Fauna Primavera 2017: Aprendiendo de los errores

El festival Fauna Primavera 2017 generó grandes expectativas desde que se anunciaron las primeras bandas del line-up, algo que fue cumplido casi por completo. Después de la criticada versión del año pasado, en general por el pésimo cambio de reciento y apuntar a un target más under, la producción decidió volver a lo clásico.

El Espacio Broadway fue electo para hacer este retorno, donde la gran cantidad de áreas verdes hicieron mucho más llevadero los 32 grados de calor que acecharon este 11 de noviembre. El lugar rindió perfecto para el reparto de los stands, los cuales estaban llenos en casi todo momento.

Si algo deja mucho mucho que desear respecto a estos eventos, pero que lamentablemente no se puede cambiar, son los horarios. Considerando que el festival se llevó a cabo fuera de Santiago, las primeras bandas como Planeta No, Miss Garrison y DJ Atenea, no gozaron de mucho público. Esta situación también se debe en parte a una mala organización con los buses que llevarían al recinto, lo cual empeoró al término de los shows.

En el escenario Ballantine’s destacaron varias presentaciones de artistas que en su mayoría hicieron bailar al público durante la tarde.  Neon Indian, el proyecto del carismático Alan Palomo, mantuvo una vibra enérgica y con un sonido bastante trabajado. Por otro lado,  AlunaGeorge se mostró multifuncional, dejando en claro que no se necesita compañía para deslumbrar en la música.

Otros shows fueron más planos, pero no por eso menos intensos. Daughter partió con algunas complicaciones, las cuales se solucionaron a medida que avanzaron. En ellos se destaca la calidad vocal de Elena Tonra y el constante cambio de instrumentos de los integrantes. Una demostración que el indie puede sonar bien en vivo y en estudio.

Una tónica parecida tuvo Seu Jorge, donde el brasileño se subió al escenario tan solo con su guitarra para encantar a quienes esperaban su tributo a David Bowie. Un espectáculo tibio para acompañar el descenso del calor. Incluso, se regalaron los característicos gorros rojos que utiliza la tripulación de la película The life aquatic with Steve Zissou de Wes Anderson, la misma en que aparecen los covers del cantante.

Cuando ya había caído el sol, el rock de The Black Angels comenzaba a dominar el Vans Stage, sonando a la perfección incluso desde lejos. Un número potente, pero no tan llamativo para los asistentes. Esta fue la antesala para los tres grandes números que tenía la edición 2017  del festival.

Posteriormente, comenzó a sonar un remix de J Balvin y Bruno Mars en el Ballentine’s Stage, para darle el paso a Iggy Azalea. La australiana, acompañada de sus bailarinas, brindaron un momento explosivo, pero sin tantas parafernalias. La rapera, con una actitud de diva,  logró motivar a un público que -quizás- no era el más adecuado para ella, pero que dominó totalmente.

El retorno a Chile de Yo La Tengo también tuvo su lugar en Fauna Primera, siendo uno de los más esperados. Con un setlist hecho para hacer disfrutar a los fans, la banda formada en los 80 dio un espectáculo contundente, fiel al culto que genera su mezcla de dream pop con rock experimental.

Finalmente, la guinda de la torta fue dada por Phoenix, que generaron una euforia pocas veces vista en festivales como este, dado al público neutro que asiste. Desde el inicio con “J-Boy” hasta el final con “1901″, se generó un baile y salto constante, que culminó con el vocalista Thomas Mars nadando entre la multitud. Los momentos más desatados vinieron de la mano los clásicos “Lasso“, “Lisztomania” e “If I Ever Feel Better“.

A pesar de contar con varias realizaciones, Fauna Primavera sigue siendo un festival en pañales respecto a la organización. Aún aproblema el tema de los buses, donde la espera al finalizar se extendió por alrededor de una hora y media, cuando el ticket prometía que ésta sólo sería de 30 minutos.

Quizás la falta de otro artista de peso, acorde al target, disminuyó la cantidad de público, pero no por eso la calidad del evento mismo. Este hecho también generó un ambiente grato para disfrutar las bandas, donde no fue necesario estar luchando ni empujando gente para mantener un puesto frente al escenario.

FOTOGRAFÍAS POR:  Dvinambres Photo / Claudia Jaime
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