En un tablero de ajedrez, la Reina es una de las piezas más importantes y es esencial protegerla, perderla te puede costar la partida. La Reina es tan relevante, que puede moverse estratégicamente por tantas casillas como quiera, arrasando con cualquier pieza que se le cruce.
Si bien la pieza principal de The Favourite es la Reina Ana de Gran Bretaña (Olivia Colman), película dirigida por el griego Yorgos Lanthimos y una de las principales contendoras a “Mejor Película” en los Oscars, lo más importante es el juego que se erige entre Sarah Churchill (Rachel Weisz) y Abigail Hill (Emma Stone), y cómo cada una logra manipular y mover por todo el tablero a la monarca.
La cinta está ambientada en el siglo XVIII, durante el reinado de Ana (1707 – 1714), la última soberana de casa Estuardo. Los impuestos, la guerra con Francia y el gobierno no son parte de sus prioridades y es su debilidad de carácter la que propicia a que Sarah mueva las piezas a favor suyo y de su bando político. En la llegada de Abigail, prima de Sarah sumida en la desgracia social, aparece una nueva pieza que manipular en el tablero; pero pronto se convertirá en una de las jugadoras más ambiciosas entre los personajes que pululan en el palacio.
¿Qué se arriesga? El destino de un reinado y un pueblo invisible para los lujos palaciegos, el favor de la reina y un espacio privilegiado en su cama. Esto último es apreciado con amor por Sarah, pero será la herramienta más valiosa para el ascenso social de Abigail, todo a punta de ungüentos y masajes en las sufrientes piernas de la monarca.
En “La Favorita”, son las mujeres las que juegan, las que deciden y hacen decidir a su antojo, moviendo a su destajo el favor de la reina. Los hombres del mundo dirigido por Lanthimos son apenas unos monigotes, embriagados de la ridiculez y los excesos que la nobleza les otorga.
Al creer que el amor no debe tener límites, Ana de Gran Bretaña olvida dónde están sus verdaderas lealtades y a la hora de satisfacer sus caprichos, es capaz de tomar por un momento el control de sus decisiones, las que derivarán en un final confuso para algunos, pero con la reveladora claridad de que nada volverá a ser como antes.