Lo nuevo de Owen Wilson “No Escape” (2015)

A veces uno ve películas porque le tincó el tráiler, leyó el libro, se la recomendaron o por una serie de hechos que lo sentaron frente a una pantalla sin tener expectativas claras de lo que verá, y es eso lo que pasa muchas veces con las películas de acción y más aún cuando el protagonista, Owen Wilson, siempre fichó como galán de comedia romántica.

No sabemos si el director y escritor de “No Escape” John Erick Dowle, quiso experimentar hasta en lo más profundo con su nueva entrega o si solo apostó por cambios en la tradición del cine de persecuciones y escapadas.

El argumento

Sin Escape (en español, obvio) relata la historia de una familia estadounidense de Austin, Texas que se muda por razones de trabajo del padre, en este caso Jack (Owen Wilson) al sudeste asiático en compañía de su esposa Annie (Lake Bell) y de sus dos hijas pequeñas.

Todo parece ir bien hasta que al llegar al hotel, que le dispuso la compañía de agua potable en la que trabajaría Jack, está desconectado del mundo exterior porque nada que les permita saber qué está ocurriendo funciona.

Y por supuesto, Jack, como protagonista arriesgado y determinado va a investigar qué sucede, tratando de encontrar un diario con noticias que le aclaren el panorama. Acá es donde la fotografía es clave porque lo vemos rodeado de carteles en un idioma incomprensible, de partida los caracteres no son los mismos al anglosajón y cuando logra a duras penas conseguir un diario de hace tres días se ve en medio de un centenar de rebeldes que avanzan para enfrentarse a un escuadrón de policía uniformada.

NoEscape-2

Es así como comienza el “escape” porque el centenar de rebeldes quiere “sangre por agua” y están dispuestos a asesinar a todos los extranjeros, pero por sobre todo a los que iban a trabajar a cargo de Cardiff, justo-justo la compañía por la que Jack hizo migrar a toda su familia.

Sí, vayan a verla.

A pocos actores les resulta salirse del todo del papel de galán y Owen lo logra, no solo es un papá positivo y comprensivo con sus hijas, sino que es un esposo leal y dispuesto a todo con tal de proteger a su familia en medio de esta guerrilla interna.

Además, se aleja de los clichés: no hay una gran bandera estadounidense flameando al final, tiene unas secuencias maravillosas de los mercados asiáticos y como si fuera poco una escena no apta para histéricos: una especie de parkour en la que la familia protagonista salta de la azotea de un edificio a otro con tal de alejarse lo más que puedan de los rebeldes.

Y como reflexión post-apocalíptica: creo que el director se la jugó con un tema de trasfondo que es más que las actuaciones o las locaciones espectaculares de Tailandia, sino que es el tema del agua, porque ya no parece tan distópico pensar en guerrillas por agua potable.

[alert type=red ]★★★★★★✩✩✩✩ 6 de 10 estrellas[/alert]

 

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