Ases Falsos luciendo su “Mala Fama” en Concepción: Si tuve alguna duda ahora no

Ases Falsos es, por sobre todas las cosas, una banda para convencidos. Si alguien sintió alguna duda sobre ellos, es probable que se haya bajado, cancelado, borrado mucho antes de llegar a este punto en la cronología musical de Cristóbal Briceño y compañía.

El lanzamiento en vivo de su cuarto disco “Mala Fama” (2018) no fue más que una reafirmación de aquello.

En una decisión inédita en su historial, aunque no demasiado sorpresiva para quienes los han seguido de cerca, el lugar elegido esta vez fue lejos de casa.

Concepción y su imponente Teatro Regional del BioBio recibió a la banda y a un puñado de fanáticos viajeros que llegaron a alentar al equipo.

Tal como un equipo de fútbol, Ases Falsos llama a un tipo de “pasión de hincha” inexistente en el pop nacional y sólo mantenida en pie fielmente por movimientos como el de la nueva cumbia universitaria.

“Sabíamos que los Ases Falsos no era la gran banda de rock. Así y todo no hubo ni una sola vez que no fuéramos”, resuena en la mente de la barra, los convencidos.

Este partido se jugará por más de noventa minutos.

La primera parte del show fue un calentamiento de 15 canciones, dando una probadita en extenso a los nuevos temas. “Qué hará de mí” y “Nace un Contragolpe”, dos de los adelantos previos de un disco recién estrenado, parecen haberse ido perfilando como nuevas inamovibles.

El pinponeo constante entre canciones de  “Juventud Americana” (2012) y “Conducción” (2014) se siente  como disfrutar a viejos cracks que aún nos siguen maravillando con su magia. El talento con el balón jamás se pierde.

En el escenario, el quinteto ya no lo es más. Ahora reabastecidos con la inclusión sonora de Sergio Sanhueza en las percusiones y la llegada a préstamo desde Inti Illimani Histórico de Hermes Villalobos, un volante libre que transita entre la guitarra y la flauta, la postal parece tomar más sentido. Así nace el contragolpe.

Guarda fuerza que esto recién empieza

Tras un “entremés” con el guitarrista Paolo Murrillo -homenaje a Jorge González incluido-, la figura del equipo decide entrar a jugar el partido. Atrás queda la ropa de entrenamiento.

“Fuerza Especial” hace que el teatro se transforme en cancha y el público también empiece a involucrarse. Si la primera parte fue sentarse a disfrutar a ver los goles por televisión, ahora un sentimiento de presencia y conexión invade el estadio.

“Simetría”, “Pacífico”, “Gehena”, empezaron a configurar el juego bonito que tanto le gusta al fanático que poco sabe de fútbol.

¡Qué calor, cada vez hace más calor!

Aunque a veces asoma el fantasma del miedo y el nerviosismo parece apoderarse del equipo antes de ejecutar una nueva jugada, siempre parecen salir airosos.

La inseguridad sin justificación de Briceño antes de desenfundar nuevas joyas de la corona como “Mala Fama”, primer single y una declaración de principios de su actual momento, y la añorada “Así es cómo termina” sólo lo hacen tambalear a él.

El teatro, tal como madre abraza a su niño temeroso,  responde con seguridad para venirse abajo reconociéndolas y dejándose llevar con ellas tal como si de clásicos se tratase.

Fue suficiente, maldita gente. 

Y entonces, el niño transpira aliviado tras casi dos horas y media de juego que incluyeron un set de 26 canciones.

Ante las peticiones incesantes del fanático insatisfecho que pese haber ganado el juego necesita aún más emoción, el equipo sólo volvió para agradecerles el aguante en esta fecha de visitante.

Debe descansar ¡Y está tan lejos! 

Les espera un largo trecho a casa, aunque con la satisfacción de los tres puntos bajo el brazo. No es fácil ganar fuera de su zona de confort. Si alguien tuvo dudas del equipo, ahora no.

Ya sé, así es cómo termina.


Puedes ver los 26 goles del partido a continuación:


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