachó uno de esos tracks que mejor han envejecido con los años: “Canción de Lejos”.

Aunque hubo tiempo para festejar, Los Bunkers debían cumplir con su última misión en Chile en pocas horas: la Quinta Vergara de Viña del Mar los esperaba en pocas horas más. A guardar los instrumentos en sus estuches y partir al aeropuerto…

Fotos: Gerardo Aliaga | Quinta Vergara de Viña del Mar

La cuarta cita del tour “Ven Aquí” en Chile resultó como un bonus track para sus fanáticos de regiones y los más acérrimos: los que quisieron repetirse el plato o no alcanzaron un cupo para los shows en Santiago. Asimismo, al ser un recinto con sillas en su totalidad, también era una oportunidad para quienes buscaban disfrutar de este regreso con calma y en familia. El rango de edad se disparó, con una gran cantidad de niños y niñas que podrán decir que su primer show de rock fue el de este 26 de marzo.

El encargado de dar inicio a la jornada fue Eduardo Gatti, quien acompañado de su hijo Manuel emocionó con “Navegante”, “Los Momentos” y otros grandes clásicos pasadas las 18.30 horas, cuando al fin las plateas se vieron más colmadas de gente. Poco después tendrían su oportunidad de impactar nuevamente.

En este entorno familiar, el show comenzó un poco antes, a las 20:15 horas, con la emotiva introducción de “Solsbury Hill” de Peter Gabriel, otro clásico del pop inglés que Los Bunkers logran sumar a la banda sonora de las generaciones más jóvenes, así como lo hicieron antes con nombres como The Kinks, The Zombies y, por qué no, The Beatles. Vale reconocer la importancia de las bandas más melómanas que logran ser puerta de entrada para otros sonidos. Nadie nace sabiendo, o dicho de otra forma, nadie nace con el Abbey Road bajo el brazo, algo que algunos cronistas parecen olvidar a veces.

Fotos: Gerardo Aliaga | Quinta Vergara de Viña del Mar

A diferencia de la noche anterior (vaya, otra referencia beatle), las pantallas se acomodaron al escenario de la Quinta. Y aunque dicho diseño les restó grandeza, el juego de luces impactó de una forma especial, y por sobre todo, permitió modificar y mejorar una de las falencias del show: la bola disco, que esta vez descendió cuando “Bailando Solo” se hizo presente y logró brillar con todo su esplendor en el climax de la canción. El mundo a veces es ingrato, pero siempre hay recompensas.

Asimismo, en términos de sonido, no hubo inconvenientes técnicos y alcanzó su plenitud, aunque sin llegar a ser peligrosamente potente como ocurrió en Concepción (de lo contrario, el público de la ciudad jardín aún seguiría con fatiga auditiva). Y al ser el cierre del tour, el quinteto fue regalón: se mantuvo “No necesito pensar”, se sumaron “Dulce final” y “Andén”, que hasta ahora sólo algunos pocos habían podido oír en el show privado en la Blondie. A la vez, no hubo interrupciones productos de desmayos, como en anteriores conciertos, por lo que todo desarrolló sin pausas.

También hubo oportunidad de compartir escenario, como no había ocurrido antes: Los Bunkers invitaron a Eduardo y Manuel Gatti a “rockear como en los 60, men” (como comentó en broma Mauricio Durán) en “Ahora que no estás”, reviviendo uno de los momentos más recordados de la historia del grupo (se registró en el Festival de Olmué de 2010). El ex Blops se lució en pleno con un solo de guitarra demoledor, otorgando una energía distinta al hit de Vida de Perros (2005).

Fotos: Gerardo Aliaga | Quinta Vergara de Viña del Mar

Más de 15 mil personas fueron parte del último show, de esta gira que parece ser el inicio de la segunda vida de la última gran banda de rock en Chile, totalizando cerca de 120 mil tickets vendidos en sus cuatro fechas en el país.

Cifras importantes que prometen seguir creciendo con la extensión del tour en otros territorios, que por ahora tiene coordenadas en México y España, y que de seguro podría sumar nuevas escalas, cosechando todo lo que se sembró en años anteriores y lo que puede seguir creciendo si suman nuevo material. Que “Rey” ya tenga una alta rotación en radios en pocas semanas y ya sea coreada en estos shows es otra garantía para esta nueva década de Los Bunkers que podrían conquistar a su favor.

 

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