Con profundidad y con nuevos tonos de folk rock, Daniela Amaya lanzó su nuevo álbum titulado “Umbral”. A través de ocho canciones la artista nos relata su proceso de aceptación y liberación, como mujer, artista y lesbiana, que busca contribuir a un mundo más inclusivo y libre de odio.
“Umbral”, placa lista hace más de dos años, que se vio pospuesta por estallido social y la pandemia, viene a ser el segundo largaduración de Daniela luego de “En El Silencio” (2016).
Daniela dice cantarle a las cosas que considera injustas, a lo que debe cambiar, al amor mismo, y a la sanación. LaRata.cl conversó con la música para conocer el origen de cada una de las canciones que cruzó su “Umbral”.
Déjame Seguir
El viaje de este disco inicia con esta canción que desde un pop rock melancólico, habla sobre la difícil situación que viven las mujeres víctimas de violencia. Con una melodía que juega mezclando tonos agudos, graves, e incluso susurros, la canción describe los constantes intentos de una mujer por liberarse de los brazos de un amor tormentoso y dañino. Acompañada de un videoclip basado en la danza, esta pieza y su protagonista nos llevan a un clímax en el que se libera su verdadera voz y fuerza interior.
Perros Fieles
Con un característico hook inicial de guitarra eléctrica, y posterior motivo a lo largo de la canción, Perros Fieles desafía al sistema. En un mundo donde los sueños son constantemente aplastados por la necesidad de producir, la canción invita a “destruir las armaduras”, las cadenas que retienen a estos corazones desgastados. En una dinámica similar al primer track, este tema se mueve hacia un nuevo clímax, pero ahora con una antesala de acoples de guitarra intencionados que se suman para explotar en un solo de guitarra eléctrica, que canaliza la energía contenida de estos sueños aún por despertar.
Sin Piedad
Una de las propuestas más interesantes de Umbral. Con 1 minuto y 40 segundos sólo de piano y voz, e intervenciones de violín, la canción nos da una falsa sensación inicial de simpleza en su producción. Pero luego despierta, en una potente e inesperada estrofa orquestada, un pre-coro que juega levemente con la métrica, y un explosivo coro que acentúa el nombre de la misma canción, “Sin Piedad”. Cuenta la historia de aceptación y liberación de una mujer atrapada en su mente, presa de su propio deseo. Ante el miedo de ser juzgada, se esconde, intentando escapar a las balas de las palabras. En ese sentido la canción describe como el lenguaje puede ser utilizado como un arma. En su parte final, la mujer decide despertar y entregarse en un delicado y cálido final que rescata el motivo principal de “Lotería”, canción del primer disco de Daniela Amaya. Voz y violín dan cuenta de este pequeño guiño a una canción del pasado que nos invita a un encuentro en atardeceres y paisajes.
Cambio de Color
Dejamos de lado la lucha y el dolor, para dar espacio al amor. “Cambio de Color”, evoca esa sensación dulce y embriagante, que baja cálidamente por nuestro pecho cuando estamos comenzado a amar a alguien. Es la constatación en el propio cuerpo de los distintos cambios y sensaciones que nos puede provocar esa persona especial en nuestra vida. Creada en un 100% desde el teclado, la canción toma como base este emotivo instrumento, para construir a su alrededor un acompañamiento de suave balada pop.
Monserrat
Una balada pura, cálida y envolvente. Nace de una sutil conversación entre los arpegios musicales de teclado y guitarra eléctrica. Las largas notas de la guitarra en la parte inicial de la canción, crean un paisaje sonoro lleno de nostalgia y misterio. Siguiendo la historia de mujeres protagonistas, esta canción está inspirada en una mujer que representa la libertad, la fuerza, y la belleza de quién no se conforma. La mujer que busca incansablemente el propósito de su existencia, y el sacrificio que esto conlleva. Con un videoclip grabado en las costas de Las Cruces, Litoral de los Poetas, los profundos sentires y reflexiones de su protagonista se acompañan de hermosas capturas aéreas del mar y atardeceres.
Nuestra Ciudad
Una canción que nos recuerda parte de la esencia de “En El Silencio”, con su simpleza y naturalidad. Guitarra y voz son las protagonistas de este encuentro, que llena de color el gris de la ciudad. Nos cuenta la historia de almas que conectan más allá del lenguaje, el cuerpo, o el tiempo. Con variadas e interesantes percusiones, el tema fluye en un pop folk melódico que invita profundamente a cultivar las conexiones y relaciones humanas.
Hasta Encontrarnos
El deseo más profundo del viaje de “Umbral”, se resume en esta canción, sencillo promocional de este disco. Habla sobre el deseo de un encuentro real, profundo y sincero entre dos personas que no logran entenderse, entre personas que no se aceptan o cuyos pensamientos difieren a niveles que pueden parecer irreconciliables. Más allá de todo lo aprendido, la canción plantea cómo a nivel espiritual sí existe la posibilidad de abrazarse y comunicarse desde un amor libre y sin rencor. Con un potente pop rock e interesantes arreglos corales, la canción cae en su parte final a un lugar nostálgico, pero luminoso, en la esperanza de este inevitable encuentro.
Al Azul
En el final del álbum, nos encontramos en las puertas de este “Umbral”, con una canción cuya propuesta electropop nos invita a soltar y entregarnos a la sanación; a caer en este “Azul” que tan históricamente ha representado el dolor, la melancolía. La canción habla sobre cómo los procesos de sanación no pueden avanzar sin entrega, sin rendirse, o sin dejar que las emociones fluyan por nuestro cuerpo.
Puedes escuchar “Umbral” de Daniela Amaya aquí: