Paskurana es el proyecto musical de Pascale Yates, quien decidió seguir su instinto y comenzar una carrera musical que se tradujo en su segundo EP “La vida, un viaje”.
Un trabajo que tiene distintas raíces de origen. Maquetas y sonidos que tenía grabadas desde hace algún tiempo en soundcloud comenzaron a consolidarse gracias a viajes al valle del Colca en Perú y al desierto florido, junto con el aprendizaje que adquirió mientras cursaba la carrera de Ingeniería en Recursos Naturales.
Pascale asegura que lo suyo no era continuar con lo estudiado, pero lo aprendido le abrió el mundo. “En paralelo empezó a surgir como este proyecto de Paskurana, y ahora lo enfoco completamente a lo que quiero hacer. Siento que todo lo que he aprendido de alguna forma lo estoy direccionando por el proyecto transmitiéndolo a través de la música”.
Sobre llevar lo estudiado a su actual proyecto recuerda la importancia de caminar descalzo sobre la tierra, que “te ayuda mucho a equilibrar tensiones, y empecé a practicar eso en pandemia, lo que me ayudó harto. Entonces, es aplicar lo que conozco y transmitirlo a través de la música como mi forma de contribuir a generar conciencia sobre el planeta y sobre lo que estamos viviendo. Es una declaración de principios“.
Un EP que no solo recoge las experiencias de una travesía, sino que Paskurana también reconoce influencias sonoras a lo largo de las cinco canciones: desde Temporex, pasando por Cocteau Twins, León Larregui, los cambios de ritmo de Él Mató a un Policía Motorizado, el disco “Mala Madre” de Camila Moreno, hasta la cantautoría bajo sonidos electrónicos de Aurora.
Te invitamos a revisar este nuevo XTrack de “La Vida, un viaje”, el más reciente EP de Paskurana.
Centro Histórico
Fue compuesta, escrita y terminada en mi viaje a Perú, en el valle del Colca. Estábamos recorriendo con una amiga y tuvimos un conflicto, donde ella se sintió mal por algo que dije. A partir de ahí, tuve una reflexión interna sobre qué tanto de lo que digo sale así no más.
Con una guitarra de tres cuartos, empecé a componer esta canción que tiene harto como de mundo emocional, pero representado totalmente a través de la naturaleza. “Expreso frases cortas muy largas”, habla de que a veces como de descubrir esta nueva forma de expresarse, de que a veces estoy transmitiendo mucho en pocas palabras. Fue un pequeño conflicto, pero yo lo reflexioné mucho.
Tormentas
También tiene que ver con este viaje, pero esta es una canción pandémica, más con el viaje interno y caótico. Solo tenía la primera estrofa y el primer coro, y se la presento años después a Pablo Díaz Browne en el proceso de producción. Se la entregué con la batería maqueteada por mi baterista, una guitarra, un bajo, y ahí fuimos agregando cosas. Fue bonito ver el cambio que tiene.
Cuando viví en Niebla, vi muchas tonianas y me topé el libro Mujeres que Corren con los Lobos (Clarissa Pinkola Estés), que recopila varios cuentos ancestrales de distintas culturas y había uno llamado “Piel de Foca, Pieles del alma”, que tiene que ver con reconectarte con el instinto.
El coro dice “y las toninas me vienen a mostrar espejos fractales en el mar”, habla de verse a uno mismo a través de estos conflictos que estás viviendo. Cuando la compuse estuve viviendo mucho bruxismo, y estaba en un entorno de tensión emocional. “Tormenta” ayuda a expresarme y a reconocerme a través de esos conflictos, es bien intensa.
Eufrasia en el Desierto
Está inspirada en un viaje que tuve al desierto florido, que nació el 2017, pero que la estuve componiendo por dos años. Estaba estudiando en ese entonces, y viajé para el desierto junto a mi guitarra “Eufrasia”. Nunca le pude quitar el nombre, porque sentía que la canción era guiada por ella. Mucho tiempo pensaba que había una planta de género Eufrasia que exitiese en el desierto, pero no, están en el sur de Chile. Pero me hizo sentido que la canción habla de que somos turistas en el planeta. Debemos cuidar y no apropiarse de nada. Si vemos a a veces el macro, generamos un impacto en el planeta que afectará a otras generaciones que vendrán.
Eufrasia viene de afuera a visitarnos, y responde al fenómeno del desierto florido en que no vive nadie pero sí el fenómeno trae muchos turistas a visitar. Cuando estaba terminando la canción, le escribí a mis profes de botánica para confirmar si la Eufrasia estaba o no en el desierto.
La Vida, un viaje
Fue la primera canción que maqueteé en Ableton. Un amigo me prestó un midi y otro tenía un cajón peruano, y así empezamos. 100 pistas mínimo, un trabajo muy minucioso. Nació en un viaje a Perú. Cuando la empecé a componer estaba justo en unos talleres de meditación que “somos almas que encarnan cuerpos en la tierra para aprender”. Al final, no tiene que ver con religión, sino como una forma de percibir la vida, que todo lo que estamos viviendo es para crecer. Para mí, el planeta es un ser vivo en sí mismo, y no podemos comprender el nivel de conciencia que vive la Tierra o el Sol, que hace su combustión interna como nosotros.
Hice una versión en francés donde pude ahondar más cada elemento de la naturaleza. Pero este poema es muy abierto a la interpretación. Lo agregué al final de la canción cuando ya tenía hecha la maqueta. Entremedio, hablando con un amigo me acuerdo que empezamos a hablar cómo agregar poemas recitados dentro de las canciones, y justo me topé con abrir mi cuaderno y elegir el poema que forma parte de la canción. Empecé a recitarlo arriba y calza perfecto, le da el toque final.
Hola, ¿cómo estás?
No tenía tanto que ver con el viaje, pero fue bonito trabajarla. No sabía para dónde iba, y Pablo la llevó al sonido folk. Nos topamos con la Vale Maza en Valdivia que tocó la viola. Creció harto en el proceso de producción, se fue creando este universo sonoro muy indie onírico.
Surgió una tarde del 2019, pensando en un amor que nunca fue. Es de esas que se escriben rápido. Es sobre estas personas que ya no forman parte de tu vida, pero le tienes cariño y le deseas el bien. Me ha ayudado a transmutar relaciones que han sido oscuras en su momento. Habla harto sobre la lejanía.
