Sapos sin Lengua nos habla de la decadencia y esperanza de “Creación Decepcionante”, canción por canción

Las ciudades como Valparaíso dan espacio para sonidos más combativos y directos. Sapos sin Lengua liberó a finales del año pasado su primer trabajo, titulado Creación Decepcionante, un disco que entre la lisérgica complejidad del rock progresivo y un mensaje surgido de la rabia punk y grunge, sirve como fotografía de un Chile en el medio de un conflicto que apunta al sistema mismo.

Sapos sin Lengua nace como un proyecto de amigos de colegio que se juntó en torno a la música. Así, entre coincidir en un electivo y un concurso de guitarra; la incipiente banda se presentó en una kermesse colegial con Jeremy de Pearl Jam. De ahí en adelante, no dejarían de hacer música juntos, siempre rondando variadas influencias como The Mars Volta, Tool y Rage Against the Machine.

Eligiendo el LP como formato, Pablo Rebolledo (voz), Alonso Arrieta (bajo), Francisco Galleguillos (guitarra)  y Daniel “Primo” Urzúa (batería) prepararon Creación Decepcionante como un álbum conceptual en el que abordan problemáticas tanto interiores como sociales.

“La llegada de Daniel a la batería fue fundamental para el sonido del disco” nos cuenta Pablo Rebolledo y Francisco Galleguillos vía Discord. “Fue super importante sonar bien porque cuando sacamos la primera versión de Poco a poco en 2017, fue por sacar algo. Es bacán hacer algo así de artesanal, además de los problemas que tuvimos y el tiempo que demoramos”.

Y no es para menos, porque el difícil camino de la banda para sacar a la luz Creación decepcionante incluyó problemas en la masterización, el robo de unos proyectos de la banda y hasta el estallido social. Sin embargo, a su música le parece sentar bien el caos; un disparo de irreverencia en forma de canciones de decadencia y esperanza.

Contaminación acústica

Francisco Galleguillos: “Esta fue una tarde viendo Youtube y editando. La intro fue lo último que hicimos y la idea era darle una narrativa al disco. La historia ya estaba más o menos armada, teníamos a este personaje de “El Profeta” pero algo le faltaba como para afianzar el relato. Y sin saber mucho que hacer se nos ocurrió sacar fragmentos de Youtube como entrevistas de Piñera, cosas así.”

Pablo Rebolledo: “La Paty Maldonado, el “Renace tu mañana” de la Cathy Barriga (risas).”

F.G.: “Y ahí comenzamos a grabar cosas encima. Todos tocabamos una tecla de un piano, el Mati (quien hizo la mezcla) se puso a frotar un arco de violín contra un platillo, yo me puse una almohada en la cara y me puse a gritar, y así. Es un reflejo de lo que pensamos cuando suena la tele.”

P.R.: “Lo más interesante es que el micrófono estaba al medio y nosotros nos paseábamos haciendo cosas alrededor. Ya habíamos terminado el disco y fue un proceso súper loco, nos salió un mal viaje a propósito. Es una forma de manifestarse acerca de la decadencia de los medios.”

F.G.: “Y al final de Contaminación Acústica suenan unos pasos y una puerta abriéndose que representa al personaje de Canto entrando.”

Canto

P. R.: “Tiene un aire como de bohemia media The Doors, esa aura como para ponerse a declamar poesía. Cuando llegué con la letra de Canto la tenía súper preparada, pensada. Nace por la forma en que se ve el canto en el mundo. Nuestra sociedad ve el cantar como algo hermoso y superficial, cuando no debe ser algo necesariamente bonito. Puede ser un grito, un sufrimiento, puede ser alguien vomitando, alguien queriendo escupirte en la cara. Fue uno de los temas más experimentales al inicio.”

Funky opresor (John Toloza)

F.G.: “Nació después de un ensayo, hueveando. Queríamos armar un personaje que fuera un cuico desagradable; y nosotros tenemos un amigo que se llama Benjamín Toloza que es terrible activista, va a marchas y así. Una vez llamó a mi hermana y en el teléfono lo tenía como “John Toloza” y dijimos: “este es como el Toloza cuico, opresor” (risas). Gracias a eso armamos la historia de como sería un personaje todo lo contrario al Toloza de la vida real. Todas las referencias son sobre el colegio en el que íbamos.”

P.R.: “Claro, es un colegio de marinos y eramos como forajidos dentro del colegio. Siempre fuimos los raros, era todo muy monótono. El concepto de “funky” vino después, porque justo salió la “funa” a Tea Time y bromeando le pusimos “funky opresor”.

F.G.: Ahí nosotros queríamos sonar a Rage Against the Machine, a Molotov o a Sinergia.

P.R.: “Igual le quisimos dar un ambiente, un contexto con los gritos de la calle y los efectos en las voces. Harta gente nos ha dicho que hagamos un videoclip de ese tema.”

Poco a poco

F.G.: “De esa canción grabamos una versión que sacamos como single en 2017 pero ese proyecto estaba en un notebook que se robaron. Creo que también perdimos la primera versión de Funky opresor.”

