Tras la prenda y la herida, Francisco Victoria rescata sus orígenes entre impulsos y deseos. Así nace “La Necesidad”, su tercer disco y el primero surgido desde su nuevo hogar en Ciudad de México.
El músico, y también productor, tomó la guitarra eléctrica y fue dejándose llevar para liberar un álbum de 8 canciones, del que confiesa “lo pasé muy bien haciéndolo”.
Un estreno que viene de la mano con dos anuncios importantes para su carrera: dirá presente en la versión 2024 del festival Fauna Primavera durante noviembre, y un par de meses después tendrá su tercera presentación en Lollapalooza Chile. Escenarios que le permitirán mostrar su nueva era.
Conversamos con Francisco Victoria sobre su nuevo disco “La Necesidad” y sus guiños a Bluy y Charly García, además de su vida en México y la relación con la colonia chilena.
¿Por qué La Necesidad?
Uy, muchos factores. Siento que una de las cosas que más nos hace seres humanos es necesitar cosas, ese estado de literal necesidad: necesito comer, dormir, amar, tener un momento para pensar, cambiar cosas. Siento que son muy definitorias de quién uno es, y este disco fue mucho de necesitar encontrarme a mí mismo y hacer un disco donde lo pasara bien, y no cranearlo tanto. Agarrar la guitarra eléctrica y hacer las canciones y ya, publicarlas, y hacer las fotos y videos con mi mejor amigo (Esteban Vargas Roa), que ahora es mi director creativo.
¿Te tomó mucho tiempo entre la composición y el proceso de grabación, en comparación a los otros trabajos?
No, mucho menos. Lo grabé casi todo en mi casa. No pretendí hacer un gran statement, necesitaba sacar afuera las cosas y que sonaran exactamente como yo quería. Entonces el proceso fue bastante más rápido en general, y fue muy entretenido.
Se nota esa onda media homemade, lo-fi, con esos beats, la guitarra bien estridente. Hay influencias del indie rock y del Britpop. ¿Quiénes específicamente podrían estar ahí en ese cuaderno de inspiraciones?
Escuchaba a Radiohead como loco cuando chico, Massive Attack también. Obviamente no hay ni una referencia directa a nada, sino un ADN que me fascina. Yo crecí en Victoria, en el sur de Chile, y es como un lugar súper húmedo, súper frío, es bien inhóspito salir a la calle, todo es medio que se repite, y esa energía siento que me acompañó mucho cuando era más chico. Mi primo me mostró Placebo y Rammstein, había mucho de eso en mi adolescencia.
Siento que ese espacio era perfecto para que se sintiera muy familiar para mí, y el disco está muy cerca de lo que siempre había querido hacer, se siente como el primer disco para mí. No fue tan difícil llegar a un resultado que para mí fuera exactamente lo que tiene que ser.
Esa pega de productor que tuviste gran parte del 2023, especialmente con el disco Adentro de Francisca Valenzuela, ¿qué cosas logras rescatar de ese rol para poder llevarlo a este nuevo disco?
Obviamente el proceso de producir un álbum ya no sea decir “¿cómo lo hago?” Ya sé cómo hacerlo, entonces las preguntas son como: “¿qué disco voy a hacer?” Y eso se respondió bastante solo.
Comprendí que la única manera de pasarlo bien haciendo un disco es con buenos amigos y buenos colegas. No hay nada que me guste más que trabajar en un disco de otro artista y ayudar a encauzar esas emociones y sonidos a un concepto. Y estoy descubriendo que se puede hacer lo mismo de vuelta: rodearse de tus amigos que son artistas, preguntarse constantemente y hablar sobre arte y sobre música, te deja mucho ver quién eres tú mismo, cuando te quieren. Nadie te quiere tapar, solo hay cariño y ganas de hacer arte juntos. Sentir esa energía de mis colegas y colaboradores ha sido muy bacán, me ha permitido mucho ver quién realmente soy y qué disco quiero hacer
El concepto de necesidad tiene que ver mucho con melancolía. “Prenda” y “Herida” también siguen ese camino. Vienes del sur, pero ahora estás en México, un paisaje salvaje, completamente distinto. ¿Qué tanto influyó el cambio de país en este nuevo proceso creativo?
