El trinaje de Dulce y Agraz: “Trino” repasado canción por canción

Tras casi cuatro años en la escena musical chilena, Daniela González al fin encuentra la cima con su proyecto Dulce y Agraz. Si en 2015 comenzó lanzando sus primeras canciones, hoy se consagra y estrena “Trino”, su primer disco de estudio.

Para Daniela no ha sido fácil. Con solo 20 años, la cantante se mudó desde su natal Concepción a la capital de Chile para buscar ampliar su alcance musical. “Me sentí muy sola al principio, pero por otra parte, laboralmente fue muy bueno”, declara.

Sin embargo, supo sacar lo bueno de la temprana mudanza e intentó retratar en su álbum el lado positivo de todo esto, sumado a las experiencias en las relaciones amorosas que vivió. “‘Trino’ trata mucho de las consecuencias que se viven después de una crisis, pero desde el lado positivo. Habla de todas las emociones que genera cualquier tipo de crisis dolorosas, de cómo superarlas”.

Dulce y Agraz, aparte de ser cantante, se considera una “rata de biblioteca”, fue así como llegó al nombre del álbum. “‘Trino’ salió de “Trinaje” que es un libro de Carmen Martin, quien describe el trinaje como el grito de dolor del pájaro ante las adversidades y el dolor”. También se apega a una leyenda quechua que dice que los pájaros no tenían alas y les salieron después de superar la pena que llevaban y por eso ahora son los animales más felices del mundo animal.

“Yo creo que la felicidad viene después de haber aprendido algo”.

Así introduce su canto Dulce y Agraz, el que ya vuela alto y superó todas las penas.


Renacer

Es una reflexión un poco frustrada de las cosas que uno pasa, pero en el fondo también cuenta de la tranquilidad de que si obras bien, te irá bien, como en el karma. Te enseña que las acciones de la gente siempre repercuten en ellas mismas, que todo tiene su reacción. Es para decir “Ok, soy una persona nueva y me enfrento a las mismas situaciones pero ahora mas preparada”, por eso el nombre.

Es un tipo de primer manifiesto, de antesala a lo que se viene en el disco; “Mira, te voy a contar qué se viene. Me va a pasar una historia triste pero voy a salir bien parada de esto porque cada uno recibe lo que se merece y punto”.


La distancia

Creo que la letra es super explícita. Habla de lo mucho que extrañaba Concepción cuando llegué a Santiago y de lo sola que me sentía. Porque Santiago es una ciudad donde todo pasa muy rápido y yo siempre he sentido la necesidad de conectarme con la naturaleza para relacionarla en mis procesos. Necesito ver que el sol se esconda todos los días, cosa que aquí no podía hacer.

Cuando la escribí vivía en Tobalaba y tenía de ventana al Costanera Center, entonces estaba muy rodeada de edificios. Una vez le comenté a una amiga “Oye, me siento muy atrapada, necesito irme un rato” y me decía “Ay, mira, dos cuadras más allá hay un río” y era el Mapocho (risas), entonces me sentía super mal. No lograba adaptarme a Santiago. Siento que la naturaleza tiene una sabiduría mística que uno puede relacionar a sus propios problemas, tiene sus cursos tal como nosotros los tenemos y yo lo necesito.


Súbitamente

La escribí hace tres años, en una etapa completamente distinta a la que escribí la mayor parte del disco. Habla de un amor universal, un poco romántico con el cual yo tampoco me siento tan identificada, pero no dejo de encontrarla bonita.

Es el primer single del disco y me vi un poco obligada a ponerla, porque a la gente le gustaba mucho y yo también sentía que era una canción que quería mantener conmigo, pero no sabía cómo. Aparte, siento que le da un punto de equilibro al disco, no lo hace tan triste, le da un poco de color.

Este tema lo hice cuando recién estaba aprendiendo a hacer baterías programadas y me parece entretenido que eso se mantenga, la hace más auténtica.


Bajo tus ojos

Nace en un contexto donde yo había estado con alguien un tiempo y de repente esa persona desapareció y la echaba mucho de menos. Habla de tratar de reencontrarte con esa persona.

Con Juan Pablo Bello y Cristian Dippel (productores del disco) comentábamos que tenía unos aires muy románticos, que podía tener una onda muy de coros, media ochentera. Ahí pensé en Natisú, porque es una persona que admiro mucho y tiene una voz que me encanta, es full colaboradora de mucha gente. La llamé, le comenté y dijo “ya, al tiro”, fue todo muy rápido.


