La noche en que 4 bandas chilenas tributaron a The Cure y mi corazón lo agradeció

Eran las 12 del último viernes de enero. Los acordes de una desordenada versión de “Boys Don’t Cry” interpretada por Dolorio & Los Tunantes fueron la bienvenida de una jornada que debe haber sido una de las noches más divertidas que se han vivido en mucho rato en materia de tocatas en Santiago.

El Bar Uno, para variar, estaba como el Metro en hora punta, y eso que varios músicos fueron generosos en quedarse afuera del local para que otros pudieran disfrutar de un repertorio eterno: el de The Cure, una banda tan grande que con cada etapa o disco de su historia, han dado forma a muchas tendencias musicales desde fines de los ‘70. Así fue como 4 bandas chilenas se apropiaron de su catálogo y realizaron versiones de los temas de Robert Smith y compañía que son más cercanos al estilo de cada una:

1- Dolorio & Los Tunantes se quedaron con la primera etapa de la banda, con material de los primeros discos como “Three Inmaginary Boys” (1979) o singles como “Killing an Arab” y “Jumping Someone Else’s Train”.

2- Columpio Al Suelo se apropió de los climáticos y ruidosos temas de los discos más oscuros de la banda: “Disintegration” y “Pornography”. Un lujo.

3- Medio Hermano se quedó con el sonido ganchero de los años de crecimiento pop de los Cure, en especial con el disco “The Head On The Door”, y hasta se atrevieron con un lado B de esa época que les calzó como anillo al dedo: “The Exploding Boy”, y la raríosima y juguetona canción “The Caterpillar”.

4- Niños del Cerro fueron los encargados de dar fin a la noche con el pop más oscuro de la etapa de fines de los ’80, con hitazos como “Lovesong” y “Fascination Street”. Eran pasadas las 3 de la madrugada y aún había energías para saltar.

La pasión por la música lo dominó todo y sin exagerar en la planificación previa del show, sin cobrar entradas caras para ver un repertorio distinto a lo común. Todo con la misma espontaneidad de una tocata improvisada en una fogata en la playa.

Fue una de esas reuniones especiales donde todos (sin diferencia entre músicos y público) compartimos y recordamos ese momento cuando conocimos a The Cure y de paso, pudimos conocernos más a nosotros mismos en nuestra adolescencia. Y vaya que se sintió bien recordarlo.

Videos gentileza de Mínimo de Memoria.

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