Festival Frontera 2023: El regreso de la comunión latinoamericana

La última versión del Festival Frontera se vivió en abril de 2017. Meses después, se realizaría una segunda versión en el Hipódromo, con Chico Trujillo y Bad Bunny como cabezas de cartel. Sin embargo, nunca vería la luz.

Más de cinco años después, el Movistar Arena fue testigo del regreso del festival, que por primera vez se realizó en dos jornadas.

Un desafío no exento de complicaciones. Protistas, la banda encargada de abrir la jornada del sábado en el escenario principal, se vio obligada a subir al escenario casi una hora más tarde de lo programado. Esto movió el tablero. Mientras tanto, Palma y Niños del Cerro cumplían haciendo mover y saltar al público que poco a poco comenzaba a llegar al recinto. 

Foto: Jacqueline Riveros

“Sabíamos que era un desafío importante abrir el festival, con un horario que no es fácil. Pero hay gente súper entusiasta, que les gusta compartir nuevos sonidos”, señaló Palma quien espera preparar un disco para este 2023.

Foto: Jacqueline Riveros

Al avanzar la tarde el calor se convirtió en un adversario, sobre todo para quienes esperaron los shows de We Are The Grand y Kuervos del Sur en el escenario exterior. Por otro lado, muchos entraban y salían del Movistar Arena, descolocados por los nuevos horarios forzados por el retraso del comienzo. Uno de los shows al interior fue el vocalista de Movimiento Original, Stailok.

Foto: Jacqueline Riveros

El fuerte de la jornada del sábado llegó con un tridente de propuestas trasandinas, lo que se notó alrededor con varias camisetas de fútbol del país vecino. Los primeros fueron Ca7riel y Paco Amoroso, que entregaron una sobredosis de euforia sobre el escenario del Movistar Arena, con una propuesta que mezcla el trap y hiphop con una potente banda. Temas como A MI NO, Ola Mina XD y la fresca Cono hielo sorprendieron a varios de los asistentes.

Cuando parecía arreglarse el tema de los horarios, un desperfecto técnico retrasó el show de L-Gante, quien levantó su cumbia 420 con sus llamativas visuales. Sin embargo, el plato fuerte llegaría con el ícono de la cumbia Pablo Lescano con Damas Gratis, quien con su keytar hizo bailar a todo el Movistar Arena con todos sus éxitos, invitando nuevamente a L-Gante a interpretar “Perrito Malvado”. Finalmente fue el turno de Natiruts, quienes bajaron un cambio en el Movistar Arena, para preparar una segunda jornada que prometía intensidad.

Frente a la esperanza de que el domingo no tuviese problema, nuevamente el escenario del Movistar Arena se retrasó. Luego de algunos minutos, Soulfia subió al escenario junto a su cuerpo de baile, demostrando su evolución en este último año, llevándola a ser parte de varios festivales. Sin embargo, los problemas seguían: Easykid tuvo que cancelar su presentación debido a problemas técnicos.

Foto: Jacqueline Riveros

Las camisetas de Boca o River fueron intercambiadas por las boinas rastafari, debido a la presencia de bandas como Skatalites y Los Cafres. Pero también hubo espacio para las bandas nacionales. Con un outfit semiformal, Cristóbal Briceño se unió a los Ases Falsos en el escenario exterior para homenajear a Zalo Reyes con “Mi Prisionera”. Sanguchito de palta, Briceño comentó que Martín del Real (guitarra) se casó hace algunos días, y aprovechó de continuar con un cover a Virus.

Foto: Jacqueline Riveros

Minutos después el escenario exterior recibió a Los Pettinellis. Liderados por un relajado Álvaro Henríquez, revivió varios clásicos de su banda, además de hacer guiños a temas del cancionero nacional. y estrenar en vivo “Caballo sin dueño”. Todo mientras sus fanáticos se llenaban de bloqueador y se acomodaban entre las sombras. El sol comenzaba a bajar para la presentación de Javiera Mena, quien invitó a bailar con temas de su último disco “Nocturna”.

Foto: Jacqueline Riveros

Entrando en la recta final, el protagonismo se centró en las bandas dentro del Movistar Arena. De una hora de retraso, se pasó a apenas 15 minutos de desfase para la entrada de El Mató a un Policía Motorizado. En el primero de sus dos shows en nuestro país, los argentinos desplegaron su intensidad bajo un frenético juego de luces. Desde las más coreadas “El Tesoro” y “Chica de Oro”, hasta la bailable “Tantas Cosas Buenas”, la banda fortaleció el vínculo con los fanáticos chilenos.

La intensidad continuó con los uruguayos Cuarteto de Nos. Con más de treinta años de trayectoria, lograron demostrar su vigencia y congregar a un público que trascendía generaciones y estilos. El propio Roberto Musso, tras la presentación, señaló que “tratamos de hacer un show muy cambiante en estados de ánimo, y por eso hace que se sienta muy rápido“. Sensación que los propios fanáticos compartieron, tras disfrutar de los últimos minutos de Los Pericos, o estar a la espera de los venezolanos Rawayana, que hicieron mover los pies en clave chill al acotado público que terminó quedándose en el recinto.

Un cierre sereno y bailable, acorde a la lógica de este encuentro. Cuando más parece que las tensiones entre nosotros se vuelven más latentes frente al desafío de convivir y conocer nuevas costumbres y comportamientos, este tipo de festivales, que reúne una variedad de estilos y expresiones, permite el reencuentro, irónicamente barre fronteras y fortalece el espíritu latinoamericano.

Foto: Jacqueline Riveros
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