En noviembre de 2021, Gepe sorprendió con “FE”, un homenaje del compositor a la música en español, reversionando a Chayanne, Rosalía y Shakira, entre otros.
Luego de lanzar esta serie de covers, rescató elementos de la música latina para llevarla a sus propias composiciones. Primero lanzó “Las 4:40”, un single que acompañó un video donde interpretaba a un mozo, mientras Tamara Acosta y Salvador Inzunza se robaban la película. El joven actor luego apareció en el clip “Coquimbo, Mazatlán”, una ranchera en que el sanmiguelino invitó al mexicano David Aguilar.
Dos canciones que encontraron un hilo conductor con el lanzamiento de “ANSIEDÁ”, donde junto al colombiano Esteman rescatan elementos del bolero. Un relato similar que se tradujo en tres videos dirigidos por el realizador Bernardo Quesney.
“Mi idea nunca fue compilarlas, sino que sacar singles y quedaran volando, pero me di cuenta de que soy más de discos, o de grupo de canciones. Había algo, un hilo conductor entre los singles“, declara el músico.
Junto con “Los 3s” forman parte de “Realismo”, el nuevo EP de Gepe. Un trabajo que le permitió experimentar, abrirse a nuevas instancias de creación y producción. Desde México, nos cuenta más detalles.
¿Qué te llevó a lanzar un EP luego del compilado de covers lanzado hace algunos meses?
A fines del año pasado vine a Ciudad de México a juntarme con mucha gente, que conocía y que no, a tratar de ver si salían canciones. Nunca había hecho eso antes, así que fue un poco romper ese prejuicio de “perder la esencia” o que no sucedería nada, lo que muchas veces pasó. Pero también en varias ocasiones sí salieron canciones y cosas bastante bonitas.
Así fue como rompí el hielo con lo compositivo. Es tan así, que ahora cuando hago canciones siento que debo convocar a alguien, se hace más entretenido.
Compusimos un montón de canciones, y algunas de esas las comenzamos a grabar. De ahí apareció “Las 4:40”, pero no teniendo en cuenta lanzar un EP ni un disco. Yo estaba soltando la mano, cachando qué pasaba si me junto con tal o cual persona.
Lo mismo con la producción, en una estuvo Nico Cotton en Argentina, y Pablo Stipicic metió mano en “ANSIEDÁ” y “Coquimbo, Mazatlán”. “Los 3’s”, en cambio, la produje yo. Quería ver qué pasaba en cada una. Para mí los EP son para probar cosas, tipos de producción, composición, arreglo, etc.
Finalmente desembocó en juntar todo en un disquito chico, donde le agregué una canción más para que fuera todo lo contrario a las anteriores.
¿Es tu primera vez como productor de tus propias canciones?
En mis discos desde el principio siempre metí mano, pero nunca me había puesto en los créditos. Siempre que trabajé con Cristián Heyne, Vicente Sanfuentes o Cachorro López, estuve ahí al mismo tiempo.
Es una suerte de des-producción, es como un demo igual. Y eso me gusta, el sonido crudo. Quería equilibrar lo que sucedía en las otras tres canciones. Fueron muchas vueltas, viajar a otro país a hacer esto, ocupar muchos recursos de instrumentos, sacar y poner cosas. En cambio, en “Los 3s” es muy sencillo y me gusta esa crudeza.
Además, hicimos una máster en Dolby Atmos, y esa canción se siente muy bacán por su crudeza puesta en un sistema super tecnológico, que suena en Apple Music. Está entrete eso también.
¿Esa crudeza llevó a que el título fuera “Realismo”?
El nombre del EP se refiere al aquí y ahora. Estas son las ideas o sensaciones que tengo en mi cabeza, y esta puede ser una manera de trabajar, desde grabar con productores hasta con el micrófono en el patio de mi casa.
El Realismo Mágico me suena medio redundante. Toda Latinoamérica es así, todo lo que nos sucede nos sobrepasa, y esa supongo que es la idea de la denominación: a veces los hechos son tan reales que terminan teniendo una cuota de absurdo o magia.
Se nota en las canciones varios guiños a la música latina.
“Las 4:40” tiene una especie de cumbia colombiana, porque justamente la estuve escuchando mucho, y tiende a ser súper lenta. Entonces tenía ganas de hacer algo así.
Para “ANSIEDÁ”, me encanta el mix entre bolero y bossanova. Encuentro que son parientes sin darse cuenta, y eso quería hacer también. Y en “Coquimbo, Mazatlán” fue juntarme con David Aguilar que es muy fanático de la ranchera, por lo que terminó siendo algo así. No nos juntamos con esa intención, pero terminó resultando y me encantó.
En estas colaboraciones, ¿venías con una idea planeada o salieron ideas durante la interacción?
En “ANSIEDÁ” era una canción que ya estaba compuesta y producida. Sentía que en el segundo verso le faltaba algo, una persona distinta, porque sentía que quedaría más entretenida que otra persona cantaba, y con una voz no tan distinta a mí.
A Esteman lo conozco hace 10 años, y nos caemos muy bien. Me hizo sentido invitarlo y a él también. Viajó a Chile a grabar el video, lo pasó bien, así que esas cosas se toman en cuenta.
Han habido veces en que artistas graban una colaboración, y que por muy buena intención que haya, finalmente las cosas no resultan. Esto fue todo lo contrario.
Has colaborado con un buen número de artistas a lo largo de tu carrera, ¿te proyectas con otro feat?
Lo que ahora he estado pensando es hacer colaboraciones con gente que no sea música, músico. Me parece más interesante hoy por hoy que su trabajo sea cuenta cuentos, periodista, gente que toca instrumentos inusuales.
¿Cómo fue trabajar en los tres videoclips con Bernardo Quesney?
Sucede que Bernardo Quesney, con quien había trabajado hace 10 años atrás en los videos de “Alfabeto” y “En la Naturaleza”, es de San Felipe. Y todos esos lugares: Los Andes, Putaendo, Catemu, quedan muy cerca.
Él propuso trabajar solo con gente de Putaendo, puntualmente en “ANSIEDÁ”. Gente que él conocía, de su colegio, su barrio, creo que había familiares también.
Lo que yo quería era tener paisajes lo más ambiguos posible: medio mexicano, medio colombiano. Que pudiese ser un lugar desértico pero ambiguo, y justamente esa zona aplicaba para esa idea.