Niña Tormenta une las piezas de ‘Loza’, su álbum debut

Niña Tormenta es el alter ego Tiare Galaz. Hija de profesores de música y también folcloristas, se crió con las voces de Víctor Jara, Violeta Parra y otras figuras de la Nueva Canción sonando en la radio. Las inquietudes musicales siempre estuvieron presentes, y hoy adquieren sentido en ‘Loza’.

Cuando le preguntamos a Tiare por su disco, un cálido imaginario se abre paso dentro de su explicación. En sus palabras, ‘Loza’ es el resultado de jornadas de improvisación tocando con sus amigos, jugando con sus voces y experimentando con los instrumentos que se tenían al alcance.

Un Bombo, un cascabel, un teclado y un ukulele: si enumeramos, estos fueron los ingredientes necesarios para cocinar el primer disco de Niña Tormenta.  Un debut promisorio, que la llevó a adjudicarse el premio a Artista Revelación en la última edición de los Premios Pulsar.

“Yo creo que eso es lo más bonito para mí de haber hecho el disco es que no fue un ejercicio racional, sino que fue algo que fluyó con el juego de ir probando cosas. Eso me permitió establecer un criterio de qué es lo que me gusta y qué no, algo a lo que no me había enfrentando antes”comenta Niña Tormenta.

Acompañada de sus plantas y algunos artilugios, conversamos sobre ‘Loza’ y  lo que lo rodea con su propia autora. Pero claro, todo canción por canción.

Clase M

Considero que Clase M es un buen comienzo. Esta no fue la primera composición que hice, pero sí la primera que grabamos para el disco.

Tenía claro que instrumentos quería agregarle y más o menos cómo iba a ser la base rítmica del bombo. Aquí experimenté con hartas capas de voces, que era algo a lo que no me había enfrentado antes.

Que entre el frío

 Me siento súper cómoda con lo que implica el frío; estar más en la casa, estar tranquila, abrigarse. Me gusta la estación, me gusta cómo se ven los árboles, me gusta también la luz de la tarde.

La letra era algo que yo escribí hace mucho tiempo, como en el 2012, antes de empezar a tocar. Estaba en una libreta o agenda, no me acuerdo. Ordenando unas cosas encontré la letra y empecé a armar la melodía con el ukulele, a cantarla. Fue la única letra con la que me pasó eso de encontrar una letra previamente escrita. La mayoría de los temas los armé más o menos en el mismo tiempo.

Canción nueva

Esta fue parte de un ejercicio de un laboratorio de canciones del que participé, lo dirigía Diego. Consistía en crear una letra usando un narrador testigo para hablar de algo personal. 

Va dedicada a mi papá,  está escrita como una carta de él hacia nosotras, que somos tres hermanas, a sus hijas. Mi papá falleció hace tres años y muchas de las composiciones fueron parte del proceso de duelo. Considero que es súper emotiva y tiene una carga emocional y personal muy fuerte. Mi papá tocaba acordeón y aquí hay una melódica que hace de acordeón, a modo de homenaje.

Cuando empecé a pensar en los arreglos del tema creí que tenía ganas de que sonara a música chilota que, dentro de la música chilena foclórica, es uno de los sonidos que más me gustan. Se escuchan unos armónicos, que nacen de unos golpecitos que le daba al ukulele al hacer un acorde. Al grabarlo me di cuenta de eso porque se escuchaba más claro. Finalmente decidimos dejarlos, porque encajaban bien. 

Lozapenco

Yo siento que le da un hilo conductor al disco en cuanto a la temática y al arte: a partir de ella surgió la idea de usar este plato, por ejemplo. Esta es una loza típica, de la marca Lozapenco. Es un plato que estaba en muchas casas entre los 80 y los 90’s y generalmente está en las casas de nuestros abuelos de clase media o media-baja porque era barata. La tapa del disco es eso mismo pero digitalizado y con distintos cortes, como si el plato se hubiese quebrado. Estos cortes están sobrepuestos, entonces no se nota directamente pero mucha gente vio la tapa y entendió la referencia.

