Normalmente las recomendaciones siempre son sobre películas o series que es prácticamente necesario ver. Pero cada plataforma tiene sus joyas ocultas, y en el caso de Netflix está “Love on the Spectrum”. Una mezcla de docuserie y reality show, producida por ABC Australia en el año 2019, pero que llegó a la plataforma en julio de este año.
En cinco capítulos conocemos a un grupo de diferentes jóvenes dentro del espectro autista, en busca del amor. A pesar de ser un reality, esto es sólo una etiqueta, acá no existe el morbo que retrata lo más íntimo de una persona para entretener a otra. Por el contrario, lo que busca es dar vitrina a una realidad que no conocemos.
Si de algo es culpable la industria es de no mostrar referentes de personas con autismo, son muy pocos los casos que existe. Atypical ha salido al paso en el último tiempo, pero el resto sólo habla de la realidad de una persona neurotípica, viviendo con alguien con autismo. Pero existen, son muchas las personas que viven con autismo y contrario al imaginario colectivo no son niños para siempre, crecen y se convierten en adultos que quieren, entre otras cosas, encontrar el amor.
En este camino conocemos a 11 jóvenes en busca del amor, un sentimiento por lo que vale la pena luchar. Al primero que conocemos es a Michael, tiene 25 años, vive con sus padres y hace seis que está en busca de su pareja ideal. Para él una novia es el “premio mayor, su mayor tesoro”. El mismo motor mueve al resto, querer formar una familia,sentirse protegidos, compartir intereses y ser amados.
Pero si tener citas para cualquier de nosotros ya es difícil, para alguien con dificultades para descifrar el lenguaje corporal, conectar con las emociones de otros o dejar atrás lo literal de las situaciones, es aún más complejo. Pero de alguna forma, un detonante para continuar la búsqueda.
Cada vez que se presenta un personaje nuevo, vemos lo que odia y lo que ama, de esta forma nos damos cuenta que ninguno es igual al otro, como en el resto del mundo. Finalmente, no podemos encasillar a todas las personas con autismo bajo los mismos estándares. La producción se esfuerza por mostrar sus realidades, más allá de las limitaciones y enfocándose en lo que desean, en lo que esperan para el futuro y el por qué detrás de sus ganas de encontrar el amor.
La intimidad más auténtica del espectro
Encontrar el amor es sólo la punta del iceberg en “Love on the Spectrum”. El programa nos ayuda a entender un poco más lo que es vivir dentro del espectro, abre las puertas para que todo aquello que la sociedad ignora por no considerar normal, salga a la superficie y tenga su merecido espacio en lo cotidiano.
Todos los protagonistas se abren frente a la cámara, muestran sus espacios, comparten sus miedos y anhelos. Esto ayuda a romper el velo establecido para diferenciarlos del resto del mundo, así como tú buscas el amor, ellos también lo hacen. Pero siempre desde la vereda del respeto, dándole espacio a cada uno para que a su ritmo cuente cómo se siente.
Otro elemento esencial del programa es Jodi Rodgers, una experta en relaciones que ayuda a algunos de los protagonistas, enseñándoles cómo interactuar en una cita, qué preguntas hacer, y cómo descifrar lo que el otro quiere. De esta forma podemos comenzar a normalizar lo ajeno a nosotros, a entender que para algo tan sencillo pero a la vez complejo como amar, no se necesita estar dentro de lo considerado normal.
Múltiples realidades bajo una misma condición
En casi cinco horas de contenido veremos a chicos que nunca han tenido una cita, otros que se debaten entre la bisexualidad o la heterosexualidad. Chicas que están recién conociéndose, parejas que llevan años juntos, propuestas de matrimonios y vidas independientes. Lo mismo que veríamos en cualquier otro programa que sigue un grupo de jóvenes.
La serie nos invita a pensar más allá, existen infinitos talleres y programas para niños con autismo, pero cuando crecen lentamente van quedando en el olvido. Tendemos a pensar que sienten distinto, cuando finalmente es solamente su cerebro que funciona de manera diferente, pero que en el fondo, son como todos nosotros, luchando por romper los estándares y luchar por un sentimiento que no conoce de limitaciones.