Lo-Fi, distendido, estilo libre: Gepe adelanta cómo será su próximo disco

Fotografías promocionales de Gepe por Diego Escalante (@diegoescap)

Daniel Riveros se ha tomado las cosas con calma en el último tiempo. Sin dejar de girar por el país, el músico artísticamente conocido como Gepe ha estado el último año con su cabeza puesta en Un Desastre, su primer álbum largaduración en cuatro años.

Este trabajo llegará a fin de años, en paralelo con el aniversario de su arranque como solista, cuando decidió dejar la timidez y mostrar sus íntimas creaciones de guitarra y voz en pequeñas salas de Santiago. Este hito se celebrará en grande el 7 de diciembre, en su regreso al Teatro Caupolicán, cita que también servirá como lanzamiento de su octavo disco.

¿Qué se trae entre manos esta vez Gepe? Conversamos en extenso con él sobre esta etapa, el proceso de las últimas grabaciones de su próxima placa, su experiencia junto a Sony Music y su discografía.

¿Cómo va el proceso de grabación de tu nuevo disco? ¿Está listo ya?

Un Desastre es un disco que sigue abierto, no lo hemos terminado aún. Le faltan algunas cosas, pero a veces se alarga porque metemos canciones nuevas también, y eso es divertido porque es como que no tuviese ganas nunca de terminarlo. Estamos disfrutando muchos procesos. Hay canciones bien entretenidas, algunas sin mucha razón de ser, un poco mal grabadas, pero que hay una intención a través de eso. Hay canciones que son pedazos de canciones unidas y eso hace que uno se meta mucho en el proceso, porque pegar pedazos de canciones medios inconexos y que termine siendo algo relativamente interesante es un desafío, pero sobre todo una entretención. 

¿Dónde se ha ido grabando este disco?

Lo hemos grabado en varios lugares distintos, estudios distintos de México, Chile, en varios lugares también, productores de diferentes nacionalidades: colombianos, mexicanos, uruguayos. Lo que me hace más sentido de este disco hasta ahora es que no se quiere terminar y se estira, se le van agregando canciones. Es un disco súper orgánico, yo diría. Es un disco nada de tieso, es súper desparramado, distendido, real. Espontáneo.

Esto que sea más distendido pone una clara diferencia con lo que fue el anterior, Ulyce, que fue hecho más desde la industria…

Sí, parte como de un sello multinacional y todo lo que eso conlleva. Tener un productor clásico trabajando con nosotros, como fue Cachorro López, además de Cristián Heyne, trabajaron ambos el disco. Fue una linda etapa, pero confusa también, porque salió en pandemia. Fue difícil todo, hacer videos, promoción. 

Lo que no hubo fue mostrar las canciones en vivo, nunca sucedió, como por lo menos nosotros lo hubiésemos imaginado, así que lo que hicimos fue sacar un EP (Primer Encuentro), una especie de concierto en el Cajón del Maipo y ahí hicimos lo que pudimos. Pero eso pasó con ese disco, circunstancias muy complicadas, como lo fue para todo el mundo. 

Y luego este disco yo creo que significa todo lo contrario, es como atado a nada y abierto a todo. Creo que son canciones difíciles de tocar en vivo, por la cantidad de elementos o lo dispar que son, sobre todo cómo están registradas muchas de ellas, que están a veces grabadas con un teléfono a la pasada o hay también con muchas cuerdas de cello, que no dejan de ser complicado.

¿Hay otros instrumentos o otros ritmos que no habías probado antes en este nuevo disco?

Sí. Primero, hay que decir que es el disco que tiene más colaboraciones de los que he hecho hasta ahora. Uno de mis artistas favoritos que está presente en el disco es de origen uruguayo. Hay distinta gente, de Colombia, de México, de acá también. Artistas nuevos y no tan nuevos. Es un disco que, estilísticamente, va hacia todos lados pero nada que suene tan extraño. Todo es posible, yo diría que la gran gracia de este disco es que no tiene filtro, en ningún sentido. Y hay muchas canciones que realmente suenan feas, pero le da un sentido especial. 

¿Hay un sonido más Lo-Fi en algunas canciones? 

