Andrés Olivos de Difuntos Correa: “Hay un vacío de bandas que sean crossover”

A mediados de esa curiosos década del 2000, luego del furor que desataron Lucybell, Gondwana y Joe Vasconcellos, y antes de la llegada masiva de una serie de talentosos solistas (Gepe, Javiera Mena, Manuel García, entre muchos otros), hubo una banda que se llevó todos los aplausos, especialmente en escenarios de provincia: Difuntos Correa.

Con una carrera meteórica, que arrancó en alto con un disco debut lleno de hits y que fue perdiendo impulso con el paso de otros dos discos, esta banda decidió retomar lo suyo en el momento más oportuno, al cumplirse 20 años de su ópera prima y cuando ya sus canciones eran revaloradas por una nueva generación gracias a las plataformas digitales.

“Fue la excusa perfecta, que fue el disco que nos dio a conocer, entonces era ahora o nunca. Tenemos que hacerlo como sea, y de alguna manera, esto se ha transformado en “hagámosla bonita”, en el sentido de hacer lo que nos emociona hacer, la energía puesta ahí donde está la ilusión”, se entusiasma al contar todo Andrés Olivos, el inconfundible cantante de Difuntos Correa, quien no ha dejado el look que lo hizo visible en diversos escenarios locales.

El vocalista conversó con LaRata.cl desde Frutillar, ciudad en la que reside actualmente, lo que también da cuenta de la dinámica actual del grupo: los planes se hacen con calma, ya que los integrantes están repartidos en varias zonas del país.

“Ha sido de esa forma, no haciendo todo. Nos han llamado de hartos lados, porque nosotros en general éramos una banda que tocaba mucho, hicimos migas en muchos lados, nuestro público está mayoritariamente fuera de Santiago. Pero estamos siendo más selectivos, porque estamos viviendo en otros lados”.

-¿Cómo ha sido el arranque de esta reunión?

Fue como andar en bicicleta. La primera vez que nos juntamos en un ensayo la cosa sonó… bien y mal, pero como tenía que sonar, estaba la energía, la alquimia. Eso permanecía y eso nos dio el pie para hacer cositas como en una escalera.

Primero llegamos e hicimos un Clan (Bar El Clan de Bellavista). No sabíamos que iba a pasar, si iba a llegar la gente o no, entonces sacamos el primer show en un bar donde caben 200 personas… y se vendió en un día. Fue como impresionante (para nosotros), saber que había gente que todavía tenía interés, y yo creo que también nos creció el público. Gente que a nosotros nos escuchaba cuando tenia 12, y nosotros teníamos 21, también éramos chicos.

-¿Después han realizado más shows?

Sí, después nos invitaron a tocar a Copaipó, a un casino que estaba bacán, con hotel rico, y ya, fuimos para allá. Después vimos en Instagram el Trotamundos (de Quilpué), vimos que el local tiene mucha onda, que estaba bacán y dijimos “vamos a tocar allá”. De hecho, nos habían invitado a otro local, que nos pagaban y todo el asunto, y no queríamos. Rechazamos una oferta por ir a tocar allá.
En ese sentido, estamos haciendo lo que nos da ganas de hacer más que otra cosa.

Según nos cuenta Olivos, esta reencuentro de Difuntos Correa ha sido satisfactoria al poder revivir su propio catálogo y también sus propias lecturas del cancionero chileno que realizaron en su pasado, como su cover de “El tiempo en las bastillas” (Fernando Ubiergo), que sirvió como apertura de una temporada de Los 80, y su intensa versión de “Sube a nacer conmigo hermano” de Los Jaivas.

De paso, la voz de “Arrepentido” afirma que la experiencia de tocar en directo ha cambiado con el paso de los años, debido a los avances tecnológicos. “Es verdad que vivimos otra época. Por ejemplo, en nuestros discos nunca había autotune, nunca ocupamos un in ear, yo todavía no ocupo (rosas), nunca habíamos tocado con visuales. Ha cambiado mucho como la onda de los conciertos y estamos tratando de rescatar un valor como más orgánico. No es tan consciente, como Arctic Monkeys. Nosotros seguimos como sabemos hacerlo”.

-¿Ha cambiado mucho la situación de cómo era en los años en que realizaron giras por Chile, en los 2000?

Técnicamente ha cambiado para mejor el asunto, aunque claro, tuvimos la suerte de salir en un momento en que todavía había rock.
Yo creo que ser una banda de rock o pop con guitarra, hoy en día, es un poco más difícil que lo que nos tocó a nosotros. Me pasa que yo acá (Frutillar), entre otras pegas, estoy a cargo de la Escuela de Rock municipal, y los cabros que les gusta tocar tocan Los Bunkers, pero después Soda Stereo o pura música de los 2000 hacia atrás. Y yo creo, y espero que alguien de las nuevas generaciones pueda tomar ese lugar.

Creo que de alguna manera hay un vacío de bandas que sean crossover, que vaya más allá de lo Indie, donde pasan ene cosas y hay bandas espectaculares, pero el salto al mainstream como que hace rato una banda guitarrera no lo ha agarrado.

Tras el arranque de su reunión en abril, Difuntos Correa afrontará su primera gran tarea este sábado 15 de junio, con un show propio en el Aula Magna del Liceo Manuel de Salas de Ñuñoa, un bello teatro que se ha convertido en una agradable venue para disfrutar de música en vivo. Las entradas están disponibles a través del sistema PortalTickets.

Será un concierto de larga duración, ideal para quienes disfrutaron de hits como “Mujer azul”, “Black Dancing” y “Pasaje en Avión”, y en su formato original según destaca Olivos.

“En esta etapa somos siete músicos en vivo, y eso también nos hace poder tener esta propuesta más orgánica, porque igual somos una orquesta grande. No hay más que una secuencia en todo el show, Ud son los violines de ‘El tiempo en las bastillas’”, acota

Total
0
Shares
Previous Post

“Volver a ser niña”: los nuevos colores de Rubio

Next Post

Con Ober y Amikiraa a la cabeza: el underground urbano hizo vibrar el Subte de Puerto Montt