Pedropiedra en su zona de “des confort” funciona como un gran explorador de sonidos. Aunque los inicios de su carrera estuvieron ligados indudablemente al rap y a los sonidos urbanos (“la primera canción que compuse en mi vida fue un rap de Navidad, en donde mencionaba a mis abuelos, a mis primos, uno por uno”, nos confesó en esta entrevista), la vuelta a esas raíces demoró 11 años en su carrera. Al menos tan explícitamente como en “Aló!”, el disco que acaba de lanzar.
En su quinto trabajo en solitario, Pedro Subercaseaux (Santiago, 1978) decidió llamar a Cristián Heyne, acaso el artifice tras las perillas de los discos más trascendentes en los últimos veinte años en la música chilena. “Es el número uno po. Lo conozco hace tiempo y quería apoyarme en un productor que me hiciera salir del remolino de la canción rock. Necesitaba a alguien que me dijera ‘hueón, tranquilo, haz otra melodía, haz una parte B sobre los mismos acordes’. Es una manera más moderna de ver la música”, explica.
El trabajo, en todo caso, no fue fácil. De las 10 canciones que tenía compuestas para un eventual nuevo disco sólo quedó una (“Quinta Costa”), el resto fue hecho por y para el productor. Al final de las sesiones habían más de 40 demos o ideas grabadas gracias a la motivación, a veces estricta y estructurada, del hombre que en los noventas lideró Christianes. “Empecé a trabajar bajo presión”, dice el músico, “no quería que pensara que soy un hueón charcha, le hice caso en todas las indicaciones”.
“Mi objetivo principal con este disco era no repetirme, salir de una estética y entrar en otra. Evidentemente no me puse a hacer rock progresivo pero, curiosamente, hicimos un disco mucho más orientado a las tendencias actuales pero sin traicionar la esencia. Todos los temas dicen algo en las letras sobre todo. La música es música, es intocable y abstracta pero la letra es el verdadero mensaje al final”, resume.
¿Por qué “Aló!”?
El título para mí siempre es lo último. Como todos los temas son medios “rapeados”, yo grababa dos voces y dejaba una pista para hacer (sonidos) “ugh, wow, oh” y de ahí salió “Aló!” ¿cachai? salió completamente de la nada en “Amar en silencio”. Heyne se cagó de la risa y lo dejamos. Después empezamos a huevear con “Aló!” y lo pusimos en varios temas. Cuando salió el mucha gente en los comentarios lo ponían y en los shows lo empezaron a gritar entre temas. Al final, le pusimos “Aló!” al disco porque es un grito super chileno porque no es de Aló (contestar el telefóno) es de “Aló, vecino…¿está?”.
La presentación oficial en vivo del álbum será el próximo 20 de junio en Teatro Caupolicán. Entradas vía Puntoticket.
Te recomendamos leer la siguiente entrevista escuchando “Aló” (2020), el nuevo disco de Pedropiedra:
Amar en silencio
Habla sobre una historia lineal, semireal, semificción. Sí, me gustó una ciega en misa pero no podía verme, así que nunca supo que yo existía ni nada. No le entregué un corazón en braille, eso no lo hice. Muy romántico. Aunque hay quienes me han dicho “di que sí, hueón” (risas).
Tenía esa historia de siempre y, cuando estábamos curaos con mis amigos y hablábamos de amores imposibles yo decía: “en una misma vi a una niña ciega y siempre la quise conocer”. Cuando estaba haciendo el loop yo pensaba “esta cuestión está como pa’ un rap”, me imaginaba como Chica Eléctrica o Serenata Rap y ahí se me ocurrió contar este cuento.
Fue el primer single y hecha bien a la rápida. Yo tenía una melodía, le puse acordes en mi casa y la trabajamos al otro día en el estudio. A (Cristián) Heyne le encantó. Se la mandé y me dijo: “hueón, la he escuchado veinte veces, está increíble, tiene que ser el primer single, está muy fresca, está muy único”. Fue como ‘paff’, un problema menos. Una canción lista, primer single, chao.
Quedé contento con el tema, sobre todo por el relato y por -a estas alturas- encontrar una nueva manera de hacer una canción. Media livianita pero emocionante, le dio un color bacán al catálogo.