Lo-Fi, sí, hay harto puesto sobre algo que no es Lo-Fi. Hay como una urgencia en eso, y yo creo que es un aspecto importante en el disco. Simplemente, la idea de que cuándo lo grabé del teléfono como idea original, como demo, nosotros respetamos esa toma original y la mezclamos con tomas de otros instrumentos encima y hace que suene algo especial. No especialmente un disco pulcro ni grabado en el super estudio de Abbey Road, para nada, todo lo contrario. 

Ahora, visto a la distancia. ¿Volverías a trabajar con un sello multinacional como lo fue Sony?

Si es que me aguantan, sí. Yo no diría que fue una mala experiencia, solo que nos tocaron circunstancias complicadas. La pandemia y todo ese tema, que por supuesto, hace que cualquier proyecto que uno haya emprendido se complique, y pucha, difícil medir la experiencia con Sony con la pandemia, porque hace que todo sea complicado. Pero yo estoy bien como estoy ahora, eso puedo decir. Ahora soy un artista independiente como siempre fui, digamos, y todo bien con Sony. De verdad, gente muy simpática que nos seguimos encontrando por ahí. Igual haber estado en Sony facilitó, supongo, haber estado nominado al Grammy también en Mejor Canción Alternativa el 2021 (por “Confía”). Eso es bueno, no deja de ser. 

Ulyce nunca salió en formato físico. ¿Ese y el nuevo que viene ahora estarán en vinilo y/o CD?

El Ulyce, sí. De hecho, estamos ahora fabricando aquello, confirmando los temas de diseño, pero va a haber vinilo. Puedo asegurar el vinilo. 

¿Con quién estás trabajando en el arte de Un Desastre?

Andarino. Es un diseñador chileno que conocí gracias a las Yorka, que hicieron una portada con él (“Cumbita”). Me encantó lo que hizo, me junté con él y empezamos a trabajar con los afiches. Pero el arte del disco hasta ahora lo he estado trabajando yo, en base a una fotografía que hicimos con Rodrigo Pérez, un fotógrafo. Esa foto la hicimos hace bastante tiempo atrás, años. Probablemente termine trabajando los detalles con Andarino.

A fin de año, el 7 de diciembre, lanzarás el disco y celebrarás además tus 20 años de carrera en el Teatro Caupolicán

Creo que para mi, lo importante hoy en día es mostrar los músicos que me secundan. Lo que me he dado cuenta de estos últimos dos años de conciertos en vivo, por un montón de lados, es que los conciertos los siento como una obra de teatro, donde de alguna manera cada actor, cada músico, está de una manera distinta siempre, defendiendo canciones que la gente conoce. Cada concierto es único, eso me importa mucho y es gracias a la combinación y la energía que se genera entre los músicos. 

Entonces, todo está dispuesto para que se entienda que no hay solo una persona defendiendo las canciones, sino que 6 sobre el escenario, que están haciendo cosas en particular muy especiales y que para mí son muy importantes.

Yo sé que la gente también lo ha adaptado como personajes importantísimos. Miguel, la Claudia, la Dani, Congo, Franz, etc, son tremendas personas, no sólo en lo humano sino que en lo musical. Son ingredientes fundamentales de lo que se está haciendo. Si uno de ellos no está, ese espacio se cubre de una manera especial. 

De tus discos antiguos. ¿Hay alguno de esos que te siga llamando la atención con el paso de los años?

Todos me llaman la atención, a todos les tengo cariño, pero yo diría que, por la distancia, me da la impresión de que los dos primeros, y en particular, Gepinto y el 5×5 son fundamentales para la idea de mirar en perspectiva. 

El próximo año se cumplen 20 años de Gepinto, que es el primer gran esfuerzo que hicimos y me da mucho orgullo ese disco. No me da tanta vergüenza. Lo puedo escuchar, lo disfruto y sin nostalgia. Lo escucho como algo fresco, vivo, y me da la sensación que ha resistido el tiempo bastante bien, y eso es lo que los discos tienen que tener. 

¿Y hay alguno que no te guste?

Sí, o sea, en todos encuentro que hay muchos errores. Demasiados errores yo diría. El Folclor Imaginario le tengo particular cariño y lo puedo escuchar sin problemas, porque ese disco me refiere, básicamente, a todas las personas que quiero. Lo hice con mis amigos más grandes y en honor a las personas que más admiro, no solo Margot. Pero el resto me parece que están pésimo (risas).

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