Para el joven antofagastino Daniel Riderelli, más conocido como Dani Ride, la vida tomó un giro inesperado en el momento más oportuno, con una carrera en alza: su participación en el Festival de Viña, en el pasado mes de febrero, lo puso en el ojo público con un buen argumento pop para sonar más fuerte en los parlantes de las casas.
Con ese antecedente, se lanzó a su siguiente desafío, que asegura es un sueño cumplido: preparar su debut en la Blondie, un lugar donde el pop es ley.
“Antes del Festival lo sentía como un sueño un poquito lejano… que me faltaba más tiempo y trayectoria, y desde ese lugar ha sido sorpresivo. (Viña) catapultó mi carrera, mi imagen a un nuevo nivel, y yo, que estaba como en proceso de consolidación de un artista importante en la cultura chilena, sin duda, el Festival de Viña me catapulta como un artista que está en ese camino”, asegura Ride, a casi dos meses de ese intenso momento que vivió en el certamen viñamarino.
¿Cómo ha sido la vida, después de todo eso significó el Festival de Viña para ti, como persona y como artista?
Ha sido raro, creo que la reinterpretación de los códigos de ser o no ser como un artista conocido son heavy. Ahora me pasa que salgo pa’ la calle y me reconocen por mi música, que es algo que antes no pasaba tanto como ahora, sino que pasaba más cuando iba a algún programa de tele (estuve en La Divina Comida, en Ahora Caigo).
Ahora es mi nombre, mi apellido y mi música. Mucha gente se dio el tiempo de escuchar mis canciones, no solo “Infernodraga”, sino también “Sentirme amante” o “Duchita”, o incluso las de mi nuevo disco. Ha sido bonito, porque ahora corean más que nunca las canciones. Se siente muy lindo.

Este sábado 17 de mayo será la prueba de fuego para Dani Ride, con un show que promete ser largo y con una ambiciosa puesta de escena en el centro de eventos de Metro Unión Latinoamericana.
“Yo soy un artista muy performático en general. Creo que lo que puede esperar la gente es irreverencia, rebeldía, osadía, sensualidad, sexualidad incluso, entretención porque yo además soy muy chistoso. Soy un artista que igual habla entre medio de las canciones y siempre me permito el tiempo para conversar con el público (…) pero sobre todo creo que lo que va a sorprender mucho es lo visual. Está impactante, estoy preparando las visuales, la escenografía y todo con mis bailarines. Al mismo tiempo, en la musicalidad he estado muy pendiente de que sea un show que ofrezca un sonido más fresco de lo que yo he estado haciendo.
Esa experiencia performática tuviste la oportunidad de mostrarla masivamente en la gira Coke Studio, que llegó a muchas ciudades de Chile. ¿Cómo viviste ese tour?
Girar, de partida, creo que es un privilegio para los artistas chilenos. No todos tenemos la posibilidad de ir a distintas ciudades a mostrar nuestro arte, nuestra música y conectar con nueva gente. Coke Studio me dio esa posibilidad maravillosa, pero la gente fue increíble. Los que estábamos siempre eran Karen Paola, yo y algún urbano, los demás eran un poco más rotativos. El público de Karen es muy amistoso conmigo, por ejemplo, pero el público de alguien urbano no siempre es tan amistoso con personas que hacemos pop, pero puedo decir que el público, en general, fue muy cariñoso conmigo.
Al principio había nervio, porque no siempre me conocen o conocen toda mi música, y un show de media hora puede ser muy largo para gente que está esperando otro artista, pero me sorprendía que había mucha gente mía cantando las canciones en esa gira y eso era como impactante… y las que no, lo pasaba bien igual. Creo que este año se va a repetir, así que muy feliz de que eso siga ocurriendo.
Junto con preparar tu show en Blondie, estás afinando los detalles de tu nuevo disco, Diva del Pop. ¿Cómo va ese proceso?
Siempre parto por diferenciarlo de Drama Pop (2021), que es el disco que me llevó también a presentarme como un artista que tiene un discurso, que tiene algo que decir y algo que aportar, que es distinto a otros artistas. Drama Pop diría que era un disco más romántico. En cambio, Diva del Pop, primero te invita sonoramente a algo más agresivo. Tiene que ver mucho más con la fiesta, lo electrónico, con la conexión de referentes que, de repente, podríamos decir que Jorge González habitó en esa área en algún momento.
También conecta con esa escena que uno escucha en las discos más electrónicas, que fue lo que también estuve haciendo en ese momento. Y a nivel emocional, es un disco que conecta como con cierta rabia, porque venía de situaciones súper complejas a nivel personal, y de decirme a mí mismo ‘cómo yo puedo ser una diva del pop, si no tengo ni un peso, ni el amor que yo tuve por tantos años y terminó de manera tan abrupta. Cómo puedo ser una diva del pop si estoy prácticamente que pidiendo permiso para subir a la micro’.
Tuve que descubrirlo en esa rabia personal, pero también en esa rabia que tenía porque había vivido una estafa super desagradable, super triste, tuve que construir casi todo desde cero, y eso es lo que plasma este disco. Tiene mucha sensualidad, mucha rabia, mucho sexo, mucha fiesta, descontrol también. Es un disco luminoso y oscuro, tiene de ambos ambientes.
¿Cuándo saldrá ese disco?
Sale dentro de unos meses. Igual lo quiero terminar, porque en algunas canciones que no tenían colaboración ahora quiero que tengan. De hecho, lo voy a dividir en dos partes, porque son 21 canciones en total, es un disco largo.
Primero voy a lanzar la primera parte, espero que sean 13 o 11 temas. Es larga igual y sale dentro de los próximos meses, con colaboraciones muy muy lindas. Es un disco muy entretenido, que tiene más fácil conexión con la fiesta, con temas que podrían sonar perfectamente en la Blondie, en Iluminati, en Limon, en tanta fiesta conocida chilena, sobre todo en el ambiente en el que yo me muevo.