The glamour, the trauma and the fuckin’ melodrama: esto ha sido Lorde

Luego de cuatro años de ausencia en Latinoamérica y un sin número de rumores especulando su regreso, Lorde vuelve a nuestro país para presentar su último disco.

Con un receso que la mantuvo alejada de los escenarios durante varios años, la neozelandesa regresa a Chile con su Melodrama World Tour este 10 de noviembre en el marco del festival Fauna Primavera.

No fueron pocas las veces en que la cantante hizo eco en redes sociales producto de una eventual visita. Tras una gira por Europa y Norteamérica que la llevó por primera vez a las grandes arenas, para muchos, su parada por este lado del continente era inminente. Basta recordar su exitoso paso por Lollapalooza Chile en 2014, donde una gran multitud coreó las letras de, en ese entonces, una joven muchacha de 17 años con una promisoria carrera musical por delante.

Hoy de veintiuno, Ella Yelish -la mujer tras el pseudónimo­- dejó el aspecto gótico y los extravagantes movimientos que hacía al cantar que la caracterizaron durante largo tiempo, para mostrar una faceta más madura. Sus líricas continúan la senda de su trabajo anterior, en donde aún sorprende por su habilidad de hablarle a toda una generación a través de experiencias tan cercanas como la soledad y el desamor con la más profunda honestidad.

Son estos temas los que precisamente la han convertido en una estrella del pop atípica: “La música pop no tiene que ser estúpida, ni la música alternativa tiene que ser aburrida: puedes mezclar ambas cosas y hacer algo cool” manifestó en una entrevista a MTV. Alejada de los escándalos y de conflictos con otras celebridades, Lorde no suele hacer noticia por otra cosa que no sea su música.

Pero no ha sido así del todo: ¿Recuerdan cuando le reveló a Jimmy Fallon que tenía una cuenta de instagram dedicada a reseñar aros de cebolla en restaurantes alrededor del mundo? Acaparó también titulares a principios de este año el que sería su primer concierto en Israel, luego de que muchos seguidores le solicitaron replantear la realización del evento considerando el conflicto que este país mantiene con Palestina. Finalmente, lo canceló; por una parte, consiguiendo aplausos de Roger Waters y Angela Davis, y por otra, obteniendo insertos en diarios de Tel-Aviv en su contra

No hay duda de que su madurez personal y artística ha ido en constante ascenso. Prueba de ello ha sido el salto desde su álbum debút hasta ahora. Si ‘Pure Heroine’ fue su manera de consagrar en el papel ­-y en el sonido- la gloria e incertidumbre de la adolescencia, ‘Melodrama’ es lo que ocurre inmediatamente después, como contó en una sentida publicación en Facebook. En el último, busca hacer música desde la vereda de la adultez y las responsabilidades que poco a poco van apareciendo.

La genialidad de este álbum, además de su impresionante calidad lírica y sonora, radica para muchos en la fluidez con la que se desarrolla la narración a lo largo del disco. Son a través de once canciones que nos cuenta una historia bajo un concepto muy bien definido: la ruptura con su novio metaforizada en las distintas fases de una fiesta. Pero, si hilamos fino, Lorde aprovecha a la perfección este concepto festivo para hablarnos muy sutilmente de sus ansiedades, de sus episodios depresivos, de algunos problemas con el alcohol de la generación millenial, e inclusive, de una crítica al hedonismo. Ella misma declaró que no es un disco sobre desamor, si no que es acerca de estar sola. Lo que nos lleva a cuestionarnos si el verdadero melodrama de Lorde es el rompimiento con su novio, o es el proceso de aprender a vivir con ella misma; con sus errores, con sus aciertos, con sus alegrías y con sus fracasos.

Sí, es bastante más conceptual que su antecesor, pero no le quitemos mérito a Pure Heroine. Son pocas las personas que a los quince años igualan a Ella en hazañas. Lanzar un single con más de 10 millones de ventas a nivel mundial, ganar el Grammy a canción del año y luego recorrer los festivales más importantes del planeta, no es que lo haga cualquiera, ¿no? No por nada David Bowie declaró que era el futuro de la música, ni logró comandar el soundtrack de ‘Los Juegos del Hambre’. Las historias en las cuales su tranquilo pueblo suburbano neozelandés era gran protagonista, la nutrió de colores -sí, padece de sinestesia, una condición que le permite ver la música en colores- que más tarde la llevarían a ser las más reciente ídolo adolescente. ¿Quién no sintió escalofríos al escuchar nunca me había sentido más sola, es aterrador volverse mayor en Ribs, o con frases tales como somos tan felices, aún cuando estamos sonríendo del miedo en Tennis Court? Es una habilidad, asumiendo cualquier consecuencia de mi siguiente comparación, dignamente comparable con Frank Ocean, The Cure, o con los mismísimos Smiths.

Así llegamos a la Lorde que semanas atrás eliminó casi todo el contenido de su cuenta de Instagram, argumentando que sus necesidades artísticas actuales distaban mucho de lo que aparentaba en la red, aludiendo a Prince y a Bowie, quienes casi no hacían uso de Facebook, Youtube o Spotify. A la Lorde que en sus conciertos realiza covers del mencionado Frank Ocean y de Phil Collins. A la Lorde que de escuchar a sus héroes en su habitación, pasó a homenajearlos en las más importantes ceremonias musicales. A la Lorde que cautivó a millones de personas con su discurso natural, sincero y espontáneo. A la Lorde que, lo quiera o no, carga en sus hombros la responsabilidad de ser la voz de millones de adolescentes y adultos primerizos en todas las latitudes y longitudes del mundo.

Nunca sabremos si esta cantante oriunda de Nueva Zelandia imaginó en algún momento que su música cruzaría tantas fronteras, pero mientras su música queme, quiebre o altere nuestros sentidos, no cabrá duda que esta hija y hermana de poetisas, tomó la decisión correcta al firmar aquel  contrato discográfico a la temprana edad de  doce años.

Para noviembre, podemos esperar lo mejor de sus dos discos, con un Melodrama casi de forma íntegra, más uno que otro cover. La puesta en escena, por el momento, es un misterio, ya que a lo largo de la gira ha variado con su propuesta. Por último, un tip: si quieren acaparar la atención de Lorde entremedio del público, les recomendamos ir con alguna polera de Crosby, Stills, Nash & Young -un grupo de los ‘70-, de Paul Simon, Stevie Nicks o de Phil Collins; quedará loca. Las entradas ya se encuentran a la venta por el sistema Puntoticket.

 

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