Un montón. Apenas llegué allá, entendí muchas cosas de mí, y pude volver a mi cosa más esencial, porque no hay medio camino, es todo o nada. Venir de un pueblo de 30 mil personas y llegar a una ciudad que tiene millones y millones de habitantes, uno se siente muy pequeñito y se puede perder fácilmente en el movimiento y en la tendencia. En lo que sea que está haciendo todo el resto del mundo, y a mí me pasó lo contrario.
Empecé cada vez más a sentirme como individuo en este mar de personas y de todos queriendo lo mismo. Ha sido muy lindo que ese cambio haya significado para mí no solo un moverse hacia un país más grande, sino que también me hizo ir hacia adentro mío. Ver qué estaba pasando, quién soy, y qué me gusta hacer, con qué lo paso bien y con qué no. Lo que no me gusta lo dejo fuera, tomar ese control sobre uno mismo creo que fue excelente, o incluso darse el permiso de ser más caótico o de equivocarse. No está tan calculado este álbum.
En México hay una colonia no menor de chilenos, y te vimos ahí ya trabajando en conjunto con Diego de Fármacos, apareciste en el video de Los Bunkers, en “Noviembre”.
Somos súper amigos con el Mauri (Durán), nos vemos harto. Un día me llamaron y fue como “Vengan, chiquillos. Estamos grabando todos nuestros amigos para el videoclip”. Era el regreso de Los Bunkers, que yo soy fan.
Me he sentido sido muy bienvenido, ha estado linda esa comunidad que es súper fuerte y súper colaborativa. Hemos trabajado en cositas secretas ahí también, está bueno el panorama allá. Y claro, hay muchos amigos artistas de allá, la Fran Straube, Diego Ridolfi, la Cancamusa que está allá también. Todos nos hemos movido para allá buscando algo, no sabemos qué, pero llegamos allá, nos encontramos y tenemos muchas cosas en común. Ha sido muy bonito encontrarse con esos espíritus curiosos por hacer música de diferentes maneras.
¿Cómo es pasar un 18 de septiembre alejado de la familia, si es que te ha tocado, allá en Ciudad de México?
Idealmente haciendo empanadas en la casa, compartiendo con amigos y comer las empanadas. En general hay más empanadas argentinas allá, hay mucho restaurante argentino, pero poco chileno, entonces hay que hacerla en la casa. Nosotros nos tomamos unos vinitos, esos han sido los momentos en que hemos pasado por allá. El año pasado lo hicimos así, y después al día siguiente tuve que viajar a Chile. ¿O fue el antepasado? Te juro que ya no me acuerdo, qué horror.
Pero sí, es como bien lindo, porque claro, se conecta mucho esa colonia chilena en México cuando son las fiestas patrias. Es muy grande la comunidad allá, entonces también hay varios grupos, subgrupos, y a veces el año nuevo todos se juntan.
Antes de volver al disco. Si es que en algún momento el Mauri te dice, a propósito del Unplugged, necesitamos tu ayuda con una canción para la grabación, ¿cuál elegirías tú?
Oh, qué difícil. A ver, soy fan de una canción que compuso Mauri, “El ruido de las cosas al caer”, que es de su último disco. Pero también me encanta “Canción para mañana”. Toda “La culpa” me encanta, entonces bueno, cualquiera de ese álbum.
Volviendo a “La Necesidad”. En “Necesito pensar que no hay nadie más”, encontré una guitarra muy Blur, de su último disco, y mencionas una frase que también me llamó la atención, que es Dame tu amor a mí.
¡La encontraste!
¿Tiene que ver con Charly?
¡Lógico! Estaba componiendo la canción, estaba muy pegado escuchando el “Tango 4”, que tiene con Pedro Aznar, y “Hablando a tu corazón”. Fue como “sí, obvio que va ahí”. La cité al final de la canción y me encanta.
Creo que también hay harto de Blur en el disco. De hecho, hace poco estuve en el estudio de Damon Albarn, me fascina. Es como una mezcla de todas esas cosas que me encantan, como con guitarra, ¿cachai? Es como que, sí, obvio.
La palabra necesidad aparece bajo distintas nomenclaturas a lo largo del disco, al igual que en trabajos anteriores. ¿Lo haces de forma preterminada, o va saliendo por impulso natural?
Es curioso porque el disco se compuso medio en pequeñas tandas de muchas composiciones. Un día llegué a México, me compré una guitarra, hice cuatro canciones en un día, y todas eran muy distintas entre sí. Hay un hilo conductor, pero todas las canciones son muy diferentes, no hay una que sea como prima de la otra, son todas como medias, exploraciones distintas completamente.
