Por Gerardo Aliaga, Constanza Rodríguez y Patricio Pérez
“Poco a poco fuimos volviéndonos locos”. Aquella frase de Babasónicos parece ser el resumen preciso de lo que fue la jornada final de Fauna Primavera 2023. La celebración de la décima edición del festival prometía variedad, con el britpop provocador y elegante como estandarte.
A diferencia de la jornada inaugural, la fiesta hoy comenzaba más temprano. Lentamente empezaron a llegar los primeros fanáticos a los distintos sectores del parque, muchos de ellos fueron testigos de la escena del crimen instalada por Como Asesinar a Felipes en el escenario Vans. Otros, con chapitas de Steve Mackey empezaron a asegurar las primeras filas del escenario para vivir de la mejor forma la reunión de la gente común. Mientras tanto, disfrutaron de la presentación de Hermanos Gutiérrez, los suizos que invocaron el desierto entre los edificios corporativos de Huechuraba.
La variedad de estilos y el atrevimiento por lo experimental son una de las bases del Fauna Primavera. Así se fue manifestando con el correr de la tarde, sobre todo bajo las luces del Vans Stage, el escenario secundario. A pesar del calor, fans daban media vuelta y disfrutaban de las propuestas como Nick Hakim, quien mostró su soul y R&B. Un “modo chill” que fue seguido al rato después por French Kiwi Juice, más conocido como FKJ. En su propuesta en solitario, demostró sus dotes de hombre orquesta (ojo, Leonardo Farkas) jugando entre looperas, pianos, cuerdas y su entrañable saxofón.
Por otro lado, un ambiente más festivo se concentraba en el escenario principal, como una especie de premonición para lo que sucedería horas después. Uno de los últimos favoritos dentro de la música trasandina ha sido Bandalos Chinos. A pesar del horario, un marco no menor del público aguardó por el carismático Goyo Degano, los hermanos Colombo y toda la banda. Desde “Mi Fiesta” como punto de partida, pasando por las icónicas “Departamento” y “Demasiado”, hasta “Vámonos de Viaje”, nuevamente demostraron que su visita a Chile siempre será un éxito asegurado.
Si había que sacar los prohibidos, Molchat Doma eran los adecuados para amenizar la tarde. Saldando la deuda de su visita frustrada hace un año en el Rockout, y paradójicamente reemplazando a Grimes, una de las confirmadas originalmente en el lineup, los bielorrusos no defraudaron con su propuesta post punk bailable. Tras su presentación, el sol comenzaba a caer y el viento que corría invitaba a los distintos sectores del parque, desde el patio de comidas, el beer Garden, y sobre todo el escenario Vans con la fiesta que desató The Blessed Madonna, una de las DJ más reconocidas del último tiempo.
En pleno atardecer, Adrián Dargelos y su banda lentamente hicieron acto de presencia sobre el escenario Banco de Chile. Rápidamente dos de sus facetas aparecieron: su lado más rockero en la desafiante “¿Y qué?”, y también la cautivadora “Microdancing”. Mientras superaban ciertos ripios en el sonido, el resto del repertorio de Babasónicos se tradujo en un karaoke al atardecer entre los grandes éxitos que los trasandinos han desplegado en más de 25 años de relación con Chile.
A minutos del “main event”, la noche se tomó el Parque Ciudad Empresarial. El momento perfecto para la arremetida de los daneses WhoMadeWho. Veinte años de trayectoria, y en formato banda, llenaron de luces y visuales con su propuesta electrónica que mezcla elementos pop y rock. De hecho, quienes quedaron con ganas de más, lograron sumarse al afterparty que ofrecieron en Club Fauna.
“Esta es una noche que recordarán durante el resto de sus vidas”, advertían las pantallas del escenario Banco de Chile, y el 540 se marcaba en la estadística. Ese fue el número que marcaba el regreso de Pulp a nuestro país luego de once años. “I spy a boy”, decía Jarvis Cocker con su inquietante voz, mientras las luces rojas daban ese ambiente algo seductor.
Pasos magnéticos, saltos al filo del escenario y un llamado a aplaudir para crear magia antecedieron uno de los himnos del britpop “Disco 2000”, la segunda del setlist que fue coreada por un público que de ahí en más se rindió a las órdenes e interacciones de Cocker que, a sus 61 años, exhibe con elegante arrogancia su energía y, sobre todo, su vigencia.
Regaló chocolates y chapitas, que fueron un regalo del fansclub chileno de la banda. En ellas se observaba la imagen de Steve Mackay, bajista de la banda que falleció en marzo pasado y que el propio vocalista recordó con emotivas postales sobre las pantallas. El grupo británico, luego de reventar el Teatro La Cúpula el 2012, realizaron una travesía por la cordillera de Los Andes, lo que antecedió “Do You Remember the First Time?”.
Jarvis Cocker también recordó a Pablo Neruda. Seguramente al nombrarlo esperaba aplausos y que se cayera el parque, pero no. Hubo murmullos. “¿Qué pasó?”, consultaba algo confuso antes de recitar uno de sus versos más reconocidos: “Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida”, el que sirvió de introducción para “Like a Friend”
La fiesta comenzaba a llegar a su fin, no sin antes con una de las canciones más representativas del britpop, y que marcó un antes y un después para la carrera de una banda que dio una vuelta más larga para alcanzar el reconocimiento global. “Common People” fue coreado y saltado, incluso desde el sector VIP, dando por concluida la décima versión del Fauna Primavera con uno de los conciertos del año como broche de oro.
Emociones afuera, llega la hora de las evaluaciones. En dos días de fiesta, Fauna Primavera consolidó su identidad en un lugar propicio para dos escenarios (el desnivel del stage principal jugó a favor), apoyado adecuadamente con sectores que no eran sinónimo de tener que sacrificar un show por querer comprar un completo. La amabilidad y disponibilidad de las personas encargadas en las distintas activaciones, haciendo más ameno cualquier consulta o inconveniente también fue un punto a resaltar.
El principal desafío radicó en la movilización para el retorno. El refuerzo de transporte público no logró ser suficiente para algunas personas que esperaron cruzar el distante oasis de la capital en medio de la noche.
Escenarios en parques alejados de la ciudad; el calor como adversario a ratos, la brisa como aliado en otros; una colorida variedad de estilos; representantes nacionales y shows que pueden marcar una generación. Cuando el sonido parecía desligarse de la primavera chilena, al menos por este año, Fauna floreció y logró desplegar dos jornadas de calidad musical. Entre nostalgia y reencuentros, tal como hace 11 años en Espacio Broadway, como si fuese aquella primera vez.
