Porque el cine no está lleno solo de malos ejemplos de paternidad, acá les dejamos a 10 de los mejores padres del cine. Y les advertimos desde ya a que vayan a buscar unos pañuelitos.
Don Vito Corleone (Marlon Brando en The Godfather, 1972)
El mejor. Si, puede que fuera el jefe y el principal encargado de la mafiosa familia Corleone, pero no por eso Don Vito dejó de preocuparse alguna vez de lo más importante de su vida: la familia. A Don Vito acá lo queremos mucho, por eso lo dejamos primero en esta lista.
Ted Kramer (Dustin Hoffman en Kraver versus Kramer, 1979)
El padre soltero por excelencia. Kramer (no el imitador) se las arregla para aprender, de la noche a la mañana, como arreglárselas en su vida luego de que su esposa -interpretada por Meryl Streep- lo abandona y lo deja a cargo de su único hijo. Pucha que me hace llorar ese final.
Guido (Roberto Benigni en La vida es bella, 1997)
Otro final que hace llorar. Es que una historia que incluya a una familia prisionera en un campo de concentración en la Segunda Guerra Mundial y donde el padre hace todo lo que está en sus manos para que su hijo no sospeche de las cosas terribles que están por pasar, produce el mismo efecto de una lacrimógena en el living de mi casa cada vez que encuentro esta película en el cable. Yo sé que todos nos acordamos del juego que Guido le inventa a su hijo.
Atticus Finch (Gregory Peck en To Kill a Mockingbird, 1962)
Esta es más clásica, pero todo un ejemplo. El gran Gregory Peck interpreta al abogado más bueno del mundo y a un ejemplo de valores como padre. De hecho, este personaje es el número 1 en la lista de héroes del cine de la AFI.
Marlin (Albert Brooks en Buscando a Nemo, 2003)
Nadaremos, nadaremos. Del reino animal de Pixar, Marlin debe ser el mejor papá. Recorre el océano, enfrenta a tiburones, conoce a las tortugas, aguanta con mucha paciencia a Dory y supera muchos de sus miedos, todo por encontrar a su extraviado hijo Nemo.
Mufasa (James Earl Jones en El Rey León, 1994)
Una generación entera aún no sabe superar la muerte de Mufasa y por ningún motivo lo íbamos a dejar fuera. PD: Si, El Rey León tiene veinte años, siéntete viejo.
Bryan Mills (Liam Neeson en Taken, 2008)
Si le secuestras la hija a Liam Neeson mientras interpreta a un agente retirado de la CIA, él te va a buscar, te va a encontrar y te va a matar. Así que cuidado.
Sam (Sean Penn en I am Sam, 2001)
Seguimos sumando películas para llorar. Sam Dawson tiene una evidente discapacidad mental y espera el nacimiento de su hija, Lucy, la que es abandonada por su madre y dejándola a cargo de Sam. Los años pasan y al parecer él ya no cumple con los requisitos para criar a una pequeña. Abogados, juicios y el permanente amor de Sam hacen que los ojos nos lagrimeen porque se nos metieron unas cuantas basuritas en el ojo. Todos con una muy buena banda sonora de fondo.
El papá de Jim (Eugene Levy en American Pie, 1999)
Si para el día de la madre saludamos a la mamá de Stifler, no podíamos dejar de saludar al papá de Jim. Torpe como él solo, el papá de Jim se esforzaba en exceso para aconsejar y ganarse la confianza del adolescente, inmaduro y virgen Jim. Creemos que en la última película –American Reunion-, el papá de Jim tuvo un final más que feliz y merecido después de su viudez.
Chris Gardner (Will Smith en En búsqueda de la felicidad, 2006)
No sabemos muy bien que pasó con esta lista, pero resulta que los mejores papás son esos que peor la tienen que pasar y como resultado, nosotros la pasamos mal con ello y lloramos mucho. “En búsqueda de la felicidad” es la prueba de eso: padre soltero y sin ningún peso en los bolsillos (y después sin un techo bajo el que vivir) hace todo lo que está a su alcance para darle la mejor vida a su pequeño hijo, sin que se de cuenta de lo mal que lo están pasando.
¿Nos faltó alguien? ¿O crees que alguien sobró? ¡Cuéntanos!
