Fother Muckers y los 10 años de “Si no tienes nada que decir entonces calla”: un repaso por Héctor Muñoz

Hace una década, Fother Muckers era una banda en franco ascenso. Tras lanzar dos discos y haber colado uno que otro hit en el ambiente under de la música chilena, el cuarteto conformado históricamente por Héctor Muñoz, Martín Del Real, Simón Sánchez y Cristóbal Briceño había tomado la riesgosa determinación de recluirse durante un tiempo en San Carlos, actual región de Ñuble. O, al menos, parte de ellos.

Héctor, quien es periodista de profesión, compartía sus labores con viajes constantes hacia aquella localidad y Martin Del Real había dejado la banda meses antes para dedicarse por completo a Teleradio Donoso, el disuelto proyecto que compartía junto a Alex Anwandter. En el tránsito, Briceño y compañía tuvieron tras las baquetas a Cristián Soto quien grabó varias de las baterías que finalmente quedaron en “Si no tienes nada que decir entonces calla”, el disco que tras una década acaba de ser relanzado.

Con una cuidada remasterización a cargo de Hugo San Juan (Las Chaquetas Amarillas), el sonido viene a hacer un poco de justicia con un disco que, debido a la experimentación y poca experiencia en las técnicas de grabación, nunca dejó del todo conforme a los músicos. Es la primera vez, desde su disolución en 2011, que se escarba en aquellos registros. El lanzamiento viene en conjunto de una edición en formato físico (CD) que aparecerá antes que termine el año.

“Afortunadamente, gracias a los tracks mezclados antes de la masterización, se pudo trabajar el material original y ‘sacarle brillo’. Hugo les dio ese tratamiento tan especial que, debo confesarlo, nos emocionó a todos desde nuestros respectivos lugares. El corazón se te revuelve y te emociona demasiado”, dice Héctor Muñoz, el histórico dueño de las seis cuerdas en Fother Muckers.

Producido mano a mano junto a Paco Paquerro, quien se estaba iniciando en el arte del registro, fue registrado en la intimidad y calidez de una sala de ensayo con gran entusiasmo. De hecho, compuso junto a Briceño  “Dos veces no” y tomó varias otras decisiones sonoras que ampliaron el espectro del grupo.

Aunque inicialmente sería un EP que completaría algunas de las canciones que quedaron fuera de los dos primeros discos, el trabajo fue escalando y, entre los viajes de Soto y Muñoz a San Carlos, el entusiasmo llevó a que se convirtiera en un larga duración.

La preparación del disco se convirtió entonces en la “primera gran prueba” para una banda que, por decisión propia, se alejó de la capital y se entregó a un sistema de trabajo en donde los viajes pasaron a ser costumbre. “Nos contaminamos menos como grupo, todo pasaba a tiempo distinto. La podíamos hacer porque ninguno de nosotros era padre de familia, no necesitaba velar por nadie más que por sí mismo. Ahora es distinto. Ocurrió cuando debía ser”, recuerda Muñoz.

Lanzado originalmente el 31 de diciembre de 2009, como una especie de despedir la década, la idea nació de una forma más estresante que romántica. Como forma de cumplir la promesa de “lanzar un disco por año”, el grupo maximizó esfuerzos y ocupó la fecha para cumplir, técnicamente, con la premisa.

Fotografía por Ra Díaz

Héctor precisa: “Eso mermó el trabajo del disco mismo. Grabado entre octubre y noviembre, mezclado y masterizado en diciembre. Corriendo, siempre corriendo. Reconozco lo testarudos que fuimos entonces. Casi como no escuchándonos a nosotros mismo… ‘quién te apura’. Ahí estaba la respuesta. La autopresión al final hizo que sacáramos lo mejor de nosotros mismos”.

Como una forma de conmemorar un disco que ya se encuentra disponible en todas las plataformas de streaming, el guitarrista recuerda junto a LaRata.cl anécdotas y especificaciones de cada una de las canciones de “Si no tienes nada que decir entonces calla”.


Quién te apura

Ese Casio hizo gran parte de la magia en una idea que salió del juego en el estudio básicamente. Siempre la sentí como preludio del disco, fue muy de momento y parte del reencuentro con Martín en la banda, quien se fue reincorporando durante la grabación. De esas que parten como ideas y que le vas poniendo cada vez más cosas hasta que se forma una canción. Gracias, Londonberry Air.

Nunca se apaga

Golpe al mentón en clave de Mi, que tenía los mismos bríos pero sin overdrive en el trabajo de taller que hacíamos esos fines de semana en San Carlos.Yo solía irme con tareas de vuelta a Santiago, avanzaba y tenía más o menos ensayado otro segmento. Debemos tener grabados varios de esos demos. Pero acá le tomamos la mano a los Pixies que amamos desde siempre. Me encanta que la bajada calce tan bien, en el en vivo me sigue volando la cabeza. Y, por supuesto, tiene que estar pegada con el track 3. Son canciones unidas por tonalidades, un puro bloque macizo.