P.R.: “Ese día que ibamos a terminar Poco a poco, llego y Daniel (baterista) me dice: “oye, se robaron las tomas”. El es bien bueno para el hueveo y le digo: “Ya, buena la broma”. Y el me queda mirando: “no, Pablo, si es verdad” (risas). Esta versión tiene hartos detalles que no tiene el sencillo y mejoró bastante.”

F.G.: “La primera versión la sacamos más por sacar algo. La escuchamos y no sonaba a lo que estábamos grabando para el disco, es diferente el nivel de producción que tiene. Además, yo en ese tiempo que pasó me compré una guitarra nueva, de ocho cuerdas que aportó. Entonces, al final fue para mejor.”

P.R.: “Si, lo tomamos como una segunda oportunidad. No fue de la mejor manera pero salió. Fue super rápido como se armó el tema, con esa onda medio grunge-punketa y que evoluciona a una psicodelia muy Los Jaivas. Yo siento este tema es súper personal y me gusta poder compartirlo porque sé que no soy el único que se ha sentido así. Igual pienso que Panchito y el Primo le pusieron caleta a lo que hicimos con el Alonso y la desarrollaron, pucha, caleta. De ahí en adelante todos empezamos a ser más elocuentes musicalmente.”

F.G.: “Es que esa canción llegó casi lista. Ya estaba lista al tercer ensayo. Y sobre la letra, si, o sea, yo como que anoto las cosas de las que me quejo (risas) y de ahí parto escribiendo, desde lo personal.”

T1M0730

P.R.: “Escribí la letra antes del estallido y la verdad pensamos harto eso de lanzarla para esas fechas como single. Era un proceso sensible y todo pasó muy rápido, pero la fecha estaba prevista desde mayo. Al final, nos la jugamos súper seriamente y la sacamos porque tiene que ver con todo lo que arrastrábamos y derivó en lo de octubre. La letra habla de alguien que compró el cuento desde el principio y que cuando todo explotó se dio cuenta que estaba metido en una burbuja de privilegios. Pregunta dónde están los héroes que nos iban a salvar, los intelectuales que nos iban a ayudar. Es una sátira pero diferente a Funky opresor, es una risa nerviosa, media incómoda.

F.G.: “Por eso se llama “Timoteo” igual, es un circo. Un show en el que el payaso se cae y nos tiene que dar risa. En la guitarra hay harto de System of a Down,de hecho está afinada en drop D para que sea más densa, más pesada. En producción el Mati hace unos órganos que anuncian que el circo ya llegó.”

P.R.: “Claro, también hay unas risas medio malévolas que como que preparan al oyente. Es como que “ya viste la realidad, ahora hay que vivirla”. Es como un shot de decadencia.”

[Profeta.wav]

P.R.: “El origen de ese audio, porque primero fue un audio de Whatsapp, fue un 19 de septiembre de 2017. Estábamos con caña del 18 y fuimos a vacilar a una escalera de subida Ecuador y llega esta persona con acento caribeño; que no sé si andaba curao o drogado pero se empieza a jotear a unas amigas nuestras y todos estábamos como “qué onda”. De la nada nos dice: “improvisemos, improvisemos, hagamos freestyle”. Se paró en la base de la escalera y se puso como a profetizar: “te construyeron hombre humano para destruir. Son los Anunaki”. Tenía cualquier flow, me recordaba a Death Grips.

Quedamos pálidos, muertos de risa. Cuando termina todo, el Alonso o creo que fue el Daniel, me dice: “grabé”. Gracias a “El Profeta” nace el concepto del último tema del disco.”

F.G.: “Musicalmente, la idea era que el Primo hiciera un solo de batería muy errático mientras sonaba el audio. Y fue bacán porque él sacó el celular, abrió una aplicación que simula una batería y lo grabó. Pasa todo el día tocando ahí así que es seco. Finalmente le pusimos un faser, filtramos la grabación, la paneamos y quedó. Eso si, para que quedara más lo-fi, grabamos el celular en altavoz, no usamos el archivo directamente.”

Anunaki

F.G.: “Ahí “El Profeta” no dio todo el camino (risas). Es un tema que se planeó así de largo (11 minutos). Fue un proceso de dos meses. Ensayábamos dos horas, recuerdo, y de ese tiempo tocabamos los otros temas en media hora y el resto lo dedicabamos a componer Anunanki.

P.R.: Pensé ponerle letra, como si fuera un tema más pero más largo. Vi a los chiquillos tan bien armando todo y que yo no podía meterme porque como guitarrista rítmico no me compararía a la máquina que es Panchito (risas), y quedó instrumental. Yo me meto a gritar al final, con el Alonso, aunque al principio el no lo hacía.

F.G.: Esa sección donde gritan “¡anunaki!” nació de una talla del Alonso. Y eso es una de las partes porque hay de todo un poco. Hay como unos “versus”, una parte de bosanova, una caída, unos acordes en bajo.

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