La solidez tiene un nombre y ese es Blur

Solidez, simple y pura solidez. Esas son las palabras que define el recital que brindaron ayer en el Movistar Arena los astros del brit pop, Blur. El retorno de la noventera banda al país marcó uno de los mejores espectáculos en lo que va del año, todo gracias al impecable y fluido show que Albarn, James, Coxon y Rowntree montaron en la capital chilena. Una perfecta mezcla de grandes éxitos junto a material nuevo estrenado hace sólo 6 meses, que dejó más que contentos a los feligreses de suelo nacional.

Los ingleses fueron antecedidos por los compatriotas de Los Tres, que lamentablemente tuvieron una tibia respuesta del público a pesar del show impecable que dieron. De hecho, mucha gente decidió entrar durante los últimos minutos en que se presentaban los hombres de Álvaro Henríquez, debido a la poca conexión entre muchos de los fanáticos de Blur y la banda chilena. Algo que se veía venir, lamentablemente.

los tresPasadas las 21:15 y tras un largo proceso de desmontaje que duró alrededor de media hora, varias melodías que imitaban el sonido de los carritos de helados gringos, anunciaron que el cuarteto británico saldría en escena. “Hola” fue lo primero que pronunció el carismático Damon Albarn, mientras Alex James encendía su primer cigarro, para luego arrancar con la flamante Go Out, sacada de su reciente LP The Magic Whip.

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Con la segunda canción se ganaron completamente al público: There’s No Other Way hizo estallar a los asistentes y a la vez demostró que la juventud no se les ha escapado en los 24 años de Leisure (1991), el álbum debut del grupo que bordea los cincuenta años.

blurLuego vino Lonesome Street, corte que abre The Magic Whip y que le dejó todo listo a los bronces que forman parte de la espectacularidad sonora de Badhead. Con Coffee & TV el público ardió en llamas, ante uno de los hits más importantes de la banda. Graham Coxon demostró su liderazgo en la canción, mientras que Albarn se robaba al público entre saltos y risas. Beetlebum marcó la mitad del show en medio de la euforia.

Tras la majestuosidad de For Tomorrowel staff de la banda comenzó a seleccionar gente del público para subir al escenario. Los gritos de “yo” se multiplicaron, pero sólo diez tuvieron la dicha de presenciar la hermosura de Tender a un costado del escenario. Terminada la canción, Albarn los invitó a la tarima. Ni ingenuos y ni tontos, los fans corrieron a abrazar a sus ídolos y a tomarse selfies con ellos, antes de empezaran a sonar los acordes de Parklife, en la cual cantaron los coros y se movieron de un lado para otro siguiendo al vocalista.

blurSonó Ong Ong, una de las destacadas del último LP, y el hombre de Gorillaz desapareció del escenario, para luego desatar todo lo posible de desatar con Song 2, su hit más famoso y potente (“When I feel heavy metal”). To the EndThis Is a Low fueron las últimas antes del encore.

blurLos londinenses volvieron con Stereotypes, en la cual el vocalista olvidó un par de versos pero supo salir brillando del problema. Comenzaron a despedirse definitivamente con Girls & Boys y el Movistar Arena se transformó en una pista de baile con más de diez mil personas en su interior.

Pero nada estaba dicho aún, hasta que comenzaron a sonar los violines de The Universal, la canción más hermosa del cuarteto y la escogida para cerrar el show. Miles de brazos se levantaron en el aire no creyendo la maravilla que estaban presenciando, pero ahí estaba Albarn para decirles: “Yes, it really, really, really could happen”. Y sí, eso realmente pudo pasar.

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Blur en Chile – Movistar Arena 07/10/2015
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