Era el 31 de marzo de 2012 y el Parque O’Higgins recibía por segunda vez el festival Lollapalooza Chile. El ambiente estaba expectante ante el debut en suelo nacional de una de las bandas más importantes de finales de los 2000. Para el público, los británicos de Arctic Monkeys eran el verdadero plato fuerte de la noche, a pesar de que la artista principal de esa jornada de sábado era Björk.
Con su cuarta placa Suck It And See (2011) bajo el brazo, la banda liderada por Alex Turner llegaba por primera vez al país para dar un show parecido, pero mucho más contundente, al que habían presentado en la versión estadounidense del festival el año anterior. Por ese entonces el grupo presentaban su faceta más “agringada” y rockera, conocida por sus chaquetas de cuero y los peinados rockabillescos.
Antecedidos por unos jovencísimos Cage the Elephant, Arctic Monkeys aparecieron en el escenario norte del Parque O’Higgins cerca de las 20:00 hrs con That’s The Way (I Like It) de fondo. Matt Helders, Jamie Cook, Nick O’Malley y el mismo Turner tomaron sus instrumentos para dar el puntapié inicial con Don’t Sit Down ‘Cause I’ve Moved Your Chair, primer single de su entonces nuevo disco. El remezón total vendría con Teddy Picker, seguida de Crying Lightning.
Puntos altos del setlist serían Brianstorm, I Bet You Look Good on the Dancefloor y When the Sun Goes Down, canción con la que darían paso a un encore integrado por la entonces novata R U Mine? y el clásico Fluorescent Adolescent. Con 505 y exactos veinte temas dirían adiós al público que los esperó por más de un lustro, y que recibió un impecable e intenso show de principio a fin. Incluso a pesar de una cierta frialdad hacia los asistentes.
La banda volvería al Parque O’Higgins dos años y medio más tarde, pero esta vez al Movistar Arena para presentar AM (2013), la última placa de los británicos hasta el momento. Esa fecha de 2014 también significó el antepenúltimo show de Arctic Monkeys antes del receso que aún viven. Sin embargo, esa es otra historia.