Festival Trapland Quilpué: Procesión urbana al siguiente nivel

En pleno domingo de resurrección, para darle el cierre a la semana santa, el Festival Trapland, en su primera versión, parecía una especie de misa del fenómeno en Trotamundos Terraza. Una primera comunión para algunos, la confirmación para otros.

Los feligreses llegaron puntuales a la hora de apertura de puertas para servirse de la palabra de Princesa Alba, Gianluca y Drefquila, tres importantes referentes de la música urbana. Los dos últimos dejaron chico el Lotus Stage en sus respectivas presentaciones durante el pasado Lollapalooza, y venían con las intenciones de reventar el patio del bar quilpueíno. Una apuesta segura ya que se apostó el doble de público que sus anteriores presentaciones en este espacio.

La hora de retraso, que incluso molestó a algunos asistentes, se hizo más amena con una serie de hits acordes a la velada. Desde Anuel AA, pasando por La Romana de Bad Bunny, hasta llegar a los ritmos nacionales de Paloma Mami y Pablo Chill-E, prepararon el ambiente y las gargantas para casi tres horas de show.

Nuestro colega (?) Demian the Rat, tomando la posta como un invitado a la iglesia urbana, se aparecía entre distintos rincones del local hasta que se acercaron las 21 horas. Fue en ese instante en que Princesa Alba y su banda subieron al escenario y dieron por iniciada la primera versión del festival.

Con Digital Angel y Baby Papi como sus cartas de presentación, la voz estilizada con autotune y movimientos sobre el escenario hacen que Princesa Alba resbale frente a los sacrilegios de los prejuicios. Las críticas tras el lanzamiento de My Only One quedaron atrás y le sirvieron de impulso para seguir su camino y difundir la palabra con su fanaticada como soporte.

El frío no fue excusa para adelantarse a este viernes y, como huevos de pascua en la mañana, regaló a los asistentes su nuevo single Convéncete, a estrenarse este viernes. Durante el tema mariposas en las visuales y en la misma puesta en escena tomaron el protagonismo, tal como el filtro que comienza a tomar presencia en redes sociales.

Tras el cover a Javiera Mena con Al Siguiente Nivel y la canción que la lanzó a la fama, invitó a Gianluca para cerrar su presentación con Summer Love, parte del cancionero obligado de la comunión urbana. Esa noche, más que nunca, el verano había muerto, pero el calor hizo compañía durante la jornada.

Minutos después, Gianluca volvió a subirse al escenario alineado con la luna que se hizo parte de la puesta en escena. Con un repertorio similar a su presentación en Lollapalooza, y nuevamente acompañado por su banda compuesta por Frankie Perucca junto a Valentín Fertorández y las visuales de María José Tapia, el músico hizo corear a su fanaticada que cambió los cortavientos de colores por los abrigos y chaquetas oscuras para combatir las turbulencias del clima.

El clímax de la procesión se alcanzó con la última parte del setlist. El perreo sad al ritmo de Rosas y Amor Platónico, posteriormente su último sencillo Sismo hizo temblar el “patio de las estrellas”. Se recordó nuevamente a Pablo Chill-E, otra de las figuras que metió ruido sin haber estado presente, casi como imagen de devoción. El cierre llegó con Siempre Triste que, al igual que hace un par de semanas en el Parque O’Higgins, desató la locura en los feligreses.

Cercano a las 11 de la noche, una hora después de lo estipulado llegó el turno de Drefquila. Celulares arriba esperaron al coquimbano con una batería de hits que, desde el minuto cero, hicieron saltar y cantar a todo pulmón.

Tras su arrolladora presentación en Lollapalooza, el “joven Kun” fue pasando por temas como A fuego o Exhibicionista. Track por track instaba a subir el decibel constantemente desde la “cancha” hasta el balcón VIP, ignorando la extensión del festival y que se avecinaba el lunes. Al cierre de Trapland, casi como las iglesias evangélicas estadounidenses, el delirio se tomó Trotamundos al son de Tamo’ Tranquilo y la primera parte de Dámelo, que dejó a los fanáticos con gusto a poco.

“El trap chileno es cultura, quiéranlo o no, nos van a tener que escuhar”. Las palabras de Polimá Westcoast se pueden replicar a lo que sucedió esa noche. Cultura no significa solamente ser culto, es la representación de una forma de vida. Desde los outfits que marcan tendencia en redes sociales, hasta el mismo fenómeno Shishi Gang, el trap y la música urbana chilena llegó para quedarse, y Trapland es una de las tantas congregaciones que así lo demuestra. Amén.

 

 

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