Al salir del Teatro Caupolicán, con los ojos aún encandilados y los beats electrónicos llenándome la cabeza en un mash up mental enorme, lo primero que pensé fue ¿qué se puede decir sobre un concierto así, especialmente para alguien que no lo pudo ver?.
Y es que, por muchos BluRays o DVDs que uno pueda revisar, por mucho que los shows de estos alemanes son una rutina perfectamente armada con engranajes que giran por sí solos, sus presentaciones son de esas cosas que cumplen todo su sentido cuando se pueden vivir en persona. Por la profundidad de su propuesta y cómo golpean los sonidos graves de cada máquina y su consecuencia corporal, lo de Kraftwerk es algo que no se puede comprender solamente con videos en YouTube. Sumémosle a esto el hecho de usar lentes 3D.
Durante dos horas, las casi cinco mil personas que colmaron hasta lo imposible el Teatro Caupolicán (incluso los lentes no alcanzaron para todos), pudieron ser parte de una experiencia multisensorial inspirada en las diversas creaciones humanas del siglo XX, materia que cubren estos alemanes en toda su discografía: medios de transportes como trenes y autopistas, la energía nuclear, la vida extraterrestre y la inteligencia artificial, entre otras cosas, suspendidas sobre el frenético pulso de los sonidos generados por máquinas que invitaban a todos a bailar y dejarse fluir entre los beats.
Su atracción en el público chileno se demostró con la curiosa diversidad de persona, incluyendo fanáticos acérrimos que llegaron vestidos al igual que los seres de “The Robots”, con camisa roja y corbata negra. Incluso vi de cerca a un tipo romper en llanto con “The Man Machine”. El generoso repertorio dejó conforme a todos, en un orden que hizo que las emociones no decayeran: desde “Numbers”, pasando por seguidilla de ‘éxitos’ como “Computer World”, “The Model” y “Autobahn”, hasta un aterrizaje preciso con “Boom Boom Tshak” y “Music Non Stop”, con 24 canciones en total entre las que se mezclaban y entrecruzaban unas con otras. De paso, cada una impulsaba una reacción distinta en el público, al ver con sus lentes cómo se avalanzaban encima los robots, los números y el Volkswagen que recorría la autopista.
Aunque sus shows no cambian mucho de un país a otro, una cualidad extra que tuvo su paso por suelo chileno, además de ciertas alteraciones en el ritmo de los temas, fue que incluyeron un par de traducciones para hacer más amigable la experiencia para el público, como las frases en español en “Electric Café” y “Music Non Stop”, además del aterrizaje de la nave espacial hasta nuestro país, pasando por fuera del Costanera Center y el Caupolicán, en las visuales de “Spacelab”.
Lo de Ralf Hütter y los suyos es una institución que se sostiene con el poder de haber sido uno de los proyectos más inspiradores de la historia de la musica del siglo pasado. Y como tal, verlos aún dando vueltas con propuestas tan alucinantes como las que los hicieron conocidos en los 70, es algo para agradecer siempre.
Fotografías por Jaime Valenzuela / Cedidas por DG Medios.
Lista de Canciones:
- Numbers
- Computer World
- Home Computer
- Computer Love
- The Man-Machine
- Spacelab
- The Model
- Neon Lights
- Autobahn
- Geiger Counter
- Radioactivity
- Electric Café
- Tour de France
- Tour de France Étape 1
- Chrono
- Tour de France Étape 2
- Trans-Europe Express
- Metal On Metal
- The Robots
- Aéro Dynamik
- Planet Of Visions
- Boing Boom Tschak
- Techno Pop
- Music Non Stop