En un momento, Nicole se convirtió en una figura omnipresente en el mapa de la música pop nacional. Sea con presentaciones mediáticas, participaciones en programas de TV o giras sin fecha de caducidad, la artista chilena alcanzó el estatus que siempre mereció, con un gran repertorio para defenderse en cualquier lugar.
Ahora llegó el turno de hacer algo nuevo: Claroscuro, su más reciente álbum que surge en parte del largo tour que la llevó a recorrer todo Chile al celebrar sus 30 años de carrera, según nos cuenta esta tarde a LaRata.cl.
“Si bien me demoré en hacer este disco de canciones inéditas, el documental de Panal y el disco triple en vivo (30 Años En Vivo), fueron un ejercicio (…) para ir entendiendo cómo ir mejorando, como músico ir escuchando, y desde ahí me ayudó también para entender la sonoridad que quería en mi nuevo disco”, acota.
A un año de su lanzamiento, Nicole presentará en grande el séptimo álbum de su carrera, en el Teatro Coliseo (1 de diciembre, entradas vía PuntoTicket), recinto que visita por primera vez y que promete ser algo único: “Hay una propuesta visual, más teatral. Nos hemos dado el tiempo de preparar algo especial. También tiene que ver con la luz y la oscuridad, que es distinto de lo que yo estaba haciendo con pantalla y luces, con coristas, con invitado. Es un show que le hemos dedicado harto tiempo para presentarlo”.
Según nos cuenta la artista, existe un fenómeno especial con su público más joven, que ha conectado con su música especialmente desde su anterior disco, Panal, sin necesariamente haber conocido sus grabaciones anteriores.
“Eso es lindo, y yo creo que es porque siempre he tenido esa búsqueda consciente de no restringirme con la sonoridad y estar siempre atenta a las sonoridades actuales, pero también haciendo algo propio, nunca saliendo de lo que yo quiero entregar”.
-A diferencia de tus otros discos, ¿cambió tu forma de componer, hubo un proceso nuevo en Claroscuro?
Bueno, siempre no ha habido una sola forma, porque uno va aprendiendo cada vez más. Obviamente que la guitarra para mí siempre ha sido como lo primero, el instrumento del que me nace hacer armonías. Pero, esta vez, desde el piano también pude componer canciones, que era mi desafío. En ese sentido, “Desierto florido” y “Habítame” surgieron desde el piano, entre otras que compuse y que no dejé, pero éstas siento que agarraron fuerza y también me dieron como otra textura, otra visión.
También para mí era muy importante la base rítmica, que fuera profunda, muy potente, sacar una caja y bombo del trap, pero sin hacer trap, y poner arriba un Fender Rhodes de los 70, un Juno de los 80, una guitarra con delay de los 90.
Desde hace mucho tiempo como me siento muy libre de recoger instrumentos, que me hagan sentido estético y musical sin restringirme, y creo que, poco a poco, he ido encontrando esa libertad, que me permite crear nuevas propuestas sonoras.
-A diferencia de muchos discos que salen ahora, acá no hay ningún feat…
Sí, es que el feat, implica que se dé orgánicamente, que se ve en el momento en que uno está grabando, porque el disco también fue hecho desde antes de la pandemia. No era muy posible, y después no se dio mucho, pero siempre está abierta la posibilidad de hacer nuevas versiones con gente, es lo que a lo mejor va a ir pasando.
-De todas formas, eres alguien que desde siempre ha colaborado con otros artistas en Chile.
Sí, bueno, siempre me ha interesado y he creído mucho en los encuentros, en la colaboración. No era tan común acá en Chile… realmente en los 90 no había ese sentimiento que hay hoy día, que es mucho más colaborativo y que es muy bonito. Quizás porque, desde los 80 o los 90 -que es donde yo comencé-, Chile era otro Chile también, había menos posibilidades, era otra industria de la música, pero siempre encontré que era muy bonito como los brasileros llevaban esto de colaborar y que se da ahora.
Y desde ahí, desde los Chancho, Lucybell, con La Ley, Saiko, después la Francisca Valenzuela, la Javi (Javiera Parra), hasta ahora he hecho varios colaboraciones… y ahora, de las que me puedo acordar, con Yorka me invitaron a grabar, con el Dani Ride canté, con We Are The Grand.
He invitado a cantar últimamente a Ceaese, a Kya, a Shirel… con Diego de Fármacos canté en la Blondie y con Francisco Victoria en Temuco, así entonces hay algo que sucede con los músicos ahora, y que yo también me siento muy parte y me siento muy contenta de recibir siempre ese cariño de compartir experiencias, de sentir que quizás pude abrir alguna puerta, y sigo haciendo música, y también aprendo de los que a lo mejor les abrí una puerta.
Cuando veníamos para acá, mi hijo estaba contento con el anuncio de que voy a estar de nuevo en Lollapalooza, y le decía, “¿viste? Por más que uno lleve más de 30 y tantos años, si uno es constante y sigue haciendo música…”. La música no es un trabajo necesariamente como el de los deportistas, que tienen como un limite o una edad, y eso es muy bacán.