No me alcanza

Es la historia después de una ruptura amorosa y de echar mucho de menos a alguien. Yo creo que cuando la escribí estaba muy dolida, porque siempre estoy muy metida en el trabajo y cuando tengo algo con alguien, siempre es muy intenso, entonces me cuesta obligarme a terminar las cosas intensas.

Me cuesta que me guste alguien, entonces, cuando me pasa, generalmente son relaciones muy largas y obviamente me cuesta terminarlas. Para mí, es un proceso muy difícil entrar y salir de ellas. De ahí nace.


Ojos cansados

Este también es un tema muy romántico. Habla del proceso anterior a una relación, porque, como te contaba, a mí me cuesta mucho asumir que me pasan cosas con alguien y no me puedo desencantar. Entonces, describe una condición que me gusta mucho de una persona y del miedo a admitir ciertas cosas. Es como una declaración personal de amor.

Foto por @saladarks

Ya no retoña

Es una especie de “autorretrato que hice cuando tenía depresión. Al principio no sabía lo que me pasaba, luego empecé a ir a terapias y me diagnosticaron. Al mismo tiempo, yo tenía que seguir trabajando y creo que me hizo muy bien escribirla para saber y analizar muy bien qué era lo que sentía y saber cómo enfrentarlo. Esto me ayudó muchísimo a ampliar mi inteligencia emocional. A veces cuando uno se siente mal siente una masa de cosas en el pecho y estás como enojado, angustiado. Escribirlo te aclara un poco el panorama y te quita pequeñas bolsitas para seguir.

Aquí se retrata el punto más sabio de esa depresión que es cuando me di cuenta que ya no volvería a ser la misma, que lo que me había pasado era muy terrible, pero al mismo tiempo seguía manteniendo mi esencia e iba a salir adelante.

Justo en ese tiempo grabé un cortometraje que se llama “En el útero” donde interpretaba a Tana, una adolescente que tenía muchos problemas con su mamá y, además, una leve sordera. Entonces tenía un mundo interior mucho más intenso. Sentí que le regalé un poco esta canción a ese personaje, que las dos teníamos mucho en común con nuestros sentimientos. 


Duele

La letra aquí también es muy literal, es un tipo de manifiesto, de declaración de principios. Yo creo que me salvó mucho la vida. Sentía, al escribir este álbum, que estaba centrada. Me ayudaba a ser más paciente con mis emociones. El mensaje aquí es que “el dolor te enseña cosas”.


Los cimientos

Es importante recalcar que no es coincidencia que venga después de “Duele”. De hecho, “Ya No Retoña”, “Duele”, “Los Cimientos” y “Gregorio”, son como “la sabiduría del dolor”.

Representa el cuando te sientes muy quebrantada en tu núcleo. Yo sentía, literalmente, que me había muerto. O sea, no sentía que me quisiera morir, pero si me costaba vivir día a día. Despertar, abrir los ojos y sentir esa sensación de cansancio, nerviosismo y tantas cosas, no me daban ganas de vivir así. Me sentía muy rota.

Foto por @saladarks

Gregorio

Gregorio es el nombre de mi abuelo, del que nunca hablo. Para mí, él fue tremendamente importante porque siempre me he visto muy alejada de mi figura paterna y mi abuelo cumplió ese rol durante un tiempo porque viví con él. Es una persona que amo mucho y de la cual me costó mucho despedirme. Fue la primera muerte importante a la que me enfrenté. Creo que él me enseñó un poco lo que significaba la muerte.

Es una de las más intensas y significativas porque siento mucho a mi abuelo. De hecho, la he tocado tres veces en mi vida: cuando la escribí, en el funeral de mi abuelo y cuando la grabé.


Nada que temer

Cuando la hice caché que tenía un ritmo como de reggaetón y me imaginé al tiro a la Princesa Alba.  Ella logra muy bien lo urbano, lo tiene muy dominado. Nos conocimos en Ruidosa y se me ocurrió invitarla. Le comenté “Oye, podríamos hacer un feat.” y ella como “Sí, yo encantada, mándame la canción” y ahí lo logramos. Le envié una maqueta de estrofa-coro-estrofa y una parte en blanco para que haga lo que quiera. Ahí ella agregó la parte de “No hay nada que temer…” y yo ahí aluciné y dije “esto está muy bueno”.

Fue un trámite largo escribirla porque tuvo como 10 letras. Es raro tratar de hablar de emociones profundas en un reggaetón. Al principio me daba risa porque creía que no me funcionaba mucho, pero siento que igual se logró. Se hizo lo que se pudo.

Escucha “Trino” aquí:

 

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