Una banda que lo ha hecho todo: 60 años de Los Jaivas en la Quinta Vergara

Poco antes de partir hacia Viña, mientras me preparaba, le comentaba a mi madre que iba a ver Los Jaivas. Bromeábamos sobre cómo probablemente la mitad de los chilenos los han visto tocar en vivo, muchas veces incluso sin querer. Y es porque desde en sus 60 años de vida como agrupación, se han presentado de forma incesante en prácticamente todos los escenarios importantes de nuestro país, y en los más pequeños también. Si hay un par de tablas, parlantes y unos micrófonos, probablemente los Jaivas tocaron ahí. De norte a sur, se han convertido en sinónimo de música nacional y folclor popular.

Para cumplir 60 años de trayectoria, decidieron presentarse en la Quinta Vergara, un escenario que no es solo la sede oficial del Festival de la Canción, es también el jardín en el que jugaron desde pequeños, al igual que muchos otros viñamarinos.

Han musicalizado poemas, fusionado la identidad cultural chilena y latinoamericana con elementos sinfónicos y sonidos del rock progresivo y han creado himnos que suenan en todo Chile. ¿A quién no le tocó aprenderse en flauta o metalófono el coro de “Todos Juntos” en el colegio? ¿Quien no ha bailado el Mambo de Machaguay?

Resumir seis décadas de trayectoria de un grupo tan grande es arduo cometido, pero en casi tres horas de concierto, Los Jaivas lo lograron.

The High & Bass | Archivo revista Los Jaivas

The High & Bass

De la misma forma que partió una nueva etapa para el Teatro Municipal de Viña del Mar con su reciente reapertura, “The High & Bass” (que era como se llamaban antes) comenzaron su historia ahí mismo, en un presentación organizada por su colegio, el Liceo Guillermo Rivera. Ese primer show en vivo, con fecha 15 de agosto de 1963, se considera oficialmente el nacimiento de la banda, marcando del primer hito de una historia más grande que ellos mismos.

Ese primer show fue un desastre. Recibieron pifias y fueron totalmente rechazados por el público, por lo que se vieron obligados a partir musicalizando fiestas y eventos en clubes nocturnos de la región con ritmos tropicales, boleros y cumbias. “Amenizando la noche” dice Mario Mutis.

Tras años de pruebas y aprendizajes, acumularon horas de experiencia en el escenario que ocuparían para madurarlas en privado en su casa. Esperarían el momento indicado, cuando ya tuviesen el conocimiento y las horas hombre necesarias para empezar a transicionar al estilo que conocemos hoy, poco a poco descubriendo el lenguaje no solo de las letras, si no también de la música misma. En los setentas pasaron de tocar covers de Luis Dimas, a reales improvisaciones progresivas, las que luego se transformarían en temas completos.

Es gracias a este estilo que algunos los llaman los “Pink Floyd chilenos”. Agarran este rock psicodélico con largas secciones instrumentales, lo ponen en la juguera junto a los charangos, las quenas y el bombo legüero, y salen combinados como “La Conquistada” y “La Poderosa Muerte”. Los sencillos “Todos Juntos” y “Mira niñita” que los catapultaron a la fama se convirtieron en himnos nacionales, que hasta el día de hoy son coreados por muchos.

Retomando la Quinta

Poco a poco, a medida que se acercaba la hora pactada, se fueron llenando todos los asientos, llenos de gente expectante por la experiencia musical que ha marcado a generaciones.

El concierto comenzó con “La Vida Mágica Ay Sí”, para luego repasar algunos de sus grandes éxitos como “Hijos de la Tierra” y “Mambo de Machaguay” entre otros. Lo que hizo especial este encuentro, fue la emotividad que entregó la banda. Cada cierto tiempo, se tomaban una pausa para narrar casi como si fuese un cuento, la historia de cómo se convirtieron en Los Jaivas que conocemos hoy.

Carlos Cabezas por ejemplo, contó la historia de cómo conoció a Juanita Parra mientras tocaba con su charango en una micro, y que tras una breve conversación y mensajes por fax, fue invitado de un día para otro a formar parte de la mítica banda. “Me dijeron, tienes 2 semanas para aprenderte todas las canciones”. Contó cómo pasó de asistir al Gato Alquinta con los arreglos e interpretaciones vocales, a reemplazarlo en un momento en que el Gato se agripó, y con el tiempo a tomar un lugar permanente e indiscutido en la banda.

Así, durante todo el concierto, los integrantes fueron relatando sus historias, dándonos una pincelada de 60 años de historia. Acompañados de archivos e imágenes de sus distintas épocas, hicieron homenaje a gran parte de los principales colaboradores de la banda, como el Gato Alquinta, pero también a otros que usualmente pasan desapercibidos, como René Olivares, el ilustrador y pintor que ha realizado la mayoría de las portadas de la banda, incluyendo el indio alado que hasta el día de hoy es su logo.

Lo que los Jaivas hacen con la música, él lo hace con la pintura”, dicen algunos.

Durante la última mitad de la presentación, poco a poco aparecieron dos pelotas inflables gigantes, que con imágenes proyectadas y las pantallas, armaron la característica máscara de la Fiesta de La Tirana, que los acompañó hasta el final.

Foto: Claudio Poblete (@claudio_poblete.ph)

Dentro del público, además de la alcaldesa de la ciudad jardín, Macarena Ripamonti, también fueron invitados algunos alumnos y profesores del Liceo Guillermo Rivera. También se hicieron parte de la presentación los integrantes del conjunto de Baile Folklórico de Viña del Mar, BAFOVI, que realizaron distintas muestras de danza durante el concierto, incluyendo cuecas en distintos estilos, y pudieron disfrutar del resto de las canciones junto al público.

Con aproximadamente tres horas de concierto, Los Jaivas escribieron en piedra una vez más el éxito que los caracteriza y demostraron su capacidad no solo de combinar estilos aparentemente irreconciliables, si no de hacerlo de tal forma que dejan una huella en la cultura popular de nuestro país. Entre gritos y abrazos, se retiran una vez más, de uno de los tantos escenarios en los que han tocado, con la promesa de seguir sin bajar los brazos, perpetuando una historia que pareciera no terminar.

 

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