“Bon Voyage: Mi vida con Holden”: Un viaje incompleto

En medio de los años del recambio en el panorama musical de Chile, una de las bandas más queridas por los fans del indie local fue Holden, agrupación francesa que pudo incluir en las radios cortes como “La Machine”, “Sur le pasé” y “C’est plus pareil”  tras una ayudita de sus colegas Pánico a fines de los 90.

“Bon Voyage: Mi vida con Holden” es una especie de homenaje, realizado por el director Pablo Solís (Paréntesis), a esos años en que Holden despertó un alto interés en el país, llegando a realizar varias giras y editando sus discos con sellos nacionales.

El documental, estrenado en el marco de la edición 15 del Festival In-Edit Chile, se apoya en el material registrado por Solís en la intensa gira de 13 fechas en la que Holden mostró su tercer álbum, Chevrotine (2006), y que quedó guardado por más de 10 años. Como complemento, se suma una entrevista reciente a la cantante Armelle Pioline, quien recuerda la experiencia vivida una década antes, y cuenta por primera vez las razones de la separación del grupo que mantenía con su pareja, Dominique Dépret.

Aunque la cinta constituye una pieza interesante para quienes disfrutaron de la música de estos franceses en todos estos años, resulta insuficiente al no profundizar en detalles biográficos que la hacen perder trascendencia.

En sus 90 minutos poco se puede entender de cómo llegó Holden a ser una banda respetada en nuestro país. Más que acercar a nuevas generaciones a su música o homenajear la historia del grupo, parece más un retrato de un grupo de amigos cuidadosamente editado para un entorno cercano.

Entre las entrevistas y registros de la época (como una entrevista en Radio Concierto del 2007), quedan en el aire asuntos como la muerte de Pierre-Jean Grapin, baterista y tercer miembro fundacional del grupo, que se menciona bastante pero sin imágenes de apoyo. A la vez, se desconoce que el grupo se mantuvo activo varios años más y llegó a editar un último disco en el 2013 (Sidération), antes de desintegrarse.

Por otro lado, quienes fueron parte de algunos de los shows en el 2007 podrán sentirse acogidos con las imágenes registradas en salas como el Cine Arte Alameda y el Opera Catedral, que captan parte de la espontaneidad y la intensidad de una de las pocas bandas francesas que conectó emocionalmente con las audiencias locales.

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