Dillom en Teatro Coliseo: la gran fiesta Post Mortem

El pasado jueves 26 de octubre se adelantó Halloween en un espectáculo de disfraces y homenajes a la muerte. No era un funeral, aunque le pega en el palo. Era Dillom en el Teatro Coliseo. Acompañado de su banda que también se caracterizó para la ocasión, Dylan León Masa, a.k.a. Dillom, pisó fuerte en tierra nacional dejando bien en claro su nivel y versatilidad cuando a shows en vivo se refiere.

Días antes había pedido a través de sus redes que todos los asistentes del concierto fueran disfrazados, y el público cumplió. De hecho fueron la gran mayoría, lo que generó el ambiente adecuado mucho antes de que empezara el concierto. Superhéroes, personajes de anime, de películas clásicas, incluso de otros músicos y del mismo Dillom. Disfraces habían para dar y regalar. Mientras algunos revisaban con la mirada la variopinta diversidad de trajes y máscaras, otros esperaban impaciente la salida del argentino coreando su nombre a mano alzada.

Fue ahí que salió Kuina, marcando la pauta y la vibra de la noche. La lautarina logró llevarse el cariño del público a pesar de mostrarse un tanto nerviosa, moviendo a la gente y armando moshs a diestra y siniestra con sus éxitos como KALAFQUÉN o KUINA TU GATA. Sus 40 minutos de teloneo le valieron para toda la noche, ya que cuando le tocó pasar la posta al argentino, lo hizo con la mano en alto y sinceros aplausos de la gente.

Así y todo, en el momento que Dillom subió al escenario, la situación cambió por completo. Los más atentos con el cronograma iniciaron una cuenta regresiva cuando faltaba un minuto para la salida de Dillom, dando el pie para que comenzara todo. Cualquier espacio que quedara entre las personas de la cancha se vio rápidamente sustituido por algún fan que intentaba (sin mucho éxito) acercarse al escenario.

El show abrió con DEMIAN, el monólogo narrado por Mario Pergolini, que algunos recitaban casi de memoria. Sin esperar más para subir la temperatura, Dillom hizo su aparición con POST MORTEM, tema que le da el nombre a su último disco de estudio. “Mis amigos están muertos sin querer los maté”. Ese fue el primer gran coreo del concierto, que estaría lejos de ser el último.

Poco a poco aumentaba la catarsis del público, que entre la mezcla de trap industrial, rock y pop que caracteriza a la discografía del argentino, se iba adaptando el ritmo de los saltos. Afortunadamente, le dio el gusto a gran parte de su audiencia, ya que tocó tanto éxitos de su último disco como de su EP titulado AD HONOREM. Vestido de Alex DeLarge de La Naranja Mecánica, Dillom no hizo esperar a nadie para tocar algunos de sus temas más conocidos como PELOTUDA y DUO.

Cerró su primer bloque con su single OLA DE SUICIDIOS, una canción que perfectamente podría ser post-punk ruso, pero el argentino le pone yerba de su mate con sus barras características y flow distintivo. No fue hasta el bis, donde desempolvó algunas de sus joyitas para rematar, como OPA y Sauce. 

Sin lugar a dudas, el argentino es una de las promesas de la escena urbana trasandina, ya que con tan solo 22 años ha logrado generar no solo expectativas, si no una fanaticada potente y una discografía que lo respalda, fusionando distintos estilos y géneros con una narrativa completa. Con una presentación de poco más de una hora, 18 temas y un Teatro Coliseo hecho un horno, Dillom agradeció al público por el apoyo y energía, dejando una promesa tácita de volver, vivo o muerto, a nuestro país.

Dillom en Teatro Coliseo – Jueves 26 de octubre