Ya han pasado semanas desde el lanzamiento del segundo álbum en solitario de Bad Bunny “YHLQMDLG” y aunque hemos tenido poca oportunidad de perrearlo, el disco nos sigue dando que hablar, primero por todos los récords que rompió: número dos en la lista de Billboard 200, casi 200.000 ventas sólo en Estados Unidos, 201,4 millones de reproducciones, todo esto en sólo una semana, lo que lo convierte en álbum en español con el debut más exitoso de la historia.
Otra cosa son los videos, ya son ocho los videos disponibles en el canal de youtube del Conejo, polémica incluida con el “intento” de ser feminista en el de “Yo Perreo Sola”.
Pero bueno, más allá de los números y las polémicas, el “Yo Hago Lo Que Me Da La Gana” es un hitazo. Si el “X100pre” (2018) ya era una declaración de principios que gritaba: “si yo quiero hacer este disco lo voy a hacer”, este disco lo reafirma y le da una nueva bofetada a “Hear This Music”, el sello que no lo dejó hacer un LP.
Porque es un “te lo dije”. El anterior era un disco más compacto, más personal, melancólico y si se quiere más coherente. El “YHLQMDLG” es un compilado de 20 canciones que podrían sonar de corrido en una fiesta. Y es que tiene de todo: reggaetón antiguo, moderno, dembow, trap latino, pop, incluso a Pablo Chill-E. Es como si Bad Bunny hiciera una playlist con sus artistas favoritos.
El álbum parte con “Y si veo a tu mamá”, una canción lenta que nos hace recordar a la “Garota de Ipanema” y que tiene es ADN popero que tenía el x100pre, pero luego pasa a “La Difícil”, un hit asegurado de reggaetón estilo Zion y Lennox, para después pasar a “Pero Ya No” que tiene más aspectos de es trap característico del Conejo Malo. Con esas tres primeras canciones ya te muestra su versatilidad, que va a estar presente en todo el disco.
Lo siguiente es puro hit de disco. “Yo Perreo Sola”, “Bichiyal”, “La Zona”, “Que Malo” y “A Tu Merced”, reggaetones puros que por momentos hacen referencias a un dembow más antiguo, pero sin tanta colaboración e intertextualidad como lo intenta hacer el género hoy. “Ignorantes” es un éxito de listas asegurado gracias a la presencia de Sech, quien a creado su marca personal entre lo romántico y lo brutal. Entre medio está “La Santa” que cuenta con la participación de Daddy Yankee, quien se roba el protagonismo y nos recuerda que “solamente hay un Jefe”.
Pero también hay puntos bajos. Encontramos como “Solía”, un tema con una vibra muy “Major Lazer” y que podría ser muy olvidable si no fuera por ese final medio deep techno, muy final de “Highest in The Room” de Travis Scott. “Vete” es uno de los singles del disco y si bien tuvo éxito, es un poco más de lo mismo que nos había mostrado Bad Bunny antes del lanzamiento del disco.
Las canciones que cierran este espacio de perreo del disco son “Una Vez”, que tiene la presencia del puertorriqueño Mora y está producida por Taiko, un chileno de 18 años que se ha hecho un nombre en el género: ya produjo “Rojo” de J Balvin además de a varios artistas nacionales de Young Cister y Paloma Mami. La otra es “Safaera” con Jowell y Randy y Ñengo Flow. Una canción de 5 minutos que hace homenaje a lo que los dos primeros han hecho desde que usabas chasquilla, zapatillas anchas y carreteabas de día, buenísima.
Así el último cuarto del disco es puro trap latino. Acá Anuel, Myke Towers, Kendo Kaponi, Arcángel, Duki y Pablo Chill-e colaboran con 5 canciones que recuerdan a los inicios de Bad Bunny, cuando recién se hacia conocido. Destaca “Hablemos Mañana” con Pablito y Duki. Esta canción se podría interpretar como una síntesis del disco, en donde Benito nuevamente remarca que “hace lo que se le da la gana”, incluso hacer cantar al argentino sobre una base de rock emo que resulta salir de manera increíble, después de todo, “el Duko” es un rockstar.
El final de “Hablemos Mañana” da paso a “<3” la última canción del disco. Un rap en donde Bunny agradece a sus fans por el apoyo, habla de su cansancio diciendo que “aunque sus mejores temas no han salido”, la fama “lo tiene enfermo” y por eso desliza la posibilidad del retiro después de lanzar un disco más. Sin duda un gran final para este manifiesto de un artista que perfectamente podría apagar el micrófono y quedar con la imagen de una leyenda.
