La incertidumbre logró resolverse, y el Festival Frontera 2023 (edición fin de año) se llevó a cabo. Durante la semana, hubo muchas dudas sobre su realización tras conocerse una deuda de la productora con la SCD, quien ante esto había solicitado la no realización del evento. Sin embargo, logró solucionarse y el último festival del año tuvo luz verde.
¿El lugar? El Movistar Arena en dos escenarios, tal como a comienzos de año. En enero, el segundo se encontraba en las afueras, a pleno sol. Pero para esta oportunidad, decidieron tener todo dentro del recinto. La segunda tarima, sin pantallas ni retorno, significó un desafío para los músicos, quienes escuchaban todo desde los propios parlantes. Sin embargo, la cercanía significó cierto alivio para el público, quienes evitaron caminar varios metros para ir de un show a otro.
Con relativa puntualidad, Shirel fue la encargada de inaugurar el segundo Frontera del 2023. Con cuerpo de baile y su banda como apoyo, presentó temas de su disco “Cristal” y los singles que ha lanzado durante este año como “Quiero” y “Otra Mujer”. Media vuelta y era el turno de Cristóbal Briceño junto a su grupo Crisis. Con un setlist parecido a su presentación en Feria Pulsar, el mismo traje de charro que ya es parte de su marca, el vocalista hacía la primera de sus dos apariciones en el particular escenario, que fue motivo de comentarios.
Si bien aún era temprano, sorprendía el poco flujo de asistentes en las primeras horas de festival. A pesar de las presentaciones de DJ Who y posteriormente Plumas, gran parte del público se encontraba afuera del Movistar, entre almuerzos y tragos frescos, aprovechaban la brisa de una tarde bastante fresca, ajena al calor sofocante que había sido costumbre en las últimas semanas.
Llegaba el turno de Javiera Mena. Con casi mil personas dentro del recinto, brindó una actuación enérgica con su distintivo electropop sobre el escenario principal. Con movimientos ágiles y atléticos, logró cautivar a la audiencia y culminó su presentación con “Espada”, manteniendo la energía en lo más alto. Una suerte de adelanto a lo que será su show de fin de año en el Teatro Coliseo, donde sus propios fans elegirán qué canciones formarán parte del setlist.
Una nueva media vuelta y ya teníamos a Como Asesinar a Felipes a la vista. Su única propuesta en vivo, una vez más, no decepcionó a sus seguidores, ofreciendo una notable presencia que fusiona vientos, cuerdas y líricas tremendas, tal como sucedió en Fauna Primavera y Feria Pulsar. Pese a ello, y en ese escenario en específico, se pudieron evidenciar problemas técnicos y de sonido, los cuales se agudizaron más adelante.
Francisca Valenzuela, por su parte, fue uno de los puntos altos de la jornada. Con una actuación impecable y una conexión notable con el público, presentó un par de nuevos temas provenientes de su último álbum “Adentro” (2023), reconocido entre los 50 mejores en español este 2023 por la revista Rolling Stone, compartiendo reconocimiento con Chini.png, Mon Laferte y Alex Anwandter.
Siguiendo la tónica de su tour por una serie de teatros en Chile, la compositora, junto a su banda y un piano color metálico, entregó los sentimientos más profundos de sus últimas canciones, además de la energía ya conocida de temas como “Qué sería” y “Tómame”.
Así llegamos a la presentación de Alex Anwandter, donde lamentablemente se agudizaron los evidentes problemas de audio que se evidenciaron minutos antes, posiblemente debido a una prueba de sonido apresurada (si es que hubo). Sin embargo, Alex y su equipo salieron adelante con una presentación más acotada a la que mostró en su pasada gira por Chile, pero que mantuvo su estructura de secuencias inmediatas. Un show que tomó pocas pausas que dejó al público encendido y coreando a todo pulmón el clásico “Amar en el campo” como cierre.
Si bien el baile no faltó, fanáticos sintieron que se perdió una oportunidad dorada para tener un momento inolvidable en Frontera. Nos quedamos con las ganas del junte con Javiera Mena para corear en conjunto “Unx de nosotrxs”, single del último álbum de Alex, “El diablo en el cuerpo” (2023). De igual forma disfrutamos las canciones que entonó de ese disco y la combinación que hizo con sus clásicos bailables e infalibles.
Como parte de los headliners internacionales, Cultura Profética hizo su entrada al escenario principal del Movistar Arena, entregando mucho más que simples rimas en su estilo melódico caribeño. Y pese a que se alargaron más de la cuenta con su show, resaltamos la conexión que generaron con su público cautivo. Además del arte que expresaban sus coristas y el baterista que, francamente, se robó la película.
Y hablando de la influencia de la música chilena en el festival, DJ Who tuvo su momento junto al grupo proveniente de Puerto Rico, uniéndose al escenario con ellos para interpretar “In my bones”. Durante su actuación, Cultura Profética abordó un tema bien especial y que tiene relación con el alma de la música y cómo la Inteligencia Artificial (IA) ha interferido en ella, un tema polémico que, probablemente, veremos desarrollarse con mayor ahínco en los próximos años.
Ya en el cierre, mientras Fother Muckers jugaba a la nostalgia eufórica con parte del público, entonando “soy el ruido de letreros de neón”, en el escenario principal unos hongos gigantes del mismo tono se levantaban. Una escenografía única para la presentación de Bomba Estéreo, que sumó flores en distintos sectores, y le daban una sensación distinta al festival. Y los colombianos estuvieron a la altura, con Li Saumet levantando una especie de rito, con cambios de vestuario y acercándose a las primeras filas del público. Una fiesta que se hizo corta con hits como “Fuego”, “Soy yo” e incluso “Ojitos Lindos”, que forma parte de “Un Verano sin ti” de Bad Bunny.
A comienzos de año, tras la versión de enero del festival, aseguramos que Frontera lograba una comunión de las expresiones latinoamericanas en tiempos donde primaban discursos de desencuentro. Esta vez, primero por la suspensión de su fecha original en octubre, y luego, por la separación entre el multi-venue y esta edición en el Movistar Arena, esa idea se vio fragmentada y debilitada por los cambios y un lineup marcado por artistas nacionales.
Una expecativa ya reducida que se fue diluyendo en la semana con la amenaza de cancelación, y que luego se redujo frente a un segundo escenario un tanto improvisado a la vista. Pero que a la vez funcionó para contener la fiesta y con una relativa puntualidad que solo bastaba dar vuelta para nutrir nuestros oídos. Un estímulo no menor si pensamos que casi nos quedamos sin el último festival del año.