Quinta Costa
Es uno de los temas que había tocado después de “Ocho” (2016). Tenía diez canciones para hacer el disco a finales de 2018 y, cuando me junté por primera vez con Heyne, esta era una de esas. Él escuchó todas y me dijo: “sí, están buenas pero creo que hay que hacer más”. Esta le gustó siempre, pero al final me hizo trabajar, trabajar y trabajar. Llegamos a tener como 42 y “Quinta Costa” es la única que quedó de ese primer tirón.
Antes, cuando la tocábamos en vivo, tenía una parte media rockera al medio que eliminamos. Eliminamos todo lo que huela a Rock de este disco. “Aló!” lo grabamos cero banda. Heyne hizo todo los loops y las secuencias y yo toque guitarras, bajo, teclados y cantaba. Al final, el disco esta hecho entre muy poca gente.
A Heyne le pareció que era bueno mantener una canción que tuviera un sabor más del primer disco. Un loco en otra entrevista me dijo que relacionaba esta canción con “Sol Mayor” pero más evolucionada. Es el último single pero yo quería sacar otra, pero en la oficina me dijeron “sácate algo más Pedropiedra”. Y ahí está.
Perdido en Viña del Mar
A diferencia de la anterior, esta letra es completamente ficticia. Siento que es como una crítica social al zorrón, al que quiere meterse a la tele, al frívolo. Es como esa primera línea de asientos en el festival o al entrar a un grupo, a “un club”, por eso dice “ya no me rechazan como antes”. Pero nada, todo es mentira (risas). Es como un reggaetón o un dembow y está ambientada en nuestra ciudad del glamour, nuestro propio Acapulco.
Es, por sobre todo, una canción irónica. Onda, “soy un Dios, papá”. Eso solo lo puede decir alguien que está muy jalao.
Fue el tercer single de este disco y salió el 18 de octubre. Por eso pasó a ser un tema liberado nomás, no le hicimos video, ni más promoción en la radio, redes, ni nada. Quedó tirado nomás porque estaba completamente sacado del ambiente en general.
El estallido me pilló volviendo precisamente de Viña del Mar, porque fuimos a hacer promoción en radios de allá. Cuándo veníamos empezamos a ver que el Metro estaba cerrado y todo eso. De repente, escuchando Radio ADN, habla Chadwick y el hueón dice “Estado de excepción” y yo como “conchetumadre”. Llegué a mi casa y vimos en tiempo real cómo se iba quemando el Metro, la gente caminando por la Alameda y todo eso. Al día siguiente hubo toque de queda, milicos y ahí ya nos “fuimos a la B”.
Hipnotizada (feat. Álvaro Henríquez)
Cuando Heyne me dijo “haz más temas, menos acordes. Más temas, menos acordes” empecé a componer esta canción. También la hice en una tarde, súper rápido. Cuando se lo mandé me dijo “este tema queda en el disco, te lo digo al tiro”.
Cuando la estaba grabando en la parte (canta) “le preguntó al marinero…” me imaginaba por la letra y la altura del registro a Álvaro Henríquez. Cuando me armé de confianza -construida por largos años de haber compartido escenario- le mandé el tema por Whatsapp y le pregunté si quería participar. Me dijo “Me encantó, está bacán, grabemos”. Pasaron como cinco meses y lo volví a llamar. Llevó su guitarra, un amplificador pequeño que él usa para grabar y se quedó toda la tarde. Grabó como 5 o 6 pistas de guitarra, cantó las voces, tomamos mucha Coca Cola Light, muy buena onda.
La imagen que tiene la gente de Álvaro no coincide completamente con la realidad. Él tiene un trato muy humano. Me alegro de que esté tan bien (nota de la redacción: fue sometido a un trasplante de hígado en mayo de 2018) y que la esté rompiendo. Ahora está girando con Soda Stereo y Los Tres pareciera que están más vivos que nunca. Me pone contento. Ahora sus músicos me agarran pal hueveo y me gritan “Aló!”, muy en buena onda.
