Como todo proceso de un país, el homenaje hacia los grandes referentes de nuestro pasado que no tuvieron el merecido reconocimiento es algo gradual. Así como a tantos, Rosita Serrano quedó atrapada en medio de una historia inconclusa, llena de dudas que sólo se despejaron años después de su muerte con el documental “Rosita Serano: La favorita del Tercer Reich”.
Este texto, derivado de una tesis de los periodistas Mariana Marusic y Maximiliano Misa, viene a contribuir con los puntos que quedaron al debe en la mencionada cinta, con nuevos detalles que otorgan más claridad sobre la vida de luces y sobres de una artista, dueña de una vida tan apasionante como las mismas melodías que cantaba en teatros colmados de gente en la Europa de la década de los ’40.
La historia de esta cantante, bautizada como “El ruiseñor chileno” en sus años de mayor fama, es contada en las poco más de 200 páginas, ahondando desde sus años de formación en Viña del Mar, hasta sus constantes cambios de residencia que la llevaron hasta Alemania, donde se convirtió en una de las artistas más populares del momento en que estalló la 2da guerra mundial, llegando a grabar una veintena de discos entre 1938 y 1942 que hasta el día de hoy son reeditados en tierras germanas (mientras que en Chile es imposible encontrar un CD con sus interpretaciones).
Ahondando en aristas de su vida personal, con testimonios de familiares y cercanos a Serrano, junto con el registro histórico de publicaciones de diarios y revistas de la época (tanto chilenas como alemanas) y las valiosas palabras de cartas y escritos íntimos de un diario de la misma cantante, sus alegrías y penas quedan al descubierto en una historia llena de complejidades, que resultan muy emotivas para comprender su agitada vida, con aspectos increíbles como su importancia frente a las autoridades del régimen nazi (quienes satisfacían todos sus caprichos hasta 1942), la difícil discriminación que vivió en varios países al ser tachada de ‘nazi’ por muchos, la vida de lujos en Egipto, su extraña relación con Chile y el lento ocaso que la dejó pasando sus últimos días con muy pocos recursos en un pequeño departamento de La Reina, en Santiago.
Una biografía intensa y atrapante, que hace justicia a una diva internacional de origen chileno, pero que sufrió ante la incomprensión de un mundo que nunca estuvo listo para una personalidad tan desafiante como la suya.