Lauren Jauregui está tranquila y segura de sí misma. Fueron varios años de trabajo para poder descubrir quién realmente era. Tras vivir por mucho tiempo con las cámaras y luces encima, ahora mira ese mundo desde afuera, le parece exógeno.
Seis de esos años los vivió en Fifth Harmony, un grupo de pop formado en X Factor, diseñado para el éxito. Entre 2012 y 2018 fueron una máquina de hacer hits. Sus videos acumulan más de 4 mil millones de reproducciones en YouTube y hasta dos años antes de su separación vendieron 424 mil álbumes. Pero de pronto, la fantasía se acabó.
Tras varias polémicas, las cinco muchachas tomaron rumbos separados y emprendieron carreras solistas. A diferencia de sus compañeras, Lauren se tomó las cosas con calma y decidió esperar un poco. La fama no la apuraba; más importante era encontrarse con ella misma.
“Mucha gente tenía esa ansiedad por que sacara nueva música, pero yo no la sentía. Yo tenía ansiedad por descubrir quién era, quién es Lauren realmente”, dice a través de la pantalla, rodeada de plantas desde su casa en Miami.
¿Cómo fue ese proceso?
—Tuve que quitar muchas capas que no eran mías y eso no es algo que pasa rápidamente. Yo quería que la música que lanzara como solista saliera realmente de mi alma. Que yo me sintiera 100% alineada con lo que estaba mostrando al mundo.
¿Y antes no te sentías así de auténtica?
—Nunca me sentí así de segura en la situación que estuve, con los contratos y todo eso. No quería ser una imagen que se creó a partir de lo que pasó, sino que quería demostrar quién soy como artista. Para crear eso me tuve que tomar mi tiempo.
A lo largo de la conversación, parece imposible no hablar del grupo que la introdujo en la música, aunque la cosa no haya terminado bien. Pero parece no importarle y habla con tranquilidad de esos días. En total fueron seis años, la mayoría en la cima de la industria mundial.
Y aunque recalca que fue un tiempo de mucho aprendizaje, también reconoce que estaban lejos de la imaginación artística que ahora dice haber encontrado. “Ahí no tenía la libertad para crear lo que yo quería”, recuerda, mientras vuelve a recalcar que no todo fue malo y solamente ella estaba buscando otros rumbos. “Para mí la música es para expresarse y conectar con alguien que sienta lo mismo, emociones reales”.
Eso fue lo que intentó reflejar en Prelude, el primer trabajo que publica bajo su nombre como solista y su propio sello musical. Son siete canciones, la mayoría baladas y algunas canciones con raperos como 6LACK y Vic Mensa. Pero todas bajo el alero común de la confesión.
En 20 minutos, la cubana-estadounidense logra transmitir todas esas inquietudes que resonaron en su mente en algún minuto y hoy parecen encontrar una válvula de escape. “Este es realmente mi hijo”, dice entre risas, pero también con cierta franqueza.
“Yo quiero que con este álbum me conozcan realmente, que escuchen la música y que resuenen con lo que estoy hablando. Que sepan que no están solos con sus sentimientos y pensamientos”, comenta sobre el EP, el que retrata un viaje por la “ansiedad, depresión, síndrome del impostor, no sentirte lo suficientemente bueno e indigno”.
Esa honradez que muestra en Prelude no solo está presente en sus composiciones. Desde los 16 años, cuando empezó en la música, se mostró dispuesta a desbordarse de lo que la industria del pop catalogaba como aceptable y comenzó a mostrar su lado activista. O algo así.
En 2016, por ejemplo, escribió varias cartas en contra del -en ese entonces- candidato a presidente de Estados Unidos, Donald Trump, donde criticó de plano las propuestas racistas y sexistas del republicano. Al mismo tiempo, alcanzaba la gloria con 5H y el éxito “Work From Home”. No era contradictorio para ella ser una estrella pop y mostrar sus preferencias políticas al mismo tiempo.
Tampoco lo era cuando se manifestó en contra del régimen de los Castro en Cuba y se dejó ver en las protestas del movimiento Black Lives Matter en las calles de Estados Unidos durante 2020. “Yo hablo de lo que me da la gana”, comenta con seriedad al respecto.
—Como artista, tengo una plataforma muy grande y hay niños que, aunque deban o no, escuchan lo que digo y lo internalizan. Creo que es parte de mi misión es educar con mi plataforma. No necesariamente decirle a la gente lo que deben pensar o sentir, sino que educar sobre los temas que hablo. Para mí, todo lo anterior tiene un centro de energía que son los Derechos Humanos.
// Mi corazón está con la gente de Cuba en este momento. La gente merecen libertad de la dictadura. La gente merecen el derecho de libertad de expresión y protesta. Comida, medicina, acceso coño!!
🇨🇺CUBA LIBRE!! #PatriayVida #SOSCuba mandando amor y fuerza🇨🇺— PRELUDE (@LaurenJauregui) July 12, 2021
La independencia musical de la que goza hoy también impacta en sus opiniones y le permiten hablar tan libremente de estos temas. Y no solo hablar, también llevarlo más allá. “Parte de ser artista es reflejar los tiempos que estamos viviendo, hablar de lo que está pasando como persona y como colectivo. Ahora estoy en el proceso de llevar lo que estoy diciendo a algo más tangible”.
Parece que te importan bastante estos temas…
—Para mí, los derechos humanos son importantes de hablar y si tengo el poder de hacerlo, lo voy a hacer. Tener poder en esta vida es para cambiar mentes, corazones, influir en las generaciones más jóvenes.
¿Y crees que has logrado influir?
—De cierta manera, sí. Desde los 16 años que tengo cientos de personas que me dicen que yo soy la razón de cómo ellos se realizaron o se dieron cuenta de lo que está pasando en el mundo. Eso es importante. Eso es quien yo quiero ser. Quiero que mis fans sean personas que se sientan iguales y que se alineen con esa humanidad. Siento que lograr dinero porque no hablo de lo que me apasiona o tener que ser un robot que no tiene emociones y que no le importa lo que está pasando en el mundo, eso no resuena en mí como artista ni como persona.
¿Y qué opinas de los artistas que no lo ven así?
—Son decisiones, no todo el mundo tiene que ser salvador y yo tampoco me siento una… cuando era niña, puede que sí. Pero cada artista debe hacer lo que le parezca auténtico.
Lauren habla con seguridad. Luce como quien dice ser al inicio de esta entrevista: centrada, feliz y en calma. Pero también habla desde la experiencia. Tiene 25 años y ha pasado por ambos lados de la moneda de la fama. Un camino que le dejó, la que dice, es la enseñanza más importante de todas: tener fe.
¿En qué tienes fe?
—He aprendido mucho, demasiado. Tengo fe en mí y en el plan de Dios para mí. En lo positivo, en realizar mis sueños, yo siento que eso es lo que más he aprendido desde niña. A los 16 años yo no sabía en lo que me estaba involucrando, ni siquiera podía imaginarme donde estoy ahora, pero en cada paso que di me llegó esa lección: tienes que tener fe en ti misma y en el plan que es más grande que ti.
Y cuando le pregunto ¿Y ese es el camino que vas a seguir: la fe?, responde apresurada que “sí”, pero también advierte: “Hoy descubrí quien soy, pero mañana puede que cambie, eso es lo único que sigue en la vida hasta que te vas. Voy a seguir descubriéndome, así es ser humana. Es la vida, es la experiencia de estar viva”.