El concepto del disco en algún momento salió porque hice la canción “La Necesidad”, y cuando terminé de escribirla empecé a tirar de ese hilo nomás. Fue como, ok, ¿qué otras cosas están sucediendo? Apenas llegué a México se gatilló una cosa que empezó a parecer muy personal. Empecé a explorar eso, y aparecieron nuevos conceptos constantemente, pero siempre hay algo que necesitaba. Es muy humano necesitar. El disco entero es un recorrido por un viaje de muchas necesidades.
Como necesitar a la persona que más quiere, necesitar no estar nunca más con esa persona, necesitar perdonar a alguien. Es todo un gran viaje. Y esa eterna sensación de estar esperando que algo cambie también.
Otro tópico de este disco son las colaboraciones, ya habías adelantado el feat con Akriila, también Malena Zavala. ¿Cómo se dieron ambos trabajos en conjunto?
A Malena la conocí el año pasado. Ella vivía en Londres, se fue a vivir muy chica desde Argentina para allá, y ahora se vino a Ciudad de México. Nos conocimos, y fue tan heavy lo bien que nos llevamos y lo mucho que teníamos en común que al día siguiente ya estábamos grabando esta canción. Fue muy orgánico.
Me encanta eso de las colaboraciones. Y en general, nunca he hecho una colaboración solo por hacerla. Tiene que haber una conexión muy fuerte, tiene que haber muchas cosas en común.
Lo mismo con la Akri. Nos conocimos el año pasado también en un evento x, y al día siguiente estábamos desayunando Aperol en un restaurante, hablando de cosas que teníamos en común y que nos gustaban. En un momento yo estaba trabajando en mi álbum y había una canción que me sonaba un poco en la cabeza su voz. La llamé, le dije como, “querís escribir una parte de esta canción”, y ella como, sí, obvio, me encanta. A los dos días ya me había mandado la voz, y ya. Todo el disco está un poco así, es bien impulsivo y bien como lo que sea que me tome en ese momento, o que sienta que necesite.
Como que no hay tanto proceso mental, es como mucho más corporal.
Una impulsividad que te va a llevar a Fauna Primavera, y en un par de meses después a Lollapalooza. El Fauna tiene mucho indie, y Lollapalooza, para esta versión 2025, harto pop. Corrientes que más o menos manejas. ¿Cuál es la necesidad indie y cuál es la necesidad pop que tiene Francisco Victoria?
Cuando más disfruto las canciones es cuando generan un impacto bien específico, y de efectividad a nivel emocional, donde puedo acceder fácilmente a algo. Pero por otro lado, la cosa más indie siempre es como este ánimo como más gestual, de hacer un pequeño gesto estético, o no ir a un lugar común, supongo. Y para mí tiene sentido estar en los dos festivales, aunque sean muy distintos.
Me siento muy en línea, soy fan de Air y de Smashing Pumpkins, pero también soy fan de Alanis Morissette, ¿cachai? Y de Tool. Entonces, como que me siento muy libre en ese sentido, no tengo un género musical específico, hago lo que tengo que hacer y eso creo que es como lo indie de la cosa. Es la música que más me gusta y que escucho todos los días en la calle, tiene más guitarras eléctricas que, que no sé, como sintetizadores o qué sé yo. A mí me encanta, y lo vamos a pasar muy bien en los shows, estamos preparando algo muy bueno.
Hablando de necesidad, y de México, me acordé de la canción de Juan Gabriel. ¿Cómo tú observas, como chileno en México, la figura de Juan Gabriel allá?
Pero qué necesidad, para qué tanto problema. Ese es mi lema con todo este periodo. Es legendaria su figura y yo lo amo. Cada vez que voy al Palacio de Bellas Artes, pienso “aquí cantó Juan Gabriel”. Para mí siempre ha sido importante en cómo comunicar cosas en español, que sean directas, pero que tengan un nivel de profundidad suficiente como para poder pensarlo más de una vez también.
No es solo música pop, Juan Gabriel es mucho más que eso, entonces, es una figura que siempre ronda. Como espiritualmente, porque somos latinoamericanos, entonces es como, claro, ¿qué pasa si juntáis a Juan Gabriel con Radiohead? No sé, como una cosa así. Siempre me pregunto eso.