Crítica SIN SPOILERS: “Doctor Strange: Hechicero Supremo” – Humo y espejos

Siendo esta la película Nº 14 de su Universo Cinematográfico, existían muchas dudas respecto a cómo Marvel Studios traería a la pantalla grande a uno de sus personajes más… extraños. Creado por Steve Ditko en 1963, el Dr. Stephen Strange fue visionado como la piedra angular del misticismo y la magia en La Casa de las Ideas, y comenzó a ganar una modesta popularidad siendo el protagonista de diversas batallas contra enemigos que variaban desde simples hechiceros a poderosas entidades demoniacas a lo largo del multiverso. Si se llegaba a adaptar al cine, tendría que cumplir la difícil tarea de honrar sus orígenes y encajar en un canon de largometrajes ya implantados en la memoria de la audiencia. Cuando se anunció que Benedict «El Regalón de Tumblr» Cumberbatch había conseguido el rol principal en “Doctor Strange: Hechicero Supremo” (Scott Derrickson, 2016), la Internet vio esto como una gran señal: el personaje principal estaba en buenas manos. ¿Pero el resto?

Manteniéndose fiel a los orígenes del cómic, la trama nos presenta a Stephen Strange (Benedict Cumberbatch), un afamado neurocirujano que, luego de sufrir un accidente automovilístico, acaba con un daño prácticamente irreversible en los nervios de sus manos. Cuando la medicina tradicional no funciona, Strange se ve obligado a buscar una cura alternativa a su problema en Kamar-Taj, una aislada comunidad en Nepal. Allá se encontrará con Ancestral (Tilda Swinton), quién, en conjunto con su aprendiz Karl Mordo (Chiwetel Ejiofor), le harán olvidar todo lo que ya conoce.

Una de las características más recordadas de las historias en papel de Strange son sus llamativas ilustraciones de carácter psicodélico, y, en ese sentido, la película honró la memoria de Ditko. Visualmente, “Doctor Strange: Hechicero Supremo” es, sin lugar a dudas, la mejor película de Marvel Studios hasta la fecha. Incluso, en comparación a otras películas de superhéroes recientemente estrenadas fuera del canon de Marvel Studios, este largometraje se destaca inmediatamente gracias a un cuidado uso de efectos especiales en las que se destacan capas con vida propia, batallas desarrolladas en diferentes planos de la realidad, y una secuencia digna de un viaje de LSD de un joven que asistió a una fiesta de Año Nuevo a la Blondie y se volvió loco cuando sonó Crystal Castles a lo largo del salón. Sí, así de loco.doctorstrange_2Así como la base de “Iron Man” (Jon Favreau, 2008) era la carismática actuación de Robert Downey Jr. en el rol principal, y “Guardianes de la Galaxia” (James Gunn, 2014) contaba con su soundtrack como motor principal, el peso de la más reciente entrega del Universo Cinematográfico de Marvel recae en el deleite visual que le presenta a su audiencia… y sería. Obviamente, Benedict Cumberbatch logra una interpretación más que convincente, trayendo un balanceado nivel de arrogancia a un personaje algo difícil de abordar, pero una película no puede basarse solamente en una buena actuación y en un buen uso de CGI para que funcione como un todo, y no es que a esta película le falten buenos intérpretes. El filme tiene un elenco que incluye a actores de la talla de Tilda Swinton, Chiwetel Ejiofor, Mads Mikkelsen, Rachel McAdams, y Michael Stuhlbarg, pero el guión los limita a ser individuos que se encuentran al servicio de Stephen Strange y su viaje personal. Se nota que trataron de hacer el esfuerzo de presentar personajes secundarios con diversos propósitos en la historia, pero todos sus motivos terminaban resumiéndose en favorecer o dificultar la labor de Stephen Strange. Más que personajes, terminaban siendo razones para que la trama se desarrolle.

Al fin y al cabo, eso es lo que termina siendo la película: un esfuerzo. Un constante esfuerzo por salirse de la «Fórmula Marvel», pero el cambio solo se concretó superficialmente. En momentos, se siente como si el guión del filme tuviera como base una lista de cosas por hacer en una película de este tipo. ¿Es una historia de orígenes? Sí. ¿Hay un villano con poderes similares a los del personaje principal? Sí. ¿El guión incluye guiños a futuras historias del Universo Cinematográfico de Marvel? Sí. ¿Hay un cameo de Stan Lee? Sí. ¿El clímax transcurre en un agujero en el cielo? Sí. ¿Los diálogos presentan chistes solo porque sí? Sí, y esta película no los justificaba para nada. Todas las películas de Marvel Studios suelen implantar líneas ingeniosas en los diálogos de sus personajes, sea quién sea, pero esta película debe tener los chistes con peor timing en toda la saga. Solo están porque sí, y más que hacer reír al espectador, terminaban sacándolo de la historia. Y paremos de contar.

A pesar de todo esto, “Doctor Strange: Hechicero Supremo” no es una película derechamente mala. El espectáculo visual que presenta el filme no tiene precedente en el cine de superhéroes y merece ser visto en la pantalla más grande posible, y ojalá en 3D. Además, muchos elementos del clímax se sienten refrescantes, pero detallarlos involucraría spoilear la resolución de la historia, así que prefiero que lo descubran por ustedes mismos. Sin embargo, como la película tiene mas contras que pros, uno termina quedándose con una idea mediocre del visionado. El largometraje prometía cambiar la anteriormente mencionada «Fórmula Marvel» y terminó reforzándola aún más. Que algo se vea diferente al resto, no significa que sea diferente al resto, y la película Nº 14 del Universo Cinematográfico de Marvel es la prueba de esto.

Y sí, hay escenas post-créditos. Quédense hasta el final.

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