Los Bunkers se iluminan bajo Noviembre: “Confiamos en el material y en nuestros instintos”

La vuelta de Los Bunkers no era solo una gira de reunión para revivir una trayectoria dejada en pausa tras una década. Antes de los multitudinarios conciertos en Santiago, Concepción y Viña del Mar, la banda tenía como motor una colección de quince nuevas canciones que tras varios meses de adelantos y secretismo se convirtieron en Noviembre, el esperado octavo disco.

Grabado entre Texas (en el mítico Sonic Ranch), Santiago y Ciudad de México, el grupo decidió compartir la producción del álbum con Felipe Castro, chileno radicado en el país azteca y con amplio recorrido en la música chilena de la última década, y Marcelo Aldunate, antiguo colaborador y cercano a la banda desde hace varios lustros.

A diferencia de las producciones anteriores, esta vez el trabajo comenzó con una especie de “taller compositivo” en México, donde durante varias semanas en 2022, los hermanos Durán junto a Álvaro López definieron las  ideas y bocetos que luego presentarían a la banda para dar forma a la placa.   

Fotos por: Jacqueline Riveros Solís (@j.riverosph)

Lanzado el pasado 1 de noviembre, en honor al disco que lleva su nombre por esta reunión que ellos mismos han definido como “luminosa” y porque es lo que viene tras octubre, un mes que en los últimos años ha tenido una fuerte carga para el país tras el Estallido Social, Noviembre significa para el quinteto  “una nueva puerta que se abre” para seguir.

El mismo día en que se presentaron en la ceremonia de apertura de los Juegos Panamericanos Santiago 2023, la banda realizó una maratónica jornada de prensa en un hotel capitalino. Allí, en medio de contactos televisivos y radiales, que tenían como condición guardar el secreto hasta el estreno de álbum, LaRata.cl se dio cita con los penquistas para hacer la última entrevista promocional que realizaron en Chile.

Sobre la supuesta “rivalidad” con Los Tres, que anunciaron sus conciertos de regreso para Santiago en las mismas fechas que sus coterráneos llenarán el Estadio Nacional, el cómo será volver al Festival de Viña en 2024  y otras opiniones externas no hablaremos a continuación.

En el siguiente texto, está la transcripción completa y casi sin edición de la conversación de diez minutos con cuatro de los cincos integrantes de Los Bunkers hablando exclusivamente sobre Noviembre.

–Al fin es la última, démosle…

Mauricio Durán (M.D): La última es la mejor.

–Para este disco, montaron una especie de “taller” en Ciudad de México con Álvaro, Francis y Mauri ¿Cómo fue trabajar eso? Y para tí, Álvaro, ¿Cómo fue esta vez participar en casi todas las canciones como compositor?

Álvaro López (Á): Fue divertido. Lo pasamos super bien, fueron jornadas de días completos, todos los días, toda la semana. Para mí, fue súper enriquecedor y fue súper emocionante también volver a estar juntos y sobre todo, rebotar ideas.

M.D.: Discutir…

Á: Todos terminamos ayudando, influenciando, enriqueciendo con la experiencia, salieron muchas canciones de esas sesiones.

–De las 15 del álbum, solo Calles de Talcahuano es una idea anterior, ¿Todo fue trabajado en este periodo?

Francisco Durán (F.D): Así es. 

–¿Desde los shows de 2019 que estaban masticando esto? Entiendo que la idea siempre fue volver con un disco nuevo… 

F.D: Ahí estábamos masticando la idea pero no fue hasta que hicimos eso, o sea, hasta que tocamos en Plaza Dignidad y en Concepción, como que ya nos quedó claro que teníamos que hacer como unos conciertos de regreso y algo un poco más producido, bien trabajado y todo.

–¿Hubo ansiedad de guardar la sorpresa, de que la gente conociera todo el disco?

F.D: No sé si nos habremos sentido ansiosos, pero en general, toda etapa lo que ha caracterizado, o sea, el espíritu general de la banda ha sido como de tranquilidad. Tanto mientras estábamos el disco, cuando lo estábamos preparando, y ahora todo el proceso como de preparar su salida, el anuncio, como que hemos estado bien tranquilos, templados. 

–¿Lo escucharon harto en este tiempo o ya es un trabajo pasado?

M.D: No, lo escuchamos cuando lo estábamos haciendo y sobre todo con el periodo de mezclas, ahí uno lo escucha más. Pero en general… no (risas). O sea, es algo que nunca tiendes a hacer -de escuchar tus propias cosas-.

