Juan Pablo Abalo y Juan Carlos Eyzaguirre desentrañan su disco en conjunto “Invernadero”, canción por canción


El inquieto músico chileno Juan Pablo Abalo sigue explorando nuevas formas de poder expandir la música hacia otros horizontes. Esta vez, de la mano de otro colega que apareció en su camino como un nuevo colaborador: Juan Carlos Eyzaguirre, también conocido como Janaki en el ambiente de la electrónica.

Todo surgió luego que ambos se conocieron en el Taller de Escuchas Panorámicas, actividad que Abalo imparte junto con el periodista y músico Luis Felipe Saavedra. Tras horas de conversación y distintos sonidos de fondo, apareció la posibilidad de crear algo juntos.

El primer paso fue un rework que Janaki realizó de “Lo Soñé” (tema del último álbum de Abalo). El plan se extendió hasta un largaduración que se compuso y grabó durante todo el 2020, usando las herramientas que reemplazaron los encuentros personales producto de la pandemia (específicamente Zoom), incluyendo la mezcla y remasterización que realizó a distancia el compositor y productor alemán radicado en Chile: Uwe Schmidt. 

El resultado es Invernadero, un trabajo inquietante que define en sonidos de piano y electrónica ambiental los secretos de la naturaleza.

“El invernadero como un lugar que protege la vida de las plantas de las inclemencias del tiempo, las pestes y/o enfermedades, etc… El 2020 las casas se transformaron un poco en invernaderos, nos protegimos del virus en nuestras casas y ahí nos fuimos quedando. Nos transformamos en plantas y tuvimos que protegernos de un virus intratable”, explica Juan Pablo al referirse al título del álbum.

Ambos músicos aseguran además que la portada es un reflejo de la “fragilidad” que intenta capturar el concepto Invernadero. “La foto es la naturaleza y el diseño, la manipulación, que es precisamente el corazón del disco, el piano por una parte, un instrumento antiguo y tradicional, y el proceso y la máquina, por otro. El disco es eso: grabaciones acústicas-procesamiento maquinales, grabaciones acústicas – procesamiento maquinales”.

En bloque, Abalo e Eyzaguirre desentrañan los elementos que esconden las piezas de este disco.

Pulverización

El título hace referencia al acto muy común en los invernaderos de esparcir líquido (en partículas muy pequeñas) sobre las plantas. La pulverización empezó a hacerse frecuente en nuestras propias casas. Ahora vivimos esparciéndonos Lysoform. Las casas repiten patrones de invernaderos. Como nunca supimos que la casa es nuestro ineludible lugar de proyección, con lo bueno y malo de eso. El track tiene eso en su materialidad: partículas pequeñas que gotean, como guirnaldas navideñas que caen. El piano es de un material grueso mientras todo el proceso va fragmentando, pulverizándolo. Es una pulverización sonora y nos pareció una bonita forma de abrir el disco que es como te reciben en las casas, pulverizándote encima.

Dos reinos

Tiene que ver con esa división de dos mundos y que antes no se oponían como ahora: la calle v/s la casa. Salir afuera de la casa era salir a un mundo post-apocalíptico en medio del año 2020 y aparentemente así será nuevamente. El mundo de nuestras casas y el mundo exterior, dos reinos que se separaron. El track tiene una división entre dos mundos sonoros, uno contenido y opaco y otro liberado y brillante. Algo así como lo que -para cada cual- debe haber significado la primera salida después de meses y meses de encierro: una liberación.

Eter

El track suena un poco así, intangible y suspendido, como el éter. El Eter está definido en wikipedia como un fluido hipotético invisible, sin peso, que se consideraba que llenaba todo el espacio y constituía el medio transmisor de todas las manifestaciones de la energía. Este disco fue una transmisión de energía por un medio muy raro como zoom. Reuniones y trabajo intangibles en algún sentido. Lo de intangible e hipotético es lindo, porque se trata de algo que uno asume que está ahí, pero que no ve necesariamente. El virus se comporta así, terrible, pero también el hecho de trabajar en un disco que lo escuchas y discutes, y después lo dejas descansar, y ya no está, pero sigue sonando en la cabeza.

Un mundo secreto

Este es la canción pop del disco. Hay muchas referencias a la cultura pop y es el único en el que suena la voz humana. También tiene que ver con que la casa, en medio de este episodio de pandemia, se transformó en un mundo secreto, un invernadero que es un maravilloso mundo secreto. El tema es algo así como una revelación de los mundos secretos de cada cual, mundos secretos que zoom deja ver a pedazos.

7.500 metros

El título hace referencia a la distancia a la que están las nubes de nosotros, al menos es lo que dice Internet. Este año, ambos miramos mucho las nubes, conversamos de eso. Seguramente como todo el mundo. Era una manera de ir más lejos, ver formas en movimiento, pensar en la inmortalidad del cangrejo, viajar más allá entre tanta concretizad que significan horas, días y meses encerrados en la casa entre labores domésticas, trabajo, monotonía visual, etc…

Dimensiones de un sub espacio

El track está tratado así, como dimensiones de espacios distintos o sub espacios. Fragmentaciones de espacios distintos, rebotes de esquinas.

Un elemento de azar geométrico. Es como que dejaras suelto un sonido azarosamente en una pieza cuadrado y pudieras ver cómo se mueve y que formas toma. El hecho de quedarnos obligados en nuestras casas y ver después nuestro comportamiento, tiene algo de ese azar. No sabíamos que iba a pasar con algo que es casi como un big brother mundial: nosotros encerrados azarosamente en la casa en un momento de la vida x, por todo un año. Muchas dimensiones de un sub espacio salieron ahí, todos adentro de Zoom sin ir más lejos.

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