Las expectativas eran altas cuando la propia Rosalía reveló, a días del anuncio oficial del line up, su presencia en las versiones sudamericanas de Lollapalooza.
El ala argentina del festival la recibió reportando una de las concurrencias más multitudinarias del Hipódromo de San Isidro, siguiendo eufóricamente cada movimiento de la catalana. El hype por el trap aflamencado de Rosalía seguía creciendo a la espera de su primera presentación en Chile.
Había dudas. El sábado 30, uno de los escenarios alternativos del Parque O’Higgins -Lotus Stage- colapsó ante la presencia de otra representante femenina del género, la chilena Paloma Mami. ¿Qué ocurriría con Rosalía, una exponente que cada día cosecha su éxito en distintas latitudes del globo?
Sin decir una palabra, la sola presencia de Rosalía logró meterse al bolsillo a todo el público. Los gritos y el fervor seguían cada uno de sus pasos y su intensa mirada se comía a la audiencia que clamaba por más.
Y aún no había comenzado el show.
“Pienso en tu mirá” dió el vamos a un setlist calcado al presentado hace unos días en Argentina, pero no por repetido se pierde la sorpresa de un espectáculo que llega por primera vez a tierras chilenas.
La intensidad del fucsia de su vestuario contrasta con la armonía que consigue al interpretar el cover de James Blake, “Barefoot in the Park” y “De Madrugá”, desplegando toda su capacidad vocal en esta última, para el deleite de un público que con sus palmas convierte al Acer Stage en un tablao.
Por primera vez, Rosalía se dirige directamente al público, emocionada de ver cómo todos caen rendidos ante su flamenco encanto. “Quiero ir pa’ atrás un poquito. Para la gente que se ha escuchado ‘Los Ángeles’, está canción es pa’ vosotros”, dice antes de interpretar “Catalina”, canción de su primer disco y que resuena con su voz como único recurso.
“Que no salga la luna que no tiene pa’ qué”, entona junto a sus cantaores mientras el sol que ya no abriga se esconde y tiñe de rojo el rostro de Rosalía. Despliega gran parte de “El Mal Querer”, disco que la puso en el radar y la ha convertido en un éxito del streaming.
Después de “Brillo”, una de sus colaboraciones con J Balvin, viene “Lo Presiento”, canción nueva para su catálogo y que estrenó durante su presentación en Lollapalooza Argentina. El momento entrega la calma de una canción recién salida del horno, sin la algarabía de las letras aprendidas por los fans.
J Balvin vuelve a sonar en el Acer Stage cuando “Con Altura”, el pegajoso reggaeton estrenado la semana pasada, transforma el ambiente en una pista de discoteque. Pero el final se acerca y después de “Aute Cuture”, el trap-flamenco de “Malamente” pone punto final a una presentación impecable de principio a fin.
Pero más que una ejecución sin fallos, lo que llenó el escenario fue la pasión que Rosalía ponía en todo lo que hacía, hasta en el más pequeño de sus movimientos estaba lleno de expresividad. Si había que volver a sufrir por sus canciones, el dolor de su rostro se transmitía para todos.
Y si había que deslumbrar, no existe highliter en el mundo capaz de opacar a Rosalía.