Hace casi un mes el compositor, productor y ahora cantante Pablo Feliú (24) publicó “Hasta la próxima”, su más reciente producción que cuenta con 13 canciones en las cuales se encuentran colaboraciones con otros artistas nacionales como Harry Nach, Polimá West Coast, Gianluca, y más. Con este primer álbum, el joven músico se presenta como intérprete tras trabajar la mayor parte de su corta carrera detrás de escena.
En esta ocasión, su propósito no es solo innovar con su voz sino también en la diversidad de estilos, con fusiones sonoras acompañadas por piezas visuales que llevan una fracción de Feliú, quien deseaba hacer un proyecto cercano a quienes lo oyen, producto de las consecuencias negativas emocionales que trajo consigo el aislamiento tras la pandemia.
En conversación con LaRata.cl Pablo nos comparte sobre su reciente viaje a Buenos Aires, su entrada prematura a la producción, y su intención de ampliar los límites creativos de la música urbana nacional.

Lanzaste tu primer álbum, “Hasta la próxima”, recientemente. Es un proyecto en el que vuelves como intérprete luego de estar detrás de escena como productor por harto tiempo.
Es loco esto de ser artista, aunque no he parado de producir tampoco, lo hago paralelamente. Cuesta sacar un poco la personalidad, pero me gusta mucho cantar, así que compensa lo demás. Además puedo compartir con otros artistas, la gente te escribe… Eso es lo que más me llena de ser artista, de hacer música.
Estoy preparando proyectos nuevos y he tenido muchas entrevistas. Hace poco fui a Argentina a promocionar el disco y grabé un videoclip de “Prepárate”. Estoy cansado pero feliz.
Siempre te has expresado con orgullo de ser chileno, con este álbum innovaste bastante, sobretodo en el lado visual. Eres el primer artista chileno en usar el formato 360.
¡Si! Estoy muy contento. Fue una idea que desarrollamos en conjunto. Lo hice en plena cuarentena, por lo quise transmitir eso también a través de la gráfica, por eso hice mi pieza en 360 para que pudiesen melodiar literalmente en mi espacio.
Trataba de buscar una conexión, una de las cosas que me identifican como artista es mostrarme tal como soy. Con mis dos gatos, mi elefante, vasos que siempre tengo en el estudio. Es algo muy íntimo que a los fanáticos les gusto mucho. Me lo han comentado, me han dicho “¡ahí está la pantufla! Eso me ha gustado.
Pablo ilimitado
Feliú tenía solo 10 años cuando comenzó a producir: otro niño del condominio donde vivía le enseñó a usar un software con el fin de que le hiciera una canción y desde entonces, pese a las ideas y vueltas que recuerda el artista, no hubo retorno. “Entre medio conocí el amor, pero volví a producir al año. Comencé a hacer más cosas con guitarra, reggae… y a los 17 decidí contarle a mi mamá que lo que realmente quería hacer era música y cantar ”, relata Pablo con preocupación para luego aliviar el ambiente con una sonrisa: su madre lo apoyó y del resto hemos sido testigos. “Si un niño que quiere hacer música tiene el apoyo de sus papás, lo tiene todo”, expone el músico.

No estudiaste algo relacionado a la música, pero sí ingeniería. ¿Qué fue de esa etapa de tu vida?
Estudie eso porque podría servirme para la música, para hacer un sello después, pero conocí a mi manager y luego ya no tuve tiempo. Después conocí a Harry (Nach), él me enseñó mucho y bueno, lo demás es historia, ahora estoy cantando.
Siempre te ha gustado crear, has dicho que te gusta “estar metido en el rollo”. ¿Cómo ha sido para ti cantar y hacer una producción más completa?
Para mí ha sido interesante porque creo que la música se trata de crear, da lo mismo si estas produciendo, componiendo o cantando, al final todo suma. El hecho de tener la posibilidad de hacer todo lo encuentro entretenido, pese a que lo produje todo y lo compuse solo, de aquí en adelante todo es colaborativo, no me cierro.
Hablando de colaboraciones, hiciste una con Soulfia y compartiste anteriormente que se hizo en dos días.
De todo lo que me ha pasado haciendo música lo más bacan ha sido trabajar con ella porque entablamos una amistad. Es una gran amiga y artista. Nos juntamos porque ella subió una historia escuchando corazón envenenado, yo le escribí: “sale remix?” y respondió: “obvio!”, y nos juntamos un lunes en Epicentro con Red Fingers. Hicimos algo totalmente distinto. Fue como si hubiese vuelto a lo mío, que no es tanto reggaetón. Me gusta hacer cosas locas, no lo que se está haciendo. Me gusta pasarme de la raya.

Junto con estas colaboraciones con artistas emergentes, siendo variado y alternativo, que elementos, vivencias y sonidos influyeron en tu nuevo álbum?
Desarrollé una ansiedad terrible en la pandemia e hice música para salir de mi cabeza. Así que son ganas de salir a carretear, estar con gente, esas vibras. Me refugié en hacer mucha música, hubieron canciones que no me gustaron y las dejé a medias. Las que terminé forman parte de HLP.
En cuanto a influencias, musicalmente, escuché todos los álbumes de The Weeknd, mucho reggae, Drake, Bad bunny, Mora, y un temita por acá. Mi playlist es una jungla de música.
¿Compartirías una playlist de lo que te inspiro mientras hacías HLP?
Sería muy duro. Me diste una muy buena idea, se encontrarían de todo.
¿Qué es lo próximo para ti? Además de hacer promoción, tienes shows, metas a corto plazo?
He estado haciendo mucha música con el Drago. Y hace poco en Argentina grabé un videoclip para la canción “Corre y prepárate”, se basa en arquetipos y tiene colores bacanes. Viene mucha música, he estado trabajando con Swift, y también vienen un par de colaboraciones… Me gustaría decirlo o hacerlo a mí manera, pero no puedo decir mucho por ahora. Solo que estará muy bueno.
¿Cuál es tu manera?
De sorpresa. Sacaba temas de la nada y eso es lo que me ha costado trabajando serio, el planear fechas y eso. Si pudiese lo diría todo ahora. Lo que me salva de no hacerlo es reencontrarme con el Pablo de antes, he hablado con otras personas que había dejado. Hacer música también, siempre. Así que esperen lo que viene porque está bueno.
Hablando del Pablo de antes, ¿cuál es el nuevo elemento ahora?
Que no me estoy limitando a nada.
¿Creativamente?
En todos los sentidos.