Fotos por: Jacqueline Riveros Solís (@j.riverosph)

–¿Quizás porque existe ese miedo a escucharlo y pensar que lo pudieron haber hecho de otra forma?

M.D: No, no, porque…

Á: No, porque llega un momento en que te volvís loco, como que tienes que cerrarlo.

M.D: Aparte, no tiene pifias (risas)

F.D: Es que eso es parte de la tranquilidad que te mencionaba también, como de quedar de alguna manera conforme con el momento que se está retratando y luego pensar en otra cosa.

M.D: Aparte, que sabes que ha sido también interesante con respecto a esa tranquilidad, que antes nos pasaba que, por ejemplo, grabamos un disco y bueno, rápidamente nos teníamos que poner a ensayar todo el disco para poder incorporarlo en el show en vivo. Y ahora como que “Ah mira, salió Rey”, ya ensayemos Rey, entra al repertorio. Después un mes o un mes y medio después, fue “Ah, salió Bajo los árboles”, la ensayamos, entra, Calles de Talcahuano… se han ido incorporando los temas de manera paulatina al repertorio tradicional del grupo.

Á: De hecho, no sé si es ansiedad la palabra, pero sí por supuesto cuando uno está haciendo un disco, como que uno piensa que la gente lo escuche… como qué ganas de que la gente lo escuche.

–Y es el disco más largo también, ¿Será un vinilo doble?

F.D: Sí, y CD también.

–La portada fue hecha por Fab Ciraolo, que ya había diseñado los afiches de la gira de regreso y del disco solista de Francis,  ¿Cómo fue trabajar el arte del disco con un nuevo artista? 

F.D: Claro, Fab es un artista con un trabajo tan sólido que darle esa libertad era lo que se necesitaba.  Nos presentó muchas propuestas, muchas muchas, y él es como muy rápido también. Una vez que encuentra una hebra, le da, le da, y nos presentó muchas alternativas. Esta (la portada del disco) es la que más conectó con nosotros y nos hizo sentido con el contenido del disco, el espíritu y el momento de la banda. 

 

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–De este taller, ¿Salieron más canciones de las quince presentadas?

F.D: No muchas, como cinco más. En total, deben haber sido como 20 canciones que empezamos a tantear, pero rápidamente se empiezan a decantar también cuáles son las ideas que nos gustan más porque se demuestra más el entusiasmo en la sala de ensayo. Cuando llegamos a grabar ya llegamos más o menos claros.

M.D: Hay otras por ejemplo que tienes la letra hasta la mitad, y cuando rápidamente los compañeros se entusiasman, uno se apura en terminar la letra. Y otras que cuando cachai que no se entusiasman tanto, las vas descartando, ni siquiera las terminas.

Á: O hay otras que al momento de montarlas y hacer los arreglos con la banda, no terminan de cuajar.

Mauricio Basualto (M.B): O al revés, alguna que uno no le tiene fe y la montai con la banda y ahí paff, crece y se convierte. O sea, el proceso en ese sentido es como…

M.D: Como los niños.

Á: Bien dinámico todo.

M.B: Claro, ese fue proceso fue super bueno. Partir el regreso haciendo música nueva. Ahora,que lo vemos con el tiempo, fue la mejor decisión, la mejor manera de saber en qué estábamos, en qué nivel artístico estaba la banda. Eso nos permite, por ejemplo, estar mostrando este disco, que para nosotros está hecho hace rato, pero que también tiene la emoción de entregarle diez canciones a la gente que todavía no ha escuchado. Pudimos adelantar unas poquitas, con unos videos bastante bonitos, con bastantes colores distintos de música, y más toda la sorpresa que viene y todo lo que tenemos ganas de hacer. Nos regalamos a nosotros mismos el tiempo para tener ganas de, por ejemplo, hacer otro disco pronto. Y eso nos pone super felices, porque al final, el grupo está en la mejor forma de lo que nosotros creíamos. Así que eso es super bueno.

–¿Habían expectativas o miedo con lanzar este álbum? Los discos de regreso pueden ser muy saludables como los de Blur o terminar con una banda, como en el caso cercano de Los Prisioneros… 

F.D:  Es que el miedo es el peor compañero de la creatividad, entonces no, miedo no. Al contrario, como que uno tiene que sentirse seguro, relajado, también es una etapa del grupo. A veces le gustarán más las canciones a la gente, a veces menos. Después, uno pasa a otra etapa. Como que no sentimos esa presión de compararse con nuestro trabajo anterior o con el de otras bandas, más bien es un proceso interno y somos súper respetuosos de ese proceso. Cada vez, hemos aprendido a entender más la delicadeza que tiene.