La letra nació por una búsqueda de nuevas maneras de componer y escribir. Yo siempre he abordado la cuestión como desde un lado más emo de humor pero ahora se me empezó a ocurrir la idea de una mujer sola, que abandona a la familia y que se iba a buscar una hueá que no iba a pasar nunca. Traté de no involucrarme tanto yo, si no mostrar una historia media pesadillesca.
Abuela Come On (feat. Gepe)
Es súper absurda, es la canción absurda del disco. La letra dice una hueá que decía mi abuelo “el amor se va, los celos no”. Era una frase que yo escuché una vez. Mi abuela murió debajo de un camión, entonces ahí está la relación con “quizás pensando en esa mujer…”. De ahí salté al tema de los familiares y después esa parte que dice “te vi en un McDonalds con un tipo con pinta de abogado”, es como ya no estoy ni ahí contigo pero igual me afecta verte. Yo creo que es algo que todos hemos sentido de alguna manera.
En el coro, que antes estaba tarareado nomás, se me ocurrió decir parentescos. Es absurdo porque la letra no significa algo, son imágenes y jodas. Tiene risitas al final, puro hueveo. Es un tema entretenido.
La parte de Gepe también está sacada del contexto del tema. El “mírame, mírame…” es algo que él siempre hace. Si tu le dices a Gepe “hagamos un tema que hable de un auto”, él va a decir (canta) “tiene teclas y computador…”, que al final es una hueá del teléfono ¿Si o no? Bueno, es parte de su estética escapar de lo literal. Sus letras siempre fueron super crípticas.
Aló!
Fue la última canción que grabamos para el disco. Antes se llamaba “Tan de ti”, que era la misma pista pero con una letra romántica. La iba a cantar con Mon Laferte pero su sello se lo impidió. Traté de reescribirla con otra mujer, que es una escritora chilena, pero tampoco me dió mucha bola. Así que ahí quedamos hasta que un día, mientras Heyne trabaja en su computador y yo estaba en un sillón, vimos las noticias y aparecían escándalos tras escándalos políticos. “Puta estos chanchos conchesumadres”, dije.
Heyne le tenía harta fe a la música, que es como media urbana así que tiene un poco de todo y la empezamos a escribir nomás. De repente, fue como “hueón quiero hacer algo con los chanchos” y lo escribí al tiro. Fue lo primero que grabamos. De ahí empezamos a armar el tema y cuando salió la melodía, el tema era completamente distinto. La terminamos el 25 de septiembre, ni siquiera un mes antes de lo que pasó.
Al final, la liberé el mismo 18 de octubre. Había mucha chanchada hace rato, toda esa hueá de que los políticos se van en pasajes de primera pagados por todos los nosotros, los desfalcos de los pacos (Carabineros), los milicos, las boletas, las mineras era como… ¡Pareeeen! Esa era un poco la intención del tema. Terminó calzando harto.
Sueños por cumplir
Esta habla de envejecer, de crecer. La coprodujo Xander, que ha hecho temas con Pablo Chill-E y Gianluca, por eso tiene ese sonido. Este muchacho, que tenía 17 años en ese momento, hizo “My Blood” y fue bacán trabajar con él. Heyne decía “tirate un tema más trap hueón, que importa, si no pasa nada, vo’ podís”. Bueno, mi canción más conocida (“Inteligencia Dormida”) es un rap.
El tema es bien melódico pero urbano, sintetiza perfecto lo que es el disco. Melodía, acorde y contemporaneidad. La canción habla principalmente de tener 40 años pero ser el mismo hueón de 20 pero con un poco más de experiencia nomás.
El coro dice “chiquita, tu vida soñada cambiará sin avisar…”. Tiene mucho de crecer eso, de darse cuenta que vas a ser el mismo hueón siempre solo con más problemas. Y nada. Dice super claro “una vez tuve 20 hace un instante, no te vas a dar cuenta y tendrás 40”. Es brígido como pasa muy rápido el tiempo, les aviso chiquillos.
Me gusta el movimiento trap chileno porque se hace sin tanta plantilla, sin ser tan genérico. Se agarra de algo y se mezcla con algo más garage por la reticencia del artista chileno de tomar la copia tan literal. Ese es el valor principal del trap y del indie chileno. No es música copiada, usurpada.
