Por Isabel Llanos Jaramillo / @byytiti
Fotografías por Benjamín Neira Flores / @parasyto_
Tal como una “Povidona” para los corazones de sus oyentes penquistas, los integrantes de Niños del Cerro se reecontraron con la ciudad del Rock.
Decir adiós siempre puede ser algo complicado, que deja un sabor de leche amarga en nuestras bocas. En la Noche Oscura de un 29 de marzo, Concepción tendría su despedida con “Suave Pendiente” (2022), un disco conceptual que habla sobre la caída al acantilado tras un desamor.
Según clips provenientes del 2023, en este álbum se definiría si continúa o no la banda indie.

Eran las 18:17, y las fuertes lluvias se estaban tomando las afueras del Balmaceda Arte Joven, que inesperadamente, las condiciones climáticas alimentaban aún más la emoción de los fanáticos.
Este evento no fue excluyente etariamente; habían adolescentes que desde la fila ya estaban eufóricos con sus risas fuertes o sus competencias de saltos. Mientras tanto, en la otra cara, había gente más adulta que también preparaban con nerviosismo sus rodillas para los mosh que se venían.
TAMN (Te amamos mucho, Nusser)
Andrés Nusser dió la bienvenida oficial al recinto, presentando su trabajo más reciente, TAMC (Te amo mucho, cora). Él empezó con unos sonidos de naturaleza, algo muy tranquilo, para posteriormente dejar boquiabiertos a quienes no lo conocían por su amplio rango vocal. Además, deslumbró con sus solos de guitarra eléctrica y por la calidad musical que ofrecía su banda.
Nusser, si bien tiene un sonido distintivo, no se encasilló en un solo género. En el transcurso de su puesta en escena, logró mostrar música de variados estilos; un lado sensual, similar al r&b, tuvo bastante rock, y para cerrar con broche de oro, creó una atmósfera más melancólica, al cantar un cover de Cayendo del cantautor estadounidense, Frank Ocean.
El artista logró ganarse al público no sólo con su música, sino que también al conversar con ellos, trayendo dinamismo al show con su carisma.

Concepción tiene “fiesta en el jardín”
Habían pasado unos minutos desde que se empezaron a desmantelar los instrumentos de Nusser, para comenzar a instalar los de Niños -ya no tan niños- del Cerro.
En los escalones del Balmaceda, se encontraban las personas sentadas ahorrando energía, compartiendo y socializando, incluso creando lazos nuevos en un Tentempié.
Ya a las 20:07, una similar armonía comienza, con “Dejaría Todo” de Chayanne, entran los miembros de Niños del Cerro a posicionarse. Sin embargo, el público no estaba familiarizado con las obras que se estaban realizando, y es ahí cuando Campusano confirma lo tan esperado: Niños del Cerro volverá a lanzar más música este año. Causando gritos de fervor.

El público estaba adicto, saltaban al ritmo de las canciones, y paraban sólo para empujar, tirando la casa cultural por la ventana.
E igual al mito de “Sísifo”, los asistentes no paraban de caer una y otra vez por la voz de Simón Campusano, la guitarra de Ignacio Castillo, el bajo de Felipe Villarubia, el teclado de Diego Antiman y la destacada batería de José Mazuret, pero al contrario de lo que dice la historia, en este adiós no existía una piedra en el pecho.
Con chistes entremedio, anécdotas de van y un vínculo ya armado, la banda confirmaba que la estaban pasando igual de bien, a pesar del reciente agotador y largo viaje desde Valdivia.

Para Niños del Cerro, Conce es algo especial. Al fin y al cabo, fue la primera ciudad que pisaron después de Santiago, y se puede notar eso en la celebrada canción “Contigo”, la cual fue escrita tras su tocata en Galería Aura, y por la cual los universitarios estaban embelesados gritando la célebre frase “Yo nunca he ido a Conce”.
Las últimas canciones sonaron, y como ya es tradición, Benje, el integrante de Estoy Bien y Frucola Frappé se subió a cantar los últimos versos de “Sísifo”. Para dar finalmente paso a lo que sería la última canción de la jornada, y darle el punto final con un solo espectacular de Mazuret, que gracias a los reflectores, se veía extraído de la película “Whiplash” (2014).
El espacio fue perfecto, la gente a pesar del frío, entró en calor y se generó una confianza natural en seguida, ellos piensan que esto se debe al rico ambiente de tocatas que existe aquí, pero también fueron los miembros del conjunto los que abrieron las puertas para este confort.