M.D: Hemos aprendido a disfrutar ese momento también.

Á: Es como una celebración del momento alegre o bonito que estamos viviendo.

M.D: Lo principal para nosotros era reconectar. Reconectar nosotros como grupo de amigos, que eso se viera reflejado en la onda que iba a haber al momento de meterse a una sala de ensayo y ponerse a tocar. Eso es lo mejor que uno le puede pedir a un disco y a un momento de recuerdo. 

Fotos por: Jacqueline Riveros Solís (@j.riverosph)

–Después de esta pausa de diez años, ¿Qué tanto de los proyectos que armaron cada uno por su cuenta se ven reflejados acá?, ¿Cambió en algo la forma de trabajar?

Á: No sé si cambió, pero sí se enriqueció definitivamente. Vivimos experiencias nuevas, música que uno hizo, contactos nuevos con otros colegas, nuevos sistemas y formas de trabajar y de enfrentar tu trabajo. Además están las experiencias de la vida cotidiana, la familia, por supuesto hay nuevas herramientas para afrontar este disco nuevo.

M.D: Nosotros con Francis tuvimos una experiencia con Pillanes, que es la banda que hicimos con los Hermanos Ilabaca y el Pedropiedra, que hicimos un disco en dos semanas sin llevar ninguna idea. Y haber pasado o vivido esa experiencia, creo que a nosotros nos dio mucha tranquilidad. Esa es una cosa que nos trajimos a Los Bunkers. Nosotros decíamos: “Si hacemos esto con los chiquillos con los que no habíamos trabajado creativamente con ellos, cuando nos volvamos a juntar -que nos conocemos mucho más y hemos trabajado miles de veces-, vamos a salir con cosas buenas adelante”. También tiene que ver con ese espíritu de entrar en un punto tranquilo y de confianza entre nosotros. Confiamos en el material y en nuestros instintos, confiar en que llegaremos a buen puerto. A lo más que puede pasar es que uno diga “Ah bueno, estas ideas no me gustan” y en vez de sacar un disco de quince canciones, sacar uno de diez… que también hubiese sido increíble ¿cachai? Todo ese tipo de experiencias son parte del crecimiento y se incorporan a este nuevo camino de Los Bunkers.

Á: De hecho, en mi caso el verme enfrentado a ser el principal compositor de un disco (N. de la R.: el EP Vol.1 de López en 2016) fue algo completamente inédito. Habrá salido bien o mal por supuesto que me enriqueció. O el Mauro, el tener que tocar canciones de otros compositores y montarlas sobre su batería, por supuesto que enriquece todo.

–Fuera de las cinco canciones de adelanto, ¿Cuál es, personalmente, la que más tienen ganas de que la gente escuche? 

Mauricio Basualto: “Azar”.

Álvaro López: “Noviembre”, la que le da el nombre al disco.

Francisco Durán: “El ruido de las cosa al caer”.

Mauricio Durán: “Azar”.

Fotos por: Jacqueline Riveros Solís (@j.riverosph)

 


Ficha Técnica – Noviembre

Todos los temas compuestos por Francisco Durán, Mauricio Durán, Álvaro López.

Excepto 3, 15 por Francisco Durán y Mauricio Durán; 7 por Álvaro López y Roberto Márquez; y 6 por Francisco Durán, Mauricio Durán y Marcelo Aldunate.

Temas 1,2, 4, 5, 7, 8, 10, 11, 12, 13 Y 14 producido por Los Bunkers y Felipe Castro
Ingeniero de grabación: Felipe Castro.
Asistentes de grabación: Mauro Castro, Ram Cantú, Cristóbal Morales, Sebastián Casanova.
Ingeniero de mezcla: Sacha Triujeque.
Asistente Los Bunkers: Cisco Achaval.Tema 12 mezclado por Felipe Castro.
Grabados en Sonic Ranch, Tornillo, El Paso, TX, E.U. y Estudio Novena, Ciudad de México y Mezclados en Soga Recording, Cuernavaca México.

Temas 3, 6, 9 Y 15 producidos por Los Bunkers y Marcelo Aldunate.
Ingeniero de grabación y mezcla: Pablo Giadach.
Asistente de grabación: Federico Zappellin.
Asistente Los Bunkers: Ángelo Carmona.
Grabados y mezclados en Estudio Lautaro, Santiago de Chile.

Arte y diseño: Fab Ciraolo.

Todos los temas masterizados por Francisco Holzmann en Holz Master, Santiago de Chile.

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