“Un poco curada de espanto”. Así la encuentra a Daniela González, más conocida como Dulce y Agraz, quien tras dos cancelaciones, espera ansiosa su debut en el festival Lollapalooza 2022.
Una instancia en la que no sólo aprovechará de mostrar su actual momento artístico, con los dos notables e inquietos EPs que lanzó en estos años de encierro (La Piel y Vida Mía), sino también porque su performance está en plena mutación, gracias a que en el 2021 comenzó a estudiar Teatro.
“Mis herramientas (ahora) son distintas, el show es distinto, y yo creo que aún continúa una búsqueda, porque entrar a estudiar teatro cambió mucho todo”, ahonda la artista quien se encuentra afinando los detalles para su nuevo disco: Albor.
Sobre este trabajo, su génesis, su primer paso por el Lollapalooza, los conciertos postergados y el próximo lanzamiento de una sesión con covers de Jeanette, conversamos con Dulce y Agraz.
-¿Has ido antes como público al Lollapalooza?
Solo una vez… Nunca he ido un día entero, solo una vez fui a esa edición donde estuvo Rosalía (2018). Llegué en la tarde porque me invitaron y llegué a ver a St Vincent, me acuerdo
-¿Has visto el line up? ¿Alguien que sea parte del cartel que te interese ver para cuando ya bajes del escenario?
Sí, no le he prestado mucha atención, para ser sincera, pero sí estoy súper al tanto del line up, de las bandas nacionales que van a tocar. Estoy muy ansiosa por ver a Francisco Victoria, creo que esta Catana, Javiera Mena, Pedropiedra, la Soulfía. De esos shows estoy muy atenta, sobre todo por cómo vuelve la música nacional a los conciertos masivos.
-¿Haber comenzado a estudiar Teatro, te ha cambiado la forma de componer canciones?
Sí, totalmente, de escribir, de componer, de poner una puesta en escena, repensar la música, como que ya no puedo pensar la música separada de todo el resto.
-Los dos EPs han mostrado otras ramas de tu música, hay una evolución muy grande. ¿Cómo será el nuevo disco?
Yo lo llamo como lo más parecido a un poemario cantado. Se llamará Albor y es un disco que mezcla métricas del folclor con la música más pop. En verdad, es bien experimental y sale en agosto. Es un disco que he estado preparando por aproximadamente tres años, casi cuatro. Diría que la temática es una especie de continuación de Trino, o por lo menos, me movieron las mismas causas.
-En cuanto a la experimentación, ¿viene de la mano con trabajar más con el estudio como si fuera un instrumento, del sonido, o es otro tipo de búsqueda?
(La experimentación) partió de la poesía, de querer intentar escribir en métricas, como en octosílabos, también cachar cómo se escribe una cueca… mis papás son folcloristas y el folclor siempre es algo que he querido indagar en eso, me gustaría mucho estudiarlo en algún momento a fondo, porque ahora yo diría que fue una pincelada no más lo que alcancé a estudiar (…) pero lo que aprendí igual me sirvió como para experimentar, pero desde ahí viene, primero más desde la poesía, desde las métricas, desde querer como tener más herramientas para jugar con la palabra, y luego eso terminó en canción.
-¿En “Albor” habría una profundización de las búsquedas de los EPs, en cuanto a la música latinoamericana?
Es algo completamente distinto. No suelo repetirme mucho. El mundo de Vida Mía es tremendamente interesante y quizás algún día pueda abordar más en la cumbia o en los ritmos latinoamericanos, pero ahora yo diría que está basado en el folclor chileno más que en otras cosas, pero también muy como tomado de referencias para hacer una música más experimental.
-¿Para la presentación del Lolla se viene algo especial?
Sí, vengo trabajando con dos bailarinas hace un tiempo y eso le ha dado un poquito más de organicidad al show, también de harta interacción con el público. Yo diría que es como algo así como teatro, pero no directamente… pero tiene una puesta en escena un poco más involucrada con el cuerpo, y eso es lo que me tiene entusiasmada también, es algo que no había podido como involucrar tanto.
-¿Cómo han sido los reencuentros con el público en estos últimos meses?
Han sido maravillosos, además que cuesta tanto hoy tocar en vivo, como que a todos los artistas chilenos los cancelan. Parece ser que la única manera segura de tocar es como dentro del mall, y por lo mismo, se agradece muchísimo cada oportunidad para tocar, independiente de los aforos, de todos los impedimentos que existen, es una instancia hermosa de conexión con el público.
Igual han habido cambios, porque ahora el público obviamente está más pasivo, ya no se involucra tanto. Nadie baila, por ejemplo, nadie canta o si canta no se nota, porque están con mascarillas, no se pueden mover mucho. Siento que la expresión del público está bastante silenciada por las condiciones del momento.
-Aparte del show en Lollapalooza ¿Planeas otro concierto en estos meses? ¿Nuevos singles?
Si los astros se alinean, debería lanzar el primer single del nuevo disco, pero estamos viendo. Tengo un show en Sala Metronomo el 12 de marzo, eso es lo que tengo confirmado, y ahí también van a haber elementos de lo que va a ser el show en el Lolla. Y también en marzo voy a lanzar una sesión en vivo bien interesante de covers de Jeanette, reversiones de canciones.
De hecho, nació del show de Lollapalooza digital que tuvimos que hacer. Recuerdo que para ese show yo tenía algo preparado obviamente con personas, y quedé sola en mi pieza sin herramientas para poder tocar, entonces tuve que empezar de nuevo. Tuve que agarrar la guitarra, saqué 6 o 7 canciones mías y se me ocurrió tocar un cover de Jeanette… y como que prendió y siempre quedé con el bichito de hacer reversiones, porque además siento que Jeanette es bastante cebolla en el amor y creo que perfectamente podría haber escrito como esas canciones, me siento muy conectada también con ese ‘cebollerismo’.
