Deuda saldada con sus fanáticos. La banda británica de rock experimental Black Midi al fin pisó tierras chilenas y concretó una tan esperada presentación después de tres años de espera por la pandemia. Y mucho mejor en verdad, ya que en el intertanto lanzaron dos álbumes sumamente relevantes en su trayectoria: Cavalcade y Hellfire.
Era el momento para tener a uno de los proyectos más prometedores del rock anglo en nuestro país y curiosamente la Blondie fue el lugar escogido para que los londinenses tocaran. Estar en el escenario principal era prácticamente entrar a un infierno. Primero, el terreno colapsado de asistentes y segundo, el asfixiante calor del subterráneo, coincidente con la puesta en escena: la portada de su disco Hellfire.
Pero antes de la proyección en pantalla del trabajo de la agrupación, la previa estuvo comandada por Sistemas Inestables, un trío con un sonido pulcro creando atmósferas propias del post-rock entregando lo mejor de sí terminando con una ovación por los presentes, lo que dio paso a un breve descanso.
“Nessun Dorma” de la ópera Turandot interpretada por Pavarotti se apodera de los parlantes del recinto hasta que, en su parte final, aparece en una entrada triunfante Geordie Greep, Cameron Picton y Morgan Simpson de Black Midi. Todos aplauden. La espera se había hecho eterna, todos sabían que estaban ante aquellos técnicos, ruidosos y maníacos ingleses que por tanto tiempo venían escuchando por streaming.
La carrera comienza y con todo el noise a la parrilla de la mano de “953” y “Speedway” de su placa debut Schlagenheim. A esto le seguiría una jornada de casi dos horas marcada por un pequeño repaso a lo mejor de su repertorio, momentos de improvisación y una sorpresiva y amplia selección de covers, más de lo que han acostumbrado en sus últimos shows.
Mientras tanto, el público respondía retumbando el suelo de la Blondie en un mar de personas que constantemente iba hacia atrás y adelante, otras con poleras volando por los aires. Todo esto en un completo éxtasis que solo la crudeza de los creadores de Hellfire podían ofrecer, con temas de este álbum como “Sugar/Tzu” que por poco no manda abajo el recinto, “Eat Men Eat”, “Welcome To Hell”, “Still”, “Dangerous Liasons” y “The Defence”.
En cuanto al variado conjunto de covers en la lista, todos entran en la categoría de memorables, una batería de clásicos del rock tales como “Paranoid” de Black Sabbath; “Breathe” de Pink Floyd; “Enter Sandman” de Metallica; “Can’t Stop” de Red Hot Chili Peppers; “Riff Raff” de AC/DC y “Good Times Bad Times” de Led Zeppelin. Un pequeño regalo que era parte de la deuda con Chile y que se apreció en lo absoluto en una noche que coronó con “John L” y “bmbmbm”.
Demencial, un brutal puñetazo auditivo y Blondie, el infierno mismo. Una frenética velada repleta de una insanidad maratónica de inicio a fin que no dejó espacio para nada, solo para la infinidad de potentes gritos, mosh pits y una brutal energía en la pista que lo único que te deja pensando para el resto de tu vida es: “sobreviví a Black Midi”.