Es mi favorita del disco. Es una melodía mínima, tiene dos acordes. Es una figura que se va repitiendo todo el tiempo y que creció harto con la edición porque le metimos unos teclados que funcionan como bajos y cobró toda una dimensión más oscura. Le añadimos también unos coros masculinos atrás, para eso le pedí a Daza y a Diego que lo hicieran. 

A la mar fui por naranjas

A la mar fui por naranjas no es mía, es parte del folclor y hay distintas versiones en distintos países como Argentina, España, etc. Esta es una recopilación que grabó Héctor Pavez, un músico folclorista que se dedica a esa labor. No tiene un autor definido, es de esas que alguien escuchó de alguien que la tocaba y así. En mi casa la tocaban harto, mi papá sobretodo; él me la enseñó cuando yo empecé con el ukulele.

Fue uno de los primeros temas que toqué en vivo, porque al principio tenía como cuatro canciones de mi autoría. Cuando estábamos armando el disco me pareció que tenía sentido grabarla y hacer una versión que tuviese que sintonizara con el resto de los arreglos.

Lo que dejo

Es una grabación muy previa al disco. Un día la estaba tocando y el Diego me dijo que sería bacán subir el tema a Uva Robot, y lo hicimos. Lo subimos suelto a la página.

 La grabamos en un departamento en el centro, donde yo vivía antes. Un día el Diego fue para allá con una grabadora y lo que se escucha es básicamente yo tocando el sonido ambiente. Cuando estuvimos haciendo el álbum pensamos que sería lindo tener esta canción tal cual como estaba ya en Internet y no hacerle nada más. Yo estaba aquí empezando a tocar y cantar, tengo una voz muy natural, una de no tener tanta experiencia tocando.

Esta es la primera que yo empecé a mostrar, después salieron otras más. Todos los temas, a excepción de Que entre el frío, vinieron después de Lo que dejo. 

Edificios nuevos

Esta la hicimos con Daza, mi pololo. Nosotros vivíamos en unos edificios nuevos, de esos chiquititos. No son edificios cómodos para vivir, para nadie, pero era el lugar que nosotros podíamos pagar. La hicimos en tono de ironía, porque son mucho más lindos los edificios viejos que los nuevos. A Daza se le ocurrió esa frase y después yo hice el resto de la letra y la acompañé con el ukulele.

Me costó mucho cerrar Edificios nuevos porque le metimos demasiadas cuestiones. El ejercicio para mí siempre era hacer las cosas de la manera más sencilla y que fluyera. Con todas fue así, pero con Edificios Nuevos nos embalamos con tecladitos, ruidos y voces,  entonces después teníamos muchas capas de cosas y fue todo un tema sacarlas. En esta experiencia de saber que te gusta y que no, me costó bastante decidir. De hecho, la terminamos una semana antes de la entrega, y hasta el último minuto estuvimos haciéndole arreglos.

Canción al cielo

 Tocar las canciones en vivo me han ayudado a pasar situaciones y emociones personales y estar bien de alguna forma, encontrar un refugio para estar tranquila. Esta se trata un poco de eso, la escribí en el primer aniversario de la muerte de mi papá. La compuse pensando en él. 

Tiene unos ruiditos que son de cajas musicales, el Diego los fue cortando y les puso efecto. Me gustó mucho cómo quedó eso de las capas de las cajitas musicales, es un detalle súper sencillo que hace que el sonido cobre un dimensión más espacial.

Va a llover hasta el domingo

Me acuerdo que el día en que la grabamos efectivamente estaba lloviendo. El Diego llegó con el computador en la mochila y una capa de esas para la lluvia, me miró y me dijo algo como “Ya cachái qué canción vamos a grabar hoy día”. En la grabación se cuela un poco el sonido de la lluvia. La grabamos en mi casa, en una pieza chiquitita que da la ventana con un techo de zinc, entonces el sonido de la lluvia suena con más fuerza.

La lluvia sucedió por casualidad, pero después grabamos el sonido aparte para incorporarlo dentro del tema. Aprovechamos esa coincidencia para que Va a llover hasta el domingo tuviese esa atmósfera de invierno.


Puedes descargar “Loza” gratuitamente a través del Bandcamp de Uva Robot.

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