Pedropiedra adelanta su nuevo disco que terminará en México: “Es más caótico, el grupo de canciones más largo que he trabajado”

En medio de trámites, cajas con cinta de embalaje y la maleta hecha, Pedropiedra comienza a preparar sus últimos dos conciertos en Chile antes de emprender rumbo a México.

En febrero anunció una presentación para el sábado 4 de marzo en Matucana 100, luego se sumó una fecha en Trotamundos Terraza de Quilpué para este viernes 3. Tras ahuyentar la maldición de la pandemia con su gira “Buena Suerte”, que incluyó un disco en vivo, el músico está listo para decir “Hasta Pronto”.

Foto: JP Montalva

Un viaje, que el mismo Pedro declara que servirá para terminar su próximo disco, uno de los más ambiciosos hasta la fecha. “Los toques finales los daremos allá”, adelanta.

Mirar hacia el futuro, pero también recordar buenas anécdotas. Hace 10 años cumplió un desafío del que pocos se pueden jactar: se presentó dos veces, en un mismo día, en el Festival de Viña. Primero, junto a 31 Minutos, y luego cerró con Jorge González. Una noche que espera, con paciencia y sin presiones, repetir con su propio repertorio.

¿Cómo surge la idea de viajar a México? ¿Desafíos profesionales, personales?

Un poco de todo. Viví allá hace más de diez años, y con mi mujer habíamos tenido la idea de volver en algún momento y siempre por algún motivo se iba postergando. Ahora finalmente estábamos con ganas de cambiarnos de casa acá en Santiago, y comenzar a ver qué hacer, y mientras estaba en ese país de gira con 31 Minutos surgió la idea.

Como cada vez en México, el país te deslumbra y da la bienvenida, fuimos conversando y pensamos por qué no nos venimos por un rato. El plan fue tomando fuerzas y de repente estábamos con los pasajes comprados. Es tratar de hacer lo mismo acá en Chile, pero allá.

Sobre eso último, lo positivo tras la pandemia fue poder trabajar telemáticamente

De lo telemático mi trabajo afortunadamente son solo las entrevistas y cosas así, la era de los shows así ojalá que no vuelva. El 2020 se trataba de eso y lo encontraba muy penoso.

El late (“Aló!”) duró solo tres meses, como una medida desesperada de hacer algo, de mantener contacto. Tuve que aprender a editar videos, y lo pasé increíble, pero no haría de nuevo una cosa así si no fuera con un equipo. Tuve la suerte de contar con excelentes generadores de contenido, como Alvaro Díaz, Jorge Delaselva o Juan Camarena (La voz de Dio), pero hacer todo el trabajo de producción, edición, efectos especiales y entrevistas solo fue súper estresante.

Ahora, tengo el disco que estoy trabajando, me gustaría continuarlo allá y no siento que empezaré de cero. No es como irse a España o Buenos Aires. Conozco varios amigos que están en México: Felipe Castro, Fernando Herrera, que me han ayudado con mezclas; Sebastián Silva, Vicente Sanfuentes, con los que trabajamos en CHC y Hermanos Brothers.

¿Llegarás con el disco ya armado?

Estamos trabajándolo desde el útlimo trimestre del 2022 con Cristián Heyne y Camilo Artigas. Diría que está en un 60% de producción, y la idea de llegar a trabajarlo allá es involucrar a gente. Si llego con un álbum terminado es obvio que se motivarán menos, entendiendo que tendrán menos que aportar. Aprovechar también que se expanden las redes de contacto mientras más personas trabajan en un disco.

Es un disco diametralmente opuesto a “Aló!” (2020), que era cortito y súper unificado estéticamente. Este es más caótico y tiene el doble de temas, es el grupo de canciones más largo que he trabajado, y no están los últimos singles. Es todo material nuevo, y se parece más a un disco doble.

Sonámbulo, Estado Vegetal y Noches Perdidas son una suerte de puente entonces

Más o menos, es una especie de trilogía de pandemia, esa palabra infame que no quiero escuchar nunca más en la vida. Sonámbulo y Estado Vegetal son temas que creo que podrían entrar, y Noches Perdidas era mucho más del último disco.

¿Te fijaste un plazo para su lanzamiento?