Noche en vela (feat. Catalina Rojas)
Está inspirada en un tema de Charly García que se llama “Say No More” porque tiene un sampler de violín. Me quedé pegado con ese tema que, analizandolo, también tiene un ostinato que es una figura que se repite, se repite, se repite y van cambiando los acordes encima. En un ejercicio de buscar un motivo así se me fue ocurriendo la canción.
La hice en mi casa, letra y música, después de una pelea con mi mujer. Habla de cagarla y de no apreciar a la persona que tienes. Se va a enterar por la prensa de esto eso sí. Yo tampoco le iba a decir “oye ya, perdóname, te hice esta canción, ahora bésame” (risas)
En llamas
Es el tema más largo dura 5 minutos. De hecho, lo cortamos. Es medio Arcade Fire y es mi tema favorito del disco, el más emotivo. Habla de la crisis climática, creo yo, bastante explícitamente. Está inspirado en el movimiento Greta, de ver que todo se está quemando y que estamos hasta el pico sin poder hacer nada.
Tengo un grupo de gente al que le muestro mis discos antes para que me recomienden singles o qué canción no les gusta. Después me escribieron como en plan “oye la cagó este tema, estoy llorando loco”. Creo que está muy bien logrado y es un buen cierre para el disco, épico y místico. Antiguamente, los álbumes dejaban el tema más largo y profundo pal’ final y esa es la función que cumple este tema ahí.
La versión original era más como “In Your Eyes” de Peter Gabriel, más afro. Después fuimos cambiando cosas y fue como “¿Para qué vamos a hacer un remake de un tema del 86’?”. Igual mantuvimos algo heavy que es el cántico originario del final, que es prácticamente una cita a Yossou N’Dour (que canta ese tema) pero con autotuneado.
Cierra un disco hecho básicamente de noche, mientras dormía mi familia. También es un disco de nueve temas como el So de Peter Gabriel, Thriller de Michael Jackson o el mismo Corazones de Los Prisioneros.
La portada
El diseño de la portada lo hizo un gringo llamado Damon que firma como Sidebarrs. Es un tipo súper joven que me recomendó mi amigo Sebastián Silva desde New York. Continúa en la lógica de la caratula de “Cripta y Vida” (2011) que son diseños muy pichuleros pero que son ricas de mirar porque no se están tomando tan en serio.
Antes del estallido, la tapa del disco era completamente distinta. Cambiamos la tapa porque salía Piñera, aaaaahhhh (risas). No, salía yo con un jockey gritando “Aló!”, era más superficial, más colorida y hueona. Fue como… “no, sabís que no quiero sacar el disco con esta tapa ahora, en este país”, así que hicimos algo más críptico. Hay una casa con un arcoíris, un puma, cuestiones que no tienen mucho sentido.
El disco se lo mande a este grinto, lo escuchó y eso fue lo que se le ocurrió. A mi me encanta igual, la encuentro super rara porque es como del 84′, como de Talk Talk o The Cars.
Ficha técnica
Producido por Cristián Heyne.
Grabado por Cristián Heyne y Fernando Herrera en Estudionegro.
Mezcla por Arturo Medina en Turra Music, excepto “En Llamas” por Fernando Herrera en Estudionegro.
Masterizado por Chris Gehringer en Sterling Sound, excepto “En Llamas” por Francisco Holzmann.
Todas las canciones, letra y música por Pedropiedra excepto: “En llamas” letra con Álvaro Díaz ; “Abuela Come On” letra con Gepe; “Sueños por Cumplir” música con Xander y Cristián Heyne; “Perdido en Viña del Mar” música con Cristián Heyne.
Jorge Delaselva: Coros en “Amar en Silencio” y “Abuela Come On”
Catalina Rojas: Coros en “ Amar en Silencio” y “Abuela Come On”; Voz en “Noche en Vela”
Pepe: Voz en “Abuela Come On”
Álvaro Enríquez: Guitarras y voz en “Hipnotizada”
Xander: Coproducción y beats en “Sueños por Cumplir”
Pedro: Teclados, Bajo, Guitarras, Percusión, Voz.
Rodrigo Santis: Producción Ejecutiva (Quemasucabeza)
Carla Arias: Booking y management (Armónica)
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