Crítica: “Estación Zombie” – El factor humano [#FICV2016]

Desde sus inicios, los películas de zombies se caracterizaban por presentar a sus antagonistas como seres hambrientos por carne humana, pero poco expresivos y algo torpes en su actuar. Recientes largometrajes como “28 Días Después” (Danny Boyle, 2002), el remake de “El Amanecer de los Muertos” (Zack Snyder, 2004), y “Zombieland” (Ruben Fleischer, 2009) revitalizaron el género brindándole agilidad e incluso rasgos emotivos a sus muertos vivientes. Desde que se anunció por primera vez “Estación Zombie” (Yeon Sang-ho, 2016), uno percibía que el filme retomaría esta idea de los zombies rápidos y la llevaría a su máxima expresión. A pesar de esto, existían bastante dudas respecto al primer filme live-action de Yeon Sang-ho, quien es reconocido por ser un director especializado en producciones animadas. A la sorpresa de muchos, su más reciente película termina siendo una gran inclusión a su alabada filmografía, y una buena película de zombies al fin y al cabo. Pero, ¿de qué trata el filme?

“Estación Zombie” nos narra la historia de Seok-woo (Gong Yoo), un divorciado hombre de negocios que decide llevar a Soo-an (Kim Su-an), su hija, de visita a Busan, en dónde la estará esperando su madre. Luego de abordar un tren de alta velocidad en la estación de Seoul, se desata el pánico colectivo entre los pasajeros al darse cuenta que una de las personas a bordo se encuentra infectada con un misterioso virus de rápido contagio. Con una trama así, el filme, fácilmente, pudo haber sido uno más del montón; una mera anécdota surcoreana en una cartelera plagada de largometrajes de temática similar; pero mientras que una gran cantidad de películas del género se enfocan en los estragos de proporciones bíblicas que dejan a su paso los antagonistas y en la eventual muerte de los protagonistas que no se encuentran contagiados, la más reciente producción de Sang-ho tiene como base un componente muy simple: el factor humano.

No me malentiendan; “Estación Zombie” tiene todo lo que se le puede pedir a una película de este tipo: sustos por montón, una atmósfera constantemente claustrofóbica, e incluso muy buenos efectos especiales, pero el verdadero eje de este filme de muertos vivientes son las relaciones que se van formando entre los pasajeros del tren que tratan de evadirlos. Desafortunadamente, una gran cantidad de los personajes presentados son estereotipos prácticamente integrados en la cultura pop: el padre trabajólico y divorciado, el oportunista apático, el fortachón con el corazón de oro, y la pareja adolescente enamorada. Sin embargo, quizás en aquella debilidad recae una de las mayores gracias de la película: estamos tan acostumbrados a ver este tipo de arquetipos en diferentes producciones cinematográficas que se nos hace fácil como espectadores empatizar con ellos.rsz_estacionzombie_2A medida que progresa la historia, nos encontraremos envueltos en un relato sumamente entretenido y muy bien construído, en el cual el compañerismo que comienza a desarrollarse entre los pasajeros del tren es puesto a prueba, ¡y es increíble lo mucho que uno termina preocupándose por los personajes! Gran parte de eso, obviamente, recae en el peso dramático que le entrega cada actor a su papel. Si bien la prioridad de la historia es la relación padre-e-hija entre Seok-woo y Soo-an, quien en verdad se roba la película es Sang-hwa (Ma Dong-seok), quien cae en el estereotipo anteriormente mencionado de «el fortachón con el corazón de oro» y termina siendo uno de los grandes héroes de la historia.

El largometraje presenta una buena dosis de escenas incómodas y sangrientas, pero nunca alcanza un nivel intenso de gore que han presentado filmes de George A. Romero o de Sam Raimi… porque no lo necesita. Park Joo-suk escribió un guión que tiene como eje las implicancias de ser empático o apático en situaciones de alto riesgo. Uno puede ser un bonachón toda su vida, pero, ¿cómo reaccionaría un ser sumamente empático en un escenario en que se comienza a propagar una infección que transforma a simples personas en criaturas hambrientas por carne humana? ¿Daría su vida por los demás? ¿Por qué la vida de aquella persona valdría menos que la de otro pasajero? ¿Es correcto en estos casos actuar de manera empática? ¿O es acaso la apatía el verdadero camino para la supervivencia? Esas son solo algunas de las interrogantes que plantea esta historia, en la que la supervivencia no tiene costo.

En resumidas cuentas, “Estación Zombie” es una de las películas más entretenidas del año. Este filme pudo haberse quedado como un buen thriller de acción, o un entretenido largometraje de muertos vivientes, pero, sabiendo que ya lo habían conseguido, Sang-ho y compañía llevaron el relato un paso más allá al incluir un sutil comentario de la naturaleza del ser humano ante situaciones adversas, sin dejar de entretener de buena gana al espectador que probablemente terminará rindiéndose ante esta producción surcoreana. Recomendada especialmente a todos aquellos que rallaron la papa con la crítica social que presentó la excelente “Snowpiercer” (Bong Joon-ho, 2013), y para aquellos que vieron “Guerra Mundial Z” (Marc Forster, 2013) y encontraron que era buena pero le faltaba «algo». Bueno, les aseguro que ese «algo» lo encontrarán en esta película.

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