Decirlo y no decirlo

Si Martín le dio su pulso a “Nunca se apaga” , Soko le dio su fuerza característica a “Decirlo y no decirlo”. Siempre nos hizo sonar grandes en el escenario, como que fuésemos una banda de estadios, lo que a mí al menos me encantaba. Y esta sí que fue cambiando harto respecto a los demos que fuimos haciendo a pura guitarra de palo. Es que probar elementos, ir subiendo el volumen de las cosas y llegar a esa parte D hermosa casi al final lo valieron todo. Muy buenos recuerdos de estar dando con las líneas de esta. El video que hizo Roberto Cisternas me recordó lo progresivamente aceitada que la tuvimos en ese período de tocarla.

Gente tan diferente

Atmósfera, eso es para mí “Gente Tan Diferente”, una canción que estaba dando vuelta al menos un par de años pero que estaba siempre fragmentada. Fue el empuje de Paco paquerro el que la fue sacando adelante. Hay muchas ideas de líneas y arreglos que trabajamos juntos. Cuando llegó el momento de recrearla en vivo se convirtió en un instante desafiante para recrear. Al menos de mi parte, con Wilco en la cabeza, soñando rozar siquiera ese nivel. Creo que aún vamos para ese camino.

Cocino solo para mí

Junto al “No Soy Uno”, el SNTNQDEC es el otro disco en donde he ocupado guitarra de 12 cuerdas. Calzó perfecto para complementar los arreglos que salieron del trabajo de Cristóbal, que no necesitaba más de 2 minutos. Es reconfortante escucharla y tratar de desenredar un poco en la cabeza.

Jessica

Lo mismo que pasa con “Cocino…” pasa con “Jessica”. De esas canciones que parecieran ser de transición, pero que al final viven como respiros. Y lo son, en verdad, con un minuto y 14 segundos para decirlo todo. Sentido y mensaje express que no funciona si lo piensas mucho. La que tenía muchas posibilidades de arreglos, pero que nos llevó por un solo camino. De este par corta, fue la única que tocamos.

Meteoro, meteoro

Esta es de la serie de canciones que estaban guardadas. Cristóbal y Simón la tenían ahí y la trabajaron hasta el final. Se nota mucho el aporte de Paco Paquerro acá, entre el teclado y las ganas de ir incorporándole cada vez más cosas. Nuevamente, una de las que más se disfrutó de configurar para tocar en vivo. Ahí necesitábamos de Gonzi, Paco e Ismael para dar con ella como correspondía.

 Supermercado

Esta existe desde al menos 2005, si no antes. Simón siempre la terminaba tocando en su teclado Casio, el mismo de “Quién te apura”. En base a eso se le empezó a meter elementos. Acá Cristóbal fue el motor de empuje, despachándose unos arreglos que nunca me habría imaginado. A estas alturas del trabajo en estudio estaba completamente sumergido en el proceso, así que la tenía re clara. Y Paco la llevó a buen puerto. Hay mucho de improvisación en esta, y es cosa de escuchar cómo se van conjugando los pedales hacia el final. Lo miramos asombrados mientras lo hacía, inolvidable.

Ola de terror

Esta era, hasta ese entonces, la más reciente que nos mostraba Cristóbal, la letra más elaborada del disco. Siempre le había quedado dando vueltas la frase de “a la inseguridad…”. Recuerdo que tenía estrofas más que coro, este terminó siendo el “oooh oh oh oh ooooh”. Y nuevamente, el tener más elementos a mano nos fue engolosinando un poco. El solo de metalófono que en guitarra tiene una textura distinta en el en vivo se fue convirtiendo en octavar la línea. Quizás le quede bien aplicarle “guitarras gemelas” como en Iron Maiden, UFO o Thin Lizzy, ese hard rock 70s pero bajado a una sensibilidad soul si se puede entender con esos símbolos. Siento que siempre da para llegar a la estratosfera.

Dos veces no

Esta se la debemos a Paco Paquerro, el juego que hace lo llevó a puerto con su habilidad instrumental. Lo siento como un regalo de parte de él para nosotros.

Buscando oro

Esta existía desde el tiempo en que nos instalamos donde la abuela de Martín, en la pieza de atrás de la casa en Ñuñoa sector Ossa. Esa sala de ensayo fue nuestro centro de operaciones por un año y medio, y entre las cosas que iban saliendo, estaba la estructura de “Buscando Oro”. Simón la había dejado sin terminar y Cristóbal terminó la parte del puente. Fue de las más complicadas de configurar para tocar en vivo, pero de las más satisfactorias también. Me gusta esa sensación de buen cierre que le da al álbum, con ese Do menor que se va abriendo con teclados hasta que se desvanece.


Ficha técnica:

Canciones por C. Briceño, excepto 3, 7 y 11 por S. Sánchez y C. Briceño.
Grabado y mezclado por Paco Paquerro en Santiago de Chile (2009)
Masterizado por Hugo San Juan (2020)
Participaron en la grabación: Cristian Soto, Simón Sánchez, Martín del Real, Cristóbal Briceño, Héctor Muñoz, Ismael González y Paco Paquerro.
Diseño de Javiera Naranjo y Cristóbal Briceño.
Foto portada extraída de una edición de “Conocer el mundo” (Salvat) de 1975.

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