Mi política es la nostalgia: DeBÍ TiRAR MáS FOToS y el compromiso social de Bad Bunny

Por Tabata Yáñez y Gerardo Aliaga

“Bad Bunny se agringó”. El puertorriqueño había alcanzado la cima del mundo tras “Un Verano sin Ti” (2022). Sin embargo, el trono vino junto con el asedio, las críticas y las polémicas. Kendall Jenner, el vuelo del celular de un fan y los comentarios tras un disco más ligado al trap que no consiguió mantenerlo en el top. Pero lo que más le dolió fueron las acusaciones que lo alejaron de sus raíces. Que se había acomodado en la farándula estadounidense.


Verse ausente, buscar la casa y los cuerpos fuera de ella que reposaban en las sillas de plástico. La fresca, el ruido blanco, un pedazo de tierra común que la mayoría tuvimos. Y la humedad mezclada con el tabaco, las sobras de comida y el aroma de quienes sabemos identificar al instante. No están, no estoy, recuerdo, regreso, pérdida.

Eso es lo primero en aparecer cuando escucho urgente cualquier tema aleatorio de “DeBÍ TiRAR MáS FOToS” (5 de enero de 2025). Después lo más concreto y específico, el reggaeton con sello propio en “VOY A LLeVARTE PA PR”. Alegorías que me espabilan en el minuto uno con trece segundos en “DtMF” donde identifico “No sé si son petardo o si son tiro” . Y formulo inmediato: este último álbum de Bad Bunny nos concede, a diferencia de que cualquier otro de sus discos, el sentirnos parte en lo más visceral

Lo permite en fácil, desde lo casero y básico, como lo que escuchamos siempre en el pasaje, los primeros perreos en la sede, la disco, la playita o la historia de la familia: “Benito, hijo de Benito, le decían Tito. El mayor de seis trabajando desde chamaquito guiando camiones como el pa’ y el abuelo”, empieza contando en “LA MuDANZA”.


Jean Paul Sartre fue uno de los más reconocidos autores en postular la idea del compromiso social en la literatura. Reconoce a ella como elemento de cambio, con poder de denuncia, e invita a los escritores a “reflexionar sobre su contemporaneidad”. Y este planteamiento se puede extrapolar al arte en general, incluyendo la música. 

Cada canción es hija de su contexto, directa o indirectamente representa el sentir social sobre su entorno, incluso la falta de este. Movimientos como la Nueva Canción Chilena, el ascenso del britpop y el grunge en paralelo, son manifestaciones de momentos sociales en el arte.

Benito Martínez nunca estuvo ajeno a su entorno. Tras el éxito que logró con su primer álbum “X 100pre” (2018), levantó la voz en medio de una crisis social que crecía en Puerto Rico. Junto a Residente, fueron las caras de un movimiento que pedía la renuncia del entonces gobernador, Ricardo Rosselló. Junto al ex Calle 13 e iLe, publicaron “Afilando los cuchillos”, en directa alusión no solo a la clase gobernante, sino a sus pares en la industria que no se refirieron al conflicto.


En tanto, mientras nos pone un reggaetón melancólico sobre pasar stalkeando a la ex por seguir en los “KLOuFRENS”, también suscita el sentido de pertenencia en lo político e histórico apalancado de una apuesta híbrida: sonidos tradicionales puertorriqueños y sintetizadores propios del reggaetón. Pero me inclino más al reconocimiento desde el territorio y la nostalgia que Bad Bunny afiló en las diecisiete canciones. 

Dejar que se expanda lo emocional y apostar por lo sensitivo de “DeBÍ TiRAR MáS FOToS” es una alternativa lógica si lo que más me estimula es la melancolía de quien se va, regresa y le pesa la memoria.


Tras un par de singles que sirvieron como adelanto, Bad Bunny liberó un cortometraje que muestra a dos personajes: Benito ya mayor, que rescata una caja con recuerdos, y un sapo Concho, especie endémica de Puerto Rico. Ellos viven en una isla muy distinta a la que crecieron, donde el inglés es más recurrente que el español, tal como ocurre en la tienda.

Un anticipo a lo que escucharíamos sobre el compromiso de Benito por su tierra, que se extiende a los visualizers que podemos encontrar de cada tema en YouTube. Dembow, salsa, plena, reggaeton. Todo sabe a las calles de Vega Baja, Bayamón y San Juan. También con mensajes directos hacia sus compatriotas, como en “LO QUE LE PASÓ A HAWAii” y con el bailable recado en LA MuDANZA.

Aquella melancolía, la lucha por la memoria, la añoranza y la cuidada atención por su historia, detalles y sonidos que construyeron la riqueza cultural de Puerto Rico hacen de “DeBÍ TiRAR MáS FOToS” un trabajo que debe observarse más allá de lo musical. Es un documento social, e incluso político. Termina por aniquilar los ya añejos prejuicios que promulgan que todo lo relacionado al reggaeton está vacío de forma y fondo. Es una reconstrucción identitaria que te invita a bailar con la bandera de Puerto Rico flameando con orgullo.

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