Por primera vez quiero terminar el disco y después ponerme plazos. Siempre he tenido los plazos antes que el disco listo e indudablemente llegas apurado. Si bien los resultados han sido súper buenos, quiero terminarlo bien y luego hacer el plan de promoción y decidir la fecha de lanzamiento. Si no hay mucha plata para mover, porque no hay un apoyo de un sello, llegai raspando. No me gusta trabajar así ya, es hora de ponerse más serio con lo estratégico.

¿Tienes planes de reeditar tus primeros discos?

Para reeditarlos y volver a sacarlos en vinilo, hoy por hoy pertenecen al catálogo de Quemasucabeza, quienes no están invirtiendo, entonces no lo podrían hacer y entiendo sus motivos. Creo que, si en algún momento acordáramos tener la propiedad completa de esos discos, puedo ver dónde levanto la plata para hacer una reedición.

Hasta el día de hoy me preguntan “¿dónde consigo los CD?”, o también por el vinilo del primer disco que nunca lo hemos hecho. Eso lo podría hacer ya, pero como me cambio de casa, de país, y estoy haciendo disco nuevo, es la última de mis preocupaciones. Hay proyectos más urgentes.


Hablemos de tu doble presentación en Viña 2013 con 31 Minutos y Jorge González, ¿cómo fue la experiencia?

Fue increíble, lo pasamos muy bien y no hubo nada de nervios. Estaba tocando la batería que es algo que me sale natural, no hay que estar dando la cara y poniendo la voz. Eran dos shows que venían súper aceitados e “impifeables” entonces era jugando a ganador en ambos con repertorios asesinos, y equipos gigantes de gente muy profesional.

Fue solo ir a tocar y disfrutar. Solo el de 31 Minutos fue único, el de Jorge lo veníamos tocando ya casi tres años. La tercera vez fue con Gepe, al año siguiente. Ninguna con tanta presencia mediática.

Tocamos con 31 Minutos, nos volvimos al hotel y luego me fui con el equipo de Jorge de vuelta a la Quinta Vergara. Era una logística de televisión súper precisa, con la van y los horarios. Como todos los miembros de cada equipo, había mucho compromiso de que todo ande bien. No me quedé viendo los otros shows (NdR: esa noche se presentaron además Francisca Valenzuela y el humorista Bastián Paz).

Al día siguiente, fuimos a un Casino a tocar con Jorge González. En el camino, pasamos a una bomba de bencina y compramos un diario para ver las noticias del festival, y decía que Jorge irrumpió furioso en el camarín de Rafa Araneda para echarle la foca porque estaba descontento con la hora del show y hacía mucho frío. Era todo mentira, y no lo podíamos creer, porque habíamos estado en el camarín y después nos fuimos al hotel. Estábamos todos impresionados, menos Jorge, que dijo “estos weones han sido siempre así”. Le causaba gracia.

¿Te gustaría ir como Pedropiedra a Viña?

Me encantaría. Mis hermanas se indignan, dicen “¿cómo no te han invitado a ti?”, pero es un poco como la mamá que te dice que eres súper bueno para el fútbol. Comprendo exactamente de qué se trata el festival, y qué tipo de perfil el que tengo como artista. Soy más conocido que famoso, tengo una pata en el mainstream y otra en el indie, y no sé cuánto espacio hay en Viña para esas características.

Encuentro que todos los que han pasado por el festival tienen las credenciales de sobra, y nunca caeré en el juego de cuestionar a quiénes invitan. Me siento corriendo una maratón y las posibilidades aún están.

Tengo que hacer el Caupolicán primero, que quedó pendiente por la pandemia y estaba vendido casi entero. Ahí pasaron dos años y pasando agua bajo el puente también, y los planes cambian.

Cuéntanos sobre los shows este viernes en Quilpué y Santiago

Tuve tres conciertos en Chillán, Talca y Linares. En los tres nos acompañó un montón de gente. En Matucana 100 sacamos mil entradas a la venta y se acabaron súper rápido por lo que duplicamos el aforo. Es un buen lugar para despedirse, con invitados súper buenos que nos van a acompañar el sábado.

En Quilpué será en el Trotamundos Terraza, donde ya somos parte de la casa al igual que todos. Es uno de los lugares con la cartelera más activa y diversa que yo conozca en Chile. Uno va allá y tienen unos murales con los nombres con las bandas que han pasado cada año, y te quedai pa’ adentro. Feliz de despedirme del público de Quilpué que ha sido súper fiel con nosotros.

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