La alegría de alcanzar un logro tan esperado se expresa más allá de las palabras. Así justamente se siente Shirel mientras habla sobre su última presentación en Matucana 100 el pasado 28 de marzo, donde llenó el teatro, invitó a amigos al escenario y consolidó su propuesta en vivo. “Ya estoy pensando cuál va a ser lo siguiente. Se vienen cosotas”, adelanta.
Un hito que vino de la mano con un lanzamiento a principios de año: “…Más canciones de Amor”. Se trata de un EP de cinco canciones que justamente cumplen con lo anunciado en su título. “Tiene como temáticas el amor y el desamor. Siento que es un tema tan manoseado en la música, sin embargo es infinito, alude a esa sensación de que siempre necesitaremos más canciones de amor”, nos cuenta Shirel.
Santiago, Buenos Aires, México y Miami. Distintas estaciones que llevaron a la cantante a un trabajo en conjunto con distintos productores. Una pequeña recopilación que muestra la senda evolutiva en su sonido, que puede abrazar ritmos urbanos, pero que se abandera con el pop como punto de partida. Y la propia artista lo señala, agreagando que “no hago música urbana simplemente, yo trato de seguir lo que la canción me pide“.
Te invitamos a repasar canción por canción “…Más Canciones de Amor” en el relato de Shirel, junto con una conversación sobre su pasado show en Matucana 100 y su mirada sobre la música.
Amor de Verano
En el último año, esta canción y otras que hice en el pasado como “Otra Mujer”, me enseñaron a hacer música desde la alegría, que era raro para mí. Yo venía de esa mentalidad de que para crear tienes que sufrir un poco. Es como una creencia muy idiota que de repente tenemos los artistas, y empecé a encontrar que la inspiración venía de otras cosas y me enamoré de esa idea. No siempre estás triste, y de ahí nació un poco “Amor de Verano”. Teníamos este concepto de esos amores intensos fugaces y adolescentes.
La escribí en Ciudad de México junto a Dani Sobrino, Aria y Ángel Vergara, productores y compositores mexicanos que conocí en el mismo viaje en el que hice “Quiero”. Me había gustado mucho la canción, pero como que no la sentía tan mía, pero de repente pasa el tiempo y cobra un nuevo significado. Luego en octubre ese mismo año del año pasado me fui a Miami y estuve con gente que me inspiró mucho en ese proceso. La terminamos de producir con Pablo Feliú, que es un gran amigo y uno de los más importantes colaboradores del EP.
Me encanta la energía de esa canción y por eso la puse de primera porque siento que pone el tono y además me ha traído demasiada alegría. Estuvo top 3 en el chart de radios nacionales, lo que es un logro muy importante para mí.
Negociemos
Temazo, el single del EP. La hice en Buenos Aires con un productor que se llama Renzo Luca, y esta fue una sesión igual difícil porque yo tenía un poco claro qué quería hacer, pensaba en canciones que fueran como up-tempo, y él me hizo salir de mi zona de confort. Yo salí de ahí odiando la canción, me daba cringe pero de a poquito me fui enamorando cada vez más. Yo soy mañosa, tengo mis ideas como “así de esta forma quiero que sea”. Habría escrito los medios versos y el Renzo agarraba la primera parte, la final y la cortó. A mí me tiritaba el ojo, pero él me enseñó mucho.
Si bien habla como sobre el conflicto en las relaciones, tiene una energía que me gusta mucho. Soy una persona muy positiva, tengo harto sentido del humor y nunca la había podido poner en música. Esta canción tiene esa energía juguetona, me encanta como suena en vivo. Yo bailo caleta, es algo que quería explorar más en mi show, sentía que me faltaban esas canciones y empecé a hacerlas.
Mal necesario
Es una canción bacán, divertida, sexy, que también hace la misma búsqueda de hacerme las canciones que quería bailar. Me da una energía muy bacán en una canción que puedo poner en cualquier momento del día y me vuelve a hacer sentir como esa perra empoderada y en vivo también es increíble. Creo que el resultado refleja la diversión que hubo en el proceso.
La hicimos acá en Santiago con el Pablo Feliú. Él estuvo como dos semanas acá en Chile y bueno yo le ocupé todo su tiempo al pobrecito (risas).
Te solté
Siento que es la canción en el proceso del desamor, el momento en el que uno respira profundo, caen las lágrimas y es como “ya se acabó, pa´ lante”. La premisa es como “quizá hoy no estoy bien pero en un ratito más sí lo voy a estar”. Siento que me hago canciones como las que necesito escuchar para sentirme mejor y Te Solté es un gran ejemplo de eso.
La hice en Argentina con un grupo de productores que se llaman MLK. No nos conocíamos, llegamos al estudio y “a ver, ¿qué hacemos?”. No había hecho reggaetón en mucho tiempo, así que empezamos a buscar beats y partimos desde ahí.
Vértigo
Aunque escapa un poquito de la temática, es una canción que me fascina. La frase más importante en el coro dice “Vértigo, saltar aunque dé miedo” y siento que es como mi mantra de vida.
La hicimos también con el Pablo Feliú acá en Santiago en esas mismas sesiones y es una canción con un mensaje muy poderoso y que yo necesitaba escuchar cuando la hice. Es una absoluta terapia, transmuto haciendo música. Es un instrumento muy poderoso para mí y es muy lindo también darme cuenta que cumplen esas mismas funciones la vida de otras personas.
Invierno
Es de mis canciones favoritas que he escrito. La hice con Pablo Feliú en una sesión muy terrible, porque estábamos los dos con la tusa máxima. Me encanta esa canción pero es de esas que no volví a escuchar nunca más cuando la terminé, porque me da pena. Pero es super especial, que cuenta una historia de esa amor muy brígida. Creo que tiene que haber música para todos los momentos y este EP es súper representativo de esa idea.
Para el Matucana 100 en esa canción hubo un fan-action muy lindo. Los fans levantaron un cartelito que decía una frase de la canción, fue muy hermoso y me ha hecho resignificarla caleta y es muy bonita esa frase.
A mí me gusta el calor y el invierno me da la depre, pero hay una conexión bacán en el EP porque parte con Amor de Verano y cierra con Invierno. Aunque quieras que sea verano para siempre no se puede.
¿Qué tal estuvo el show en el Matucana 100?
Ha sido un año duro para la música, yo siento. Sobre todo para los proyectos que no son urbanos. Pero con mi equipo trabajamos mucho. Yo quería mucho hacer un show, llegaba el momento de hacer algo donde pudiese desplegar mejor mi propuesta.
Y aparece el proyecto Matucana 100. Además en el teatro principal que tiene esa cosa grandilocuente, romántica y épica. Fue un proceso de mucho trabajo pero súper entretenido. El ‘en vivo’ me la disfruto infinito. Y creo que es como la catarsis de la relación artista-audiencia.
Además estaba súper segura de mi show. Creo que está en un nivel muy bacán, está apretadito y tenemos un equipo sólido donde todos sabemos qué hacer. Ya sabía qué es lo que iba a presentar, pero nunca sabes cómo te lo van a recibir. Si les va a gustar, si van a conectar. Me daba hasta susto si la gente se iba a parar o no. Pero salió perfecto, maravilloso. Se me pasó en un suspiro. El nivel de energía del show estuvo a mil todo el rato.
¿Buscas desmarcarte de esa etiqueta de “cantante urbana”?
No creo que yo sea una artista urbana. Creo que algo que caracteriza a mi sonido es que en verdad juego con muchas cosas y mezclo un montón de elementos. Me parece que decir que este es un proyecto urbano como que no alcanza a resumir un poco lo que yo hago en realidad.
Tengo 24 y sí pertenezco a una generación de artistas que nos nutrimos un montón de ese mundo. O sea, igual yo escucho reggaetón todo el fin de semana. Creo que tiene que ver con la edad que tengo y de la escena que me rodea. Entiendo por qué me asocian con eso, y tampoco me resisto, por así decirlo. Pero sí creo que queda muy chico el título de artista urbana.
No es algo que defina a mis artistas favoritos. En el sentido de que son famosos por ser artistas de tal género o muy asociados a una única cosa. Y a mí me gustaría tener esa libertad para el resto de mi carrera.
En resumen, creo que sí me estoy tratando de despegar un poco. Yo digo que yo soy artista pop porque creo que es el término más amplio y el que más me da libertad en el sentido de mezclar cosas, de probar cosas, y de no casarme con una única cosa que después me limite.
Para este EP decidiste no contar con colaboraciones, ¿fue una decisión como natural que vino?
El tema de las colaboraciones siempre me ha demandado mucho pensamiento. Pasa mucho que uno escoge o no escoge colaborar como por motivos que son como exclusivamente comerciales, o de que funciona o no funciona.
Yo soy muy llevada a mis ideas, cuando me propongo algo quiero que resulte. De repente los proyectos me enseñan que tengo que dejar que las cosas se den cuando se tengan que dar. Y creo que la música, por más que ande al ritmo de industria y de todas esas cosas que uno espera, no es así. El EP surgió en un momento en el que yo estaba haciendo mucha música, viajando mucho y componiendo con gente nueva. Si bien es un EP sin colaboraciones, fue hecho con harta gente presente a diferencia de “Cristal”, que lo escribí yo sola en mi casa.
Empecé a darme cuenta que estaba tocando temas que tenían muchas cosas en común. Y era como la foto del momento en el que yo estaba nomás. Esto podría perfectamente ser un proyecto y así se surgió nomás. Intenté que hubiesen algunas colaboraciones también y algunas cosas no se dieron nomás. Y he ido aprendiendo que no hay que forzar, se delata mucho cuando es forzado. Se tiene que dar.
