Thanos logró su cometido en “Avengers – Infinity War“: chasqueó sus dedos y desapareció a la mitad de la población del universo. Por primera vez en el MCU (Universo Cinematográfico de Marvel) nuestros super-héroes favoritos conocieron la derrota, y de la peor forma posible. En “Endgame“, la desolación y la tristeza han sido reemplazados por mucha satisfacción, emotividad constante y excelente fan-service. Este el tope de gama de las películas de super-héroes.
Este es el cuarto film de Marvel Studios dirigido por Joe y Anthony Russo y fue estrenada el 25 de abril en nuestro país. Rompiendo récords por mayor cantidad de pre-ventas, está encaminada a ser la película más taquillera del año y quizás, de la historia.
Esta película tiene muchísimo que entregar, e increíblemente nada de ello es relleno. Aunque la duración es de tres horas, todo lo que aquí se muestra es absolutamente necesario para la totalidad de la historia, como también para los arcos argumentales de los seis Vengadores originales. En esta entrega, ellos vuelven a ser los protagonistas.
La premisa es simple: nuestros héroes deben buscar la forma de recolectar las Gemas del Infinito, para traer de vuelta a toda la gente que desapareció. La ejecución de este plan es abrumadora, porque termina siendo una forma de recapitular los grandes momentos de la saga. Los personajes se encuentran de frente con su propio pasado, lo que permite entender bien qué les depara el futuro. Esto le da al film una identidad, algo que la separa completamente en estilo y tono de todas las películas anteriores.
Al ser la culminación de una saga tan extensa, esta película tenía que ser especial. La expectativas puestas en ella eran gigantes, y fueron superadas ampliamente. Los hermanos Russo supieron dar a la Saga del Infinito el cierre que merecía. Endgame es una montaña rusa de emociones. Está repleta de acción y de fan-service del bueno, ese que posee sentido y coherencia dentro de la historia.
Por muy increíble que suene, la historia misma no es lo más importante en esta película. Lo central aquí son los protagonistas y el cierre de cada uno de sus arcos. Los personajes que nos dejan, como también aquellos que se quedan, hacen que el filme sea muy, muy emotivo. Mucha gente no pudo evitar botar una que otra lágrima en la sala de cine.
Calificar de épico lo que sucede durante el último tramo de esta película es quedarse corto. Sin entrar en detalles, la gran batalla final es simplemente una experiencia en sí misma. La intervención de cada personaje es la representación perfecta de sus símiles en los cómics. Todo lo que ahí sucede es como un premio a la paciencia de los fans por esta última década. Es la forma que tuvo Marvel Studios de dar gracias a aquellos que vieron “Iron-Man” con 12 años y que ahora están ahí, con más de 20.
“Parte de un viaje es el final“, y la sensación que entrega este final en particular es de mucha satisfacción. “Endgame” está construida para darle sentido a todo lo que vino antes de ella. Es emocionante, divertida y fácil de digerir a pesar de su duración. Una película que no hay que perderse por nada del mundo.
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