“Chile, ustedes son los mejores. ¿Lo saben cierto?” Esas palabras comenzaron a marcar el cierre de la presentación de Lana del Rey en la versión 2018 de Lollapalooza. La neoyorquina terminaba de conquistar suelo nacional con dulzura y melancolía mediante “Lust for Life” y “Summertime Sadness”.
Luego de un éxito rotundo, y antes de su anuncio como headliner de la próxima edición del festival, ¿Qué ha pasado durante estos dos años? Un par de meses después de columpiar en el escenario Banco de Chile, anunció el lanzamiento de su quinto álbum Norman Fucking Rockwell!
Un total de 67 minutos divididos en 14 pistas conforman un disco aclamado por la crítica. La introspectiva, los excesos y las penas vuelven a tomarse el leit motiv de la neoyorquina. Confirma que a veces no es necesario innovar o cambiar la estrategia, sino que con una misma táctica puede volver a transmitir las sensaciones esperadas. El piano logra conjugarse con las intensas y agudas letras en temas como “Cinnamon Girl” y “Hope is a dangerous thing for a woman like me to have – but i have it”. Son las armas con las que Lana reconquistó a una fanaticada que nunca la puso en dudas.
Sin embargo, se encendieron las alarmas. Hace un par de días la artista anunció la cancelación del resto de su gira europea debido a problemas de salud. Comunicó que debía tomar reposo ya que se estaba quedando sin voz. Nada se ha dicho aún con respecto a su participación en los diez años de Lollapalooza Chile.
Mientras tanto, seremos optimistas. Podremos esperar un show sincero e íntimo el próximo 27 de marzo. Éxitos como “Ride” y “Born to Die” sonarán fuerte y se entremezclarán con “Venice Bitch” para transformar el Parque O’Higgins en un espacio de catarsis y contención.