Martín Torres es un joven francés de 25 años, hijo de padre chileno y madre francesa. Vive en un barrio marginal de París y para él, la velocidad y los problemas con la autoridad son pan de cada día. Poco y nada conoce de sus raíces, mucho menos el idioma que aquí se habla. Su padre Osvaldo, es un inmigrante (exiliado) chileno, artista y miembro fundador de Illapu. Muy contrario a su hijo, siente mucho orgullo y un profundo amor por sus raíces chilenas. De esto trata “Cuatro y Quena“.
Es un cortometraje documental que retrata como esta diferencia cultural y generacional se ve opacada por un repentino interés de Martín por la música. Estrenado a fines de 2018, fue dirigido por Thomas Torres, ingeniero en sonido y realizador chileno-francés. El film participó en instancias como el Festival de Documentales Emergentes de París y el Festival de Cine en Español de Málaga, entre otros.
Recientemente, la producción aterrizó en Chile. Participó en el Festival Internacional de Cine de Quilpué y el DocsBarcelona de Valparaíso.
“Cuatro y Quena” es un film transversal. La trama y su intención son claras, pero abarca temas más allá de la relación entre Martín y Osvaldo. Hay elementos como amistades de muchos años, las eternas repercusiones de la Dictadura, la vida parisina y las diferencias culturales entre Chile y Francia. Estos elementos permiten al espectador sentir cercana esta producción desde distintos frentes.
El trabajo de cámara cumple de buena forma a la hora de retratar lo íntimo y natural de esta relación padre-hijo. Los planos son rara vez abiertos, y el foco está puesto constantemente en lo que pasa con los protagonistas. Hay escenas cuya emotividad recae precisamente en la cercanía de estos, y cómo es mostrada madiante las tomas.
Otro punto a destacar de este corto es la música. Esta termina siendo, de una u otra forma, un personaje más. Funciona como su acompañamiento de la historia, pero también como un puente importante dentro de ella. Y mejor aún, el soundtrack es original y exclusivo para el film. Es música nueva, fresca y orgánica.
Lo que resalta en “Cuatro y Quena” es sin lugar a dudas lo profundamente humano de su relato. Tan humano es, que aún y teniendo a París como el entorno inmediato, los paisajes siempre pasan a segundo plano. Lo importante aquí es un hijo y un padre que no buscan nada más que encontrarse desde el amor y sus raíces.
El film muestra que “la chilenidad” no recae necesariamente en la cueca, o en la bandera. Podemos encontrarla en acciones pequeñas, como tocar un par de notas en un charango. Y al finalizar, la moraleja es clara: Ninguna relación, y ninguna familia es perfecta. Y eso de que “la sangre tira” no siempre es verdad. Sin embargo, cuando las raíces llaman, lo correcto es seguirlas. Seguir nuestras raíces por el camino que sea.
- “Cuatro y Quena” será proyectado este jueves en la Escuela de Periodismo de la U. Católica de Valparaíso, a las 15:40 hrs. Para información sobre como asistir, enviar mensaje privado a @periodismo_pucv en Instagram.
Revisa el trailer en el